Caballete en clave de flor

A.S.R. / BurgosLa primavera estalla en los jardines y también en las salas. Por lo menos en una. El Consulado del Mar es un vergel de flores. Un año ha esperado Blanca G. Báscones para volver a sacar sus pinturas del estudio. La creadora burgalesa lo hace en este céntrico espacio hasta el 20 de abril. Los collages vuelven a mandar en esta colección. Los colores explotan. Los pétalos prensados con mimo salen de los libros para dibujar flores de distintas clases. Los manuscritos se ponen romanticones y amarillean los fondos de estas piezas y la arpillera se convierte en la mejor red para cuando llegue el verano y con él la caída.La pincelada novedosa en Sueños envueltos en hojas, que así se titula esta exposición, es el cada vez mayor protagonismo de la acuarela.«Me deja mucha libertad, me permite recrearme, me gusta experimentar con todas las técnicas. La acuarela es difícil y para mí es un reto. Es más espontánea, como yo, y nos llevamos bien. Imprime una frescura y una sencillez a los cuadros que me hace sentir muy a gusto con ella», detalla Báscones, quien también se atreve con las tintas y hasta con el café.Lo que de momento no está dispuesta a cambiar es la temática de su producción creativa. «La naturaleza, los animales, las plantas, es mi mundo, lo que me inspira», ilustra y cuenta que sale al campo a menudo y lo hace siempre con las gafas de pintora puestas, encuadrando vistas, mezclando colores, eligiendo pétalos...Blanca G. Báscones está más que satisfecha con el rumbo que va tomando su camino en el muno de la pintura, pero considera que todavía le queda mucho por aprender. Y por eso acude puntual a su cita con Fran Herreros en la Universidad Popular. Lleva muchos años y las clases le obligan a no olvidarse de las normas básicas del dibujo, las mismas que parecen quedarse fuera del estudio cuando cruza su puerta.