El Correo de Burgos

Literatura / Las tres bodas de Manolita

Los episodios de una guerra que hablan de resistencia y supervivencia

Almudena Grandes habló en el MEH de su último libro que narra la vida de una joven republicana en postguerra y descubre la esclavitud infantil en el franquismo

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Burgos

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MARTA CASADO / Burgos

Prehistoriadora de formación, Almudena Grandes se encontraba emocionada en los yacimientos de Atapuerca. «Cuando yo estudiaba el espacio para la paleontología eran tres piezas entre ellas una mandíbula (ATA-1) de Atapuerca muy famosa y ya. Ver todo esto me ha emocionado mucho», aseguró antes de iniciar su encuentro con los lectores, que abarrotaron el salón de actos en el Museo de la Evolución. En el encuentro previo con periodistas habló de postguerra, de transición y de futuro desde un espacio vinculado al pasado.

Las tres bodas de Manolita, es el tercer Episodios de una guerra interminable una colección en la que emulando a Pérez Galdós en sus Episodios Nacionales, retrata diferentes momentos de la postguerra desde «el punto de vista de la resistencia». En la novela Manolita es una niña bien «es falso eso de que los republicanos eran pobres, Manolita es un ejemplo de esa realidad que no eran ricos ni pobres, no pensaban mandar a sus hijos a la Universidad pero sí casarlos bien... ella al final de la guerra tiene un empobrecimiento radical no tiene trabajo y la desahucian y tiene que vivir de ocupa en una casa en ruinas». Un retrato que bien podría ser de una chica de hoy en día. «Cuando empecé a escribirlo en 2008 no pensaba que pudiera haber concomitancias entre la historia de Manolita y la de España en el momento en el que se iba a publicar la novela sin embargo creo que aunque en apariencia las cosas son semejantes en el fondo son distintas. Si trajéramos a nuestros abuelos aquí y les dijéramos que esto es una crisis, se partirían de risa», señala.

Entre las diferentes pequeñas historias que conforman el libro destaca aquella que habla de un hecho desconocido: la esclavitud infantil durante el franquismo. Un episodio que llegó a Almudena Grandes le llegó por casualidad en un acto público con una mujer que fue obligada a trabajar en un colegio de Bilbao en el que su madrastra, republicana encarcelada, encontró plaza. «Es una historia terrible que nace de la ley del 23 de noviembre de 1940 sobre la protección de huérfanos de la Guerra Civil que permitía que los niños tuvieran plaza en un colegio... la historia da para una novela por si misma pero es demasiado truculenta y no quiero eso para los episodios, quiero hablar de la resistencia pero no tener una novela triste», reflexiona.

Cuando se le pregunta por el interés de los lectores en las novelas de esta época afirma que el desconocimiento de un tiempocercano genera «curiosidad» pero también explica «el rechazo de muchos que prefieren no asumir lo malo que ha hecho este país». Para ella no es que no se haya superado la transición sino que ésta no se ha cerrado. «La transición no se ha terminado, los historiadores del futuro no verán desde 1977 hasta hoy ningún hecho significativo que hable del final de un régimen e inicio de otro. Es un proceso que empieza pero que no sabemos donde termina y el gran problema de la democracia es que no puede ser la transición un régimen permanente aunque parece que estamos acudiendo a los últimos estertores pero esta situación tan estraña provoca la mala calidad de la democracia hoy», señala. Al mismo tiempo sobre la coronación de Felipe VI no espera nada nuevo «La constitución, que no se puede tocar, nos deja un rey que reina pero no gobierna, el cambio de persona será un cambio de escudo, de la vajilla, la cubertería los botones de la guardia real... pero con la Constitución en la mano poco más va a poder cambiar», concluye.

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