El Correo de Burgos

MÚSICA

Elephant Pit, la arqueóloga de canciones

Bárbara Bañuelos dirige este proyecto, que estrenó anoche su segundo disco

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Burgos

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A.S.R. / BurgosUna visita a los yacimientos de Atapuerca en compañía de unos amigos encendió una lucecita en la vida de Bárbara Bañuelos. Fue mágica para la actriz burgalesa. Con una formación en interpretación y danza en Londres y Nueva York, nunca había reparado en la voz como aliada en el escenario. La había mimado, claro, pero sin más pretensiones. «La música estaba presente en mi vida, pero en un ámbito más privado. Nunca había pensado hacer un proyecto profesional o más público». Un día se decidió a grabar unos temas. Un arma más para luchar contra la voraz crisis económica. Bárbara no componía y seleccionó un puñado de canciones de artistas que le gustaban a modo de carta de presentación. Faltaba el concepto, envolver esas joyas prestadas con otro papel. Y ahí entra en juego aquella reveladora e inocente excursión y la Sima del Elefante.«La traducción al inglés, Elephant Pit, me gustó como nombre y también el concepto que traía detrás. Es un lugar donde se encuentran cosas, los temas no eran míos, yo los había hallado también. Me pareció bonito. Uno y otros nos dan información sobre nuestro pasado, cambian nuestro presente y marcan nuestro futuro», cuenta la artista.Despacito y muy sencillito sacó su primer disco, Mabröuk (Felicidad en árabe), en 2011, que incluye, entre otros, When doves cry, de Prince, Green grass, de Tom Waits, Hold on hold on, de Neko Case, o Stand up, de Hindi Zara. Empezaron las actuaciones en bares, el cada vez mayor entusiasmo por el proyecto... y un segundo disco, The Homo Antecessor’s Girlfriend, estrenado anoche en Espacio Tangente.Circus, de Melanie Laurent, Jimmy, de Moriarty, Je Veux, de Zaz, Humming bird, de Alex Clare, o Wild tigers I have known, de Emily Jane White, se encuentran entre las once canciones de este segundo trabajo, más maduro y más meditado, producido por Juan Medina.Están ahí porque le encantan, le tocan emocionalmente, han llamado su atención por un giro improvisado o una melodía conmovedora. Esos chispazos la llevan a investigar al grupo, a estudiar la letra, escudriñar la música y hacerla suya. No todas valen. Pero si se amoldan a su voz y no chirrían en el conjunto del álbum las mete en su maleta. «Somos como el curator de una galería, que hace una selección de las piezas a exponer. Esa también es mi misión. Escoger unas y desechar otras, pero ya a nivel técnico, ver si se pueden producir, si van bien en directo...», ahonda.The Homo Antecessor’s Girlfriend (La novia del Homo Antecessor, en español) es un nuevo guiño a la cultura de Atapuerca. Lo tomó del titular de un artículo que hablaba de las chicas del Homo Antecessor. Le sedujo y con él inicia una nueva campaña con primera parada en su ciudad natal. Luego seguirá, de momento, por Valencia (9 de mayo), Murcia (10 de mayo), Santander (16 de mayo), Bilbao (17 de mayo), Zaragoza (22 de mayo), Gerona (23 y 24 de mayo), Barcelona (25 de mayo) y Madrid (18 de junio). Pero puede haber más hallazgos.De la versión a la composición

La cara musical de Bárbara Bañuelos, que empezó de una manera desenfadada, sin más pretensiones que añadir un poco más de carga a su currículum profesional, se torna seria y a final de año dará un paso más. La intérprete burgalesa sacará entonces su primer álbum de composición propia y en castellano, una lengua que ha omitido en sus primeros discos porque no daba con un concepto musical coherente en las canciones que le gustaban. «Eran muy dispares y no encontraba un hilo de unión, que sí observaba en artistas ingleses, entre los que tenía más referencias».Tenía ganas de hacer algo personal, empezar a trazar un camino original, a buscar su propio lenguaje, descubrir qué le interesa... Y se lanzó a la composición, y pronto se dio cuenta de que era una cosa muy difícil... y muy gratificante. «De repente pasa el tiempo y ves la hoja en blanco, pero también de repente ves que empiezan a surgir sonidos y letras, que es algo tuyo, y es curioso porque no sabes lo que va a salir y cuando lo hace te preguntas si es verdad, al mismo tiempo hay una sensación de distancia. Es una bonita experiencia. Me apetecía defender algo mío porque las versiones tienen sus limitaciones. No dejan de ser algo ajeno».Ese camino, que realiza junto al músico Javier Espada y aún está en proceso, es un mundo de incertidumbres, de improvisación, de ambientes, de sensaciones, de universos poéticos... «Son pequeñas historias íntimas», resume Bañuelos y asegura no tener todavía la perspectiva necesaria para hablar del resultado final de este primer álbum de autor. Tampoco sabe si saldrá detrás del nombre de Elephant Pit o lo hará como un proyecto paralelo.

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