El Correo de Burgos

BURGOS / Festival Escena Abierta

Versos para un orgasmo

El Prostíbulo Poético es un espectáculo que sustituye el sexo por poemas, las prostitutas por escritoras y los clientes por espectadores en un ambiente cabaretero que ofrece citas íntimas

Javier Ariza es la mano derecha de Madame Taxi (Sonia Barba), directora de este burdel.-Raúl Ochoa

Javier Ariza es la mano derecha de Madame Taxi (Sonia Barba), directora de este burdel.-Raúl Ochoa

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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El placer es un poema susurrado en la oreja, estrofas escuchadas con la musicalidad de nacionalidades diversas, rapsodas ligeras de ropa, poesía que baila sórdida sobre el taburete de un cabaret... El Prostíbulo Poético no vende sexo, vende versos y el Festival Escena Abierta se los ha comprado para convertir El Hangar en un excéntrico burdel (hoy, 23 horas, 10 euros).

La historia del Prostíbulo Poético empieza a escribirse en Nueva York en 2008 y la desencadenan tres poetas y su búsqueda frustrada de editorial para sus versos. En vez de lamentarse, se inventaron un club donde vender sus poemas a los clientes en privado. ¿Por qué no hacerlo ligeros de ropa? La propuesta salió adelante y el traslado de una de sus fundadoras, Kyle Sweat, abrió una segunda sede en Barcelona, donde trabajan 31 personas de toda clase y condición, ahora al mando de Sonia Barba, Madame Taxi, una actriz palentina que también capitanea la expedición que ha llegado a Burgos.

Nueve chicas de nacionalidades distintas (Rumanía, Estados Unidos y España, con diversas procedencias, desde una catalana a una palentina, una salmantina o una murciana) recitarán sus poemas, en sus lenguas, a los clientes que busquen consuelo y diversión en este lupanar con aires de cabaret de los años veinte, con la misión, dice Barba, de crear «una tensión entre el espectador cliente y la escritora puta». «Queremos que en El Hangar, que en principio puede resultar un sitio un tanto incómodo, el público se adentre en su voyeur más escondido», espera.

El momento cumbre llegará con el encuentro íntimo entre prostituta y cliente, que lo habrá. «Un bis a bis en el que una persona desnuda su alma frente a otra que ha pagado para ver ese alma desnuda. Lo demás es un recital en ropa interior», ilustra Madame Taxi, quien anima a la gente a no dejarse llevar por prejuicios y barreras morales y comprar el favor de estas meretrices. «Hay que perder el miedo, no pasa nada, es poesía, solo poesía».

Las chicas son las estrellas de este burdel y los chicos están a su servicio. Entre el plantel masculino se encuentra el Chico, la mano derecha de la dueña, papel que interpreta el burgalés Javier Ariza, reclutado para la causa cuando su compañía Entre Escombros coincidió con esta propuesta en una festival en Barcelona. Fue uno de los fichajes estrella. Él reconoce que entre sus talentos no se encuentra el de escribir poesía, pero sí se veía capaz de poner una excéntrica pincelada con sus habilidades como músico, payaso y hombre de circo. Y ahí está. «Teníamos mucha experiencia con cómo conseguir buenas atmósferas con mínimos recursos», dice y él, junto a Amy Gwilliam, se acomodaron perfectamente en este mundo underground, donde la sordidez rima con poesía y el orgasmo no es un verso suelto.En papel

El Prostíbulo Poético nació para dar salida a unos poemas que encontraban las puertas de las editoriales cerradas y, además de vendérselos a sus clientes, cada año celebran esa feliz idea con la publicación de una antología con las obras de estas putas del burdel. El 13 de febrero se presentará el sexto volumen. «Para nosotras es una satisfacción y tiene mucha importancia», dice Sonia Barba, que presentarán el último libro hoy en Ágora a las 13 horas.

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