El Correo de Burgos

UN VERANO DE LIBROS / Eva Ruiz

«No mandaría a ningún escritor a septiembre, solo por serlo merecen mi respeto»

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Burgos

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A.S.R. / BurgosEl club de lectura que han creado en el colegio este curso ha sido todo un hallazgo para esta profesora de Lengua y Literatura y de Latín, que no esconde la chuleta cuando tras la foto, en la sección infantil de la Biblioteca Pública, empieza el examen.Pregunta- ¿Un libro para leer en los jardines de la Alhambra (acaba de llegar de Granada)?Respuesta- Cuentos de la Alhambra, de Washington Irving, por ver sus impresiones cuando la visitó, aunque el libro me decepcionó un poco, esperaba más.P.- ¿Y a la sombra de la Catedral de Burgos?R.- Cualquiera de novela histórica, que me gusta mucho. Me encantaría el último de la trilogía de Santiago Posteguillo, que lo estoy esperando con ganas.P.- ¿A qué título pondría banda sonora de jazz?R.- A uno de novela negra, a La rubia de ojos negros, de Benjamin Black, que le va muy bien al detective protagonista.P.- ¿De jota castellana?R.- Es difícil. (Pide dejarla para el final) La verdadera historia de El Patillas, de Paco Arana.P.- ¿Y de ritmo discotequero?R.- La analfabeta que era un genio de los números, de Jonas Jonasson. Es divertido, trepidante y tiene mucho humor.P.- ¿Uno para echar a bailar?R.- La librería ambulante, de Christopher Morley, es poco conocido, lo encontré en la Biblioteca Gonzalo de Berceo, pero es de los que te invitan a lanzarte. Es la historia de una mujer que decide emanciparse y recorrer los pueblos de Estados Unidos vendiendo libros y le pasan mil aventuras. Ella se lanza a bailar, no se queda parada, es muy vitalista.P.- ¿Y para volar?R.- Cualquiera de poesía, por ejemplo Poesías escogidas, de Miguel d’Ors, para que la mente viaje y la gente se anime a leer poesía. Muchos la tienen miedo y es más fácil de lo que nos pensamos.P.- ¿La poesía es para el verano?R.- Sí, es para todo el año, también para el verano, perfecta en una playita o cerca de unas rocas. Todos los libros son para el verano.P.- ¿Cuáles son para leer entre culturas?R.- Tres tazas de té, sobre un alpinista, Greg Mortenson, que se perdió en el Tíbet, lo salvaron y vio que la mejor manera de ayudar a esas personas era construir escuelas. Habla de cómo la educación es la única forma de poder salir adelante, sobre todo para las niñas. Me impresionó mucho Senderos de libertad, de Javier Moro, sobre Chico Mendes y la lucha por salvar la Amazonía en Brasil, donde también hubo gente que intentó construirles escuelas en plena selva y chocaron con los grandes poderes y sus intereses. Recomendaría todos los libros de Kapuscinski y uno escrito por un amigo, El veneno de África, de Emilio Sastre, que retrata su experiencia en Camerún y describe muy bien la precaria situación de la mujer.P.- ¿Con qué escritores se perdería en la selva?R.- Con autores castellanos: Miguel Delibes, que me hubiera encantado, le vi una vez en una cafetería y por no molestar no le pedí un autógrafo, y José Jiménez Lozano.P.- ¿Con quién nunca lo haría?R.- No me atrevo a dar nombres, pero sí hay algún superventas que me ha decepcionado.P.- Láncese.R.- Paulo Coelho. No entiendo qué le ve la gente, aunque sé que a muchos les ha ayudado, y lo respeto, pero yo me pierdo, no lo acabo de ver.P.- ¿Quién no estropearía nunca una velada romántica?R.- Alguien que me hiciera una selección de poemas de amor, acompañados por un ramo de flores.P.- ¿Qué libro se fue de vacaciones y nunca más volvió?R.- Cada vez presto menos porque es como que me arrancan algo. No me devolvieron La reina triste, de José Miguel Carrillo de Albornoz, ni Como una novela, de Daniel Pennac... Procuro olvidarlo para que no me dé pena.P.- ¿Qué lectura no puede faltar en el verano de un profesor?R.- Aprovecho a leer libros que me recomiendan y de los que, a su vez, quiero hablar a los alumnos. Este verano me ha impresionado Correr para vivir, donde López Lomong cuenta que corriendo escapó de las milicias de Sudán, que lo querían convertir en niño soldado, y llegó a un campo de refugiados, desde donde lo llevaron a Estados Unidos y se convirtió en atleta olímpico. Me ha impactado la superación personal. Me he leído también los libros que voy a recomendar en los clubes de lectura, Lo que el día debe a la noche, de Yasmina Khadra, sobre la situación de la mujer en Argelia, y alguno más ligero como El lenguaje de las flores, de Vanessa Diffenbaugh.P.- ¿Cuáles están en la lista de espera?R.- Releer Los Buddenbrook, de Thomas Mann, que en su momento me gustó mucho.P.- ¿Qué escritor es el primero en su clase?R.- Tendría que repetirme porque Delibes y Jiménez Lozano me parecen lo más. Para lectores jóvenes, Marcial Izquierdo, con El último día de mi vida, y José Ramón Ayllón, con Querido Bruto y Vigo es Vivaldi.P.- ¿A cuál mandaría a septiembre?R.- A ninguno, solo por el hecho de enfrentarse al papel en blanco y ponerse a escribir los admiro. Todo el que escribe me merece respeto.P.- ¿Tiene algún enchufado?R.- Kapuscinski. A él le perdono todo.

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