El Correo de Burgos

EXPOSICIÓN EN EL CARMEN 13 HASTA MARZO

La belleza impuesta

Carolina Gil da un paso al frente en su corta carrera pictórica y emprende un proyecto en torno al concepto de hermosura, que inicia con una serie sobre los cánones marcados por la sociedad

Carolina Gil con un retrato de la actriz Audrey Hepburn, prototipo de lo que la sociedad acepta y difunde como bello-Israel L. Murillo

Carolina Gil con un retrato de la actriz Audrey Hepburn, prototipo de lo que la sociedad acepta y difunde como bello-Israel L. Murillo

Publicado por
A.S.R
Burgos

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Carolina Gil no es una niña y, a diferencia de lo que suele ocurrir cuando se le pregunta a un pintor cuándo empezó todo, no dibuja desde siempre. Se colocó por primera vez frente al caballete hace tres años. Necesitaba ocupar su tiempo de ocio y las artes plásticas siempre se le habían dado bien. Nada de academias. Nada de talleres. Nada de clases magistrales. Su instinto la guiaba por el lienzo. «Pintaba por pintar». Todo le interesaba. Todo era susceptible de pasar por el pincel. Sus primeras obras fueron retratos. Tras el primero, de su madre, toda la familia quiso el suyo. Pero llegó el momento en el que se cansó de copiar de las fotografías. Se veía como un autómata, una simple copista, y, cuando consideró dominada la técnica, decidió embarcarse en algo más personal. Su interés por la moda la llevó a reflexionar sobre los cánones de belleza y empezó una serie. Su primera parte viste las paredes del Carmen 13 hasta finales de marzo en la que es su segunda exposición, la primera también fue en un bar, en Las Avenidas, donde mostró una pincelada de lo que estaba haciendo pero sin una única temática, como sí existe ahora, hecha expresamente para este espacio.«Quería que esta vez tuviera un sentido, una estética común, que la englobara», comenta.Y ese hilo conductor es la belleza, que en esta pequeña muestra va unida de forma irremediable a lo femenino, con un conjunto de retratos de mujeres imponentes y dos elegantes sortijas.«Como soy una principiante me he permitido comenzar por lo más sencillo, que es con aquello que todos consideramos bello, como un rostro femenino, elegante, acorde a los cánones que nos impone la sociedad», apunta Carolina Gil, que sumará al proyecto sucesivas series que aborden la belleza desde otros prismas que se alejen de los tópicos.«Quiero incitar a la gente a pensar sobre qué consideramos hermoso, si lo que nos imponen o lo que nosotros verdaderamente vemos como tal», ahonda la creadora, que insiste en su calidad de principiante y que, cuenta, en un inicio intentó moverse por la senda del hiperrealismo, hasta que se dio cuenta de que era un arte muy difícil. Cambió de rumbo y ahora enmarca su obra en una suerte de realismo y pop art, aunque prefiere que sea el público el que ponga las etiquetas cuando se siente en una mesa a tomar un café o se aposte en la barra con una cerveza.Más información en edición impresa

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