Ilusiones jóvenes para ajados edificios

A.S.R. / BurgosSin el relumbrón ni la atención mediática de otros proyectos, dos propuestas de corte cultural esperan la atención de los responsables municipales. Ambas parten de gente joven e inquieta y solo solicitan la cesión de viejos edificios en desuso. Del resto de la inversión se encargarían ellos.La primera lleva ya un recorrido en dependencias municipales. Busca la conversión de una nave de Villafría, junto al Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI), en un espacio de creación para músicos. La segunda, que parte del colectivo Sio2, acaba de llegar al Ayuntamiento y persigue la transformación del laboratorio municipal, en la calle Juan Bravo, en un taller artístico donde trabajen los creadores plásticos y también se pueda desplegar un programa cultural abierto al público.Los promotores del espacio musical están a la espera de que les entreguen el proyecto que han encargado para volver a la carga. En principio, desde el Consistorio les dieron luz verde, pero les presentaron un informe de Medio Ambiente muy negativo, que los echó para atrás. No tiraron la toalla porque desde las propias dependencias municipales los animaron a seguir.«En septiembre retomaremos todo, presentaremos el proyecto y veremos si tenemos respuesta negativa o afirmativa, qué condiciones nos ponen y cuánta inversión necesitamos», expone el portavoz de esta iniciativa, Samu Peñas, que reconoce no estar en su mejor momento de ilusión, «pero nos sigue pareciendo viable e interesante para la ciudad, que necesita más locales de ensayo dignos y legales, que ahora solo son los de El Hangar».En el lado contrario, con un subidón de emoción, sin contactos previos y sin miedo a una respuesta negativa, los miembros de Sio2 presentaron recientemente su instancia en el número 1 de la Plaza Mayor.«Nos gustaría hacer un gran taller de trabajo común, donde cada artista tenga su estudio de manera permanente o durante una temporada larga porque tener uno propio conlleva unos gastos y unas necesidades de espacio que no puedes asumir de manera constante ya que nuestro trabajo es muy errático», explica Rachel Merino, una de las doce integrantes de la asociación, quien ve la oportunidad de crear un laboratorio de investigación y trabajo creativo, un lugar para el intercambio de conocimiento e inquietudes y para compartir gastos.Sus objetivos a medio plazo serían realizar talleres y cursos de formación, armar una programación cultural diferente, trazar vínculos con la Escuela de Arte y abrirse a propuestas públicas y privadas. A largo plazo lucharían por integrarse en la red nacional de centros de creación, apoyar a Burgos en el mapa de la gestión cultural y ser un punto de referencia.El proyecto inicial para la nave de Villafría, por su parte, contempla la creación de 30 locales de ensayo de distintos tamaños, un estudio de grabación para maquetas y primeras grabaciones y una pequeña sala para tocar en directo.