Siloé se corona en los premios nacionales a los mejores facsímiles

A.S.R. / Burgos«¡De putísima madre!». Un expresivo Juan José García no puede reprimirse cuando recibe la noticia. El Ministerio de Cultura ha distinguido a Siloé, arte y bibliofilia con dos premios nacionales, el primero y el tercero, a los libros mejor editados en la categoría de facsímiles. El Bestiario de Westminster se sube a lo más alto del podio, mientras el Libro de Horas de Luis de Laval se cuelga la medalla de bronce.El cofundador de Siloé, recién llegado de Chicago, donde ha participado en un congreso de hispanistas lationamericanos, se felicita por el reconocimiento, aunque confiesa que con esto de los premios nunca se sabe. «Aunque cuentes con ello, te pueden tocar o no. Hemos hecho otras veces libros alucinantes merecedores de ellos y no nos han caído. Todos sabemos como son los concursos...», deja caer y asegura que la incertidumbre y el miedo siempre están ahí.Esta vez la suerte los ha sonreído y, aunque la conversación es telefónica, se le adivina la sonrisa de satisfacción.Recuerda García que con estos dos galardones, la editorial alcanza el número de catorce premios nacionales y, bromea, esquiva la mala suerte del número trece.Sin dotación económica, estas distinciones, confirma el responsable de Siloé, sí abren puertas. «Hay competidores que hacen mucha publicidad y no les dan premios. Es un estímulo más para seguir en este campo, en el que no compiten las empresas sino los originales», se explaya y recalca que en los diecisiete años que llevan en escena su bandera siempre ha sido la calidad.El trabajo para reproducir el Bestiario de Westminster se alargó durante dos años. El volumen, fechado entre 1275 y 1290 y custodiado en la abadía londinense de Westminster, se compone de 130 páginas de 225x160 milímetros y contiene 164 miniaturas con dominio del rojo y el azul. Unos colores que pintan cándidos seres como palomas, cigüeñas, águilas o leones; animales a los que se miraba con recelo como cabras, cerdos, serpientes o monos; y criaturas mitológicas, léase grifos, arpías, centauros o basílicos... Los bestiarios fueron auténticos superventas en la Edad Media, sobre todo en Francia y en Reino Unido.Su facsímil, confirma, se está vendiendo muy bien tanto en Estados Unidos como en Europa.Más tiempo llevó a Siloé completar el Libro de Horas de Luis de Laval -de hecho García pensó que el primer premio sería para él-, publicación presentada por la editorial como su joya de la corona. La obra original, realizada en el siglo XV por encargo de Luis de Laval, un Grande de Francia, es una de las más completas de la época y, a lo largo de 700 páginas con 1.234 ilustraciones, 157 a página completa, muestra desde escenas bíblicas a costumbristas.Pronto nuevos títulos lucharán por su medalla. El sello burgalés ya ha metido mano a Vida y milagros de San Luis y al Cartulario de Valpuesta, guardado en el Archivo Histórico Nacional, que esperan concluir el próximo año.