El Correo de Burgos

Las mujeres del baúl de la Roncero

La actriz desagravia y brinda su minuto de gloria a significativos personajes femeninos de la literatura

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

Ana Roncero brujulea en esas otras vidas de los libros como nadie. La actriz zamorana residente en Burgos desde hace más de una década empuja a los personajes que transitan por ellos. Se codea con los clásicos y los contemporáneos. Y le encantan los secretos de los femeninos. A ellas devuelve a la vida el miércoles en el espectáculo La mujer como personaje, con tres pases (13, 19 y 21 horas). Descubrirán el temperamento de significativas mujeres literarias, que se perderán por los rincones del Teatro Principal. El público accederá a lugares vetados como los camerinos o el foso de la orquesta convertido ahora en almacén y verá con ojos renovados otros espacios más familiares como el Salón Rojo o la sala de exposiciones.

Pandora, Medea, Laurencia, Poncia y Adela, Miranda... pasearán por estas instalaciones y saldrán al encuentro del espectador. La actriz conseguirá desagraviarlas y darles el momento de gloria que se merecen y no siempre tuvieron.

¿Qué deben tener estas mujeres para que Ana Roncero las saque del papel y las lleve con ella en este viaje? Nada. Las elige, dice, porque son representativas de una época.

«Todas las mujeres hablan de lo mismo a lo largo de los siglos, todas se reivindican a sí mismas, como seres», enfatiza la actriz, que se une a esta bandera. «Socialmente estamos muy condicionadas por el contenedor, siempre, a lo largo de la historia, y por nuestra condición de madre, y de esposa sufridora... La cultura siempre ha querido que estemos por debajo y estas mujeres se rebelan», añade y confiesa que solo se le ha resistido una: Dulcinea. «Es el personaje más personaje de toda la historia de literatura porque es una ficción sobre un personaje literario».

Parte de Eva y Pandora porque tenía que hacerlo. «Ellas dos llevan sobre sus espaldas el peso de los males de la humanidad y representan a esa mujer que es peligroso dejar que acceda a la información».

Aúpa a Medea «porque es un avance en la historia de la literatura con la aparición de la tragedia» y es un personaje que es «una madre amantísima y a la vez una bestia despiadada, una mujer ateniense normal y a la vez abandera y se posiciona como mujer, tiene autodeterminación».

Se agarra a Celestina y al boom que desata su irrupción en las letras. «Es una figura poliédrica, me gusta su parte de bruja, embaucadora, invocadora del demonio, pero también la más dulce, la que tiene que ver con las cosas de la vida y las debilidades del hombre».

A Laurencia le aplaude el engrandecimiento que hace del concepto de honra, cómo es capaz de traspasárselo a todo un pueblo. «Es un personaje complejo, pero sí tiene esa parte transgresora, engendredora de la revolución, si la quieres ver está».

A través de las mujeres de Bernarda Alba, Roncero habla de García Lorca, de su papel relegado en la sociedad por su condición de homosexual, la misma situación que sufría la mujer.

La actriz elige a personajes literarios más que conocidos y descubre a otros nuevos. Miranda, creado por Arístides Vargas en Cuando el cielo hace buñuelos, le sedujo por la distinta relación social que plantea en una sociedad, la latinoamericana, distinta a la europea. Y concluye con un texto actual, que lanza sin tapujos a una mujer aún sometida a los prejuicios, que no acaba de romper con el pasado.

En el pupitre

Pero Ana Roncero no persigue solo a las mujeres fuertes que trufan la literatura. Ella da una vida nueva a los libros en los centros escolares. Con el baúl a cuestas pasa de aula en aula para realizar animaciones a la lectura desde Infantil a Bachillerato de la mano de la editorial Vicens Vives.

Una de estas propuestas reúne a los clásicos del siglo XVI en escena. La Celestina, Lazarillo y Romeo y Julieta adoptan nuevas formas cuando es la actriz quien los saca del papel y, además, los pone frente a frente con autores contemporáneos que tratan los mismos temas.

«Me los tenga que ganar todos los días. Al principio siempre es ¡qué rollo!’. Cambian la cara cuando les digo que no soy profesora, sino actriz y al final acaban encantados, normalmente se lo pasan bien porque les planteo lo que ellos estudian a nivel pedagógico siempre con cosas relacionadas con ellos, con un lenguaje muy directo...», explica y, por ejemplo, en su exposición el Lazarillo y la Celestina se convierten en los astrólogos y futurólogos que salen ahora en la televisión. Estos atienden problemas de salud, amor y trabajo y aquellos curaban problemas del cuerpo y el alma y debilidades del hombre. La literatura se trasciende a sí misma. Y los libros superan al gato de las siete vidas.

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