La luna que guía a Castaño

MARTA CASADO / Burgos

Cuando uno viaja vuelve con experiencias en la memoria y, si acaso, algunas fotos que inmortalizan los mejores momentos. María José Castaño, además, incorpora cuadros y nuevas experiencias y enriquecimiento artístico que le permite buscar nuevas fórmulas para reinterpretar la naturaleza que tantas veces ha pintado. Tras su viaje a Pekín, en septiembre del año pasado, y su estancia en Songzhuang (Beijing, China) le descubrieron un nuevo mundo el que marcan el papel artesanal de calidad hecho con arroz o con lino, y las piedras de tinta china. «Ha sido una experiencia muy buena, el dibujo sobre el papel, me han lanzado, si cabe, a una mayor libertad para acercarme a la naturaleza, un maestro de la pintura tradicional me enseñó la técnica de la tinta china y con todo este bagaje sí creo que miro  la naturaleza de otra manera», asegura María José Castaño que estos días expone en el Arco de Santa María.

El viaje a Pekín, que arrancó en septiembre de 2013 y apenas duró un mar de meses, fue «intensos». Como testigo siempre estuvo la luna. Por eso, los 71 cuadros que componen su nueva muestra son Un viaje al país de la luna, que se podrá experimentar hasta el próximo 6 de julio (de martes a sábado de 11 a 14 horas y de 17 a 21 horas; domingos de 11 a 14 horas).

La muestra es una mezcla de dibujo y acuarela con sus óleos, mezclas de tinta china, cuadros de colores blancos y negros pero también está presente el azul. También hay variedad en el formato. A piezas muy grandes, ha traído de Pekín la verticalidad en sus cuadros, pero también pequeños formatos redondos. Todos son paisajes.

Algunas de las obras las enrolló y trajo de Songzhuang. No sólo cuadros. También acuarelas y dibujos en cuadernos, a modo de resumen de su viaje, historias marcadas en papel artesanal, abanicos ilustrados al estilo del país asiático. También los pinceles, la piedra de tinta china que tanta versatilidad le está aportando a su nuevo estilo creativo. Pero además esa búsqueda de la libertad total a la hora de plasmar la naturaleza, de poder hacer «lo que quiera» porque «me he permitido cruzar una línea en la que creo que tengo todas las posibilidades para pintar», le acompaña ahora en su estudio de Los Llanillos. Allí sigue creando en papel artesanal, en tinta china, con sus azules y sus colores de siempre, con la nueva visión donde las formas rompen las reglas de la línea. Este trabajo con el que vuelve al Arco de Santa María, tras su paso en 2009 por Donde sucede, y que llevará a Madrid al Centro Cultural de China en Madrid para finales de este mismo año. Ahora durante tres semanas su experiencia vital, con la luna de testigo, estará en Burgos hasta el 6 de julio.