Se buscan locos por la fotografía

Una gota de agua de un brillante verde haciendo equilibrio. Un puñado de limones iluminados que refrescan con solo una mirada. Un porrón en un baile solitario el día del Orgullo Gay. Un bucólico paisaje castellano con una casa de adobe como única presencia de vida. Árboles que se exhiben con sus ramas desnudas frente a la luna. El paso del tiempo a toda velocidad sobre un viaducto a punto de ser rebasado por un tren. Atletas veteranos en blanco y negro. El que tuvo retuvo. Jóvenes corredores en línea de meta. Espíritu de lucha. Explosión de color en la peruana plaza de Armas de Cuzco. Juego arquitectónico de ventanas asomadas a una cruda realidad...Esta es una parte del muestrario que la Asociación Fotográfica Burgalesa coloca en el escaparate que es su exposición anual -en la sala del Teatro Principal hasta el 1 de febrero- para seducir a potenciales locos por este arte que se unan a sus catorce miembros, aunque solo cinco, José Miguel Pérez, Joaquín Ortega Cors, Enrique Oquillas, Ramón del Val y José Luis Herrera (Jlherrera), cuelguen sus obras en estas paredes.Cada uno ha elegido las ocho más representativas de las realizadas durante el año, la mayoría son el resultado de ejercicios, talleres y actividades impulsadas desde la asociación, que se reúne todos los miércoles de 20 a 23 horas en la sede, en el Centro Cultural Francisco Salinas (calle Santa Águeda), con las puertas abiertas a los interesados (asociacionfotograficab@gmail.com).Sus orígenes se remontan a los años sesenta, aunque desde hace doce se hacen llamar asociación en vez de agrupación.¿Tenía más sentido un punto de encuentro en torno a la fotografía hace cincuenta años cuando no estaba tan generalizada o ahora que todo el mundo lleva una cámara en el bolso?Su presidente, José Miguel Pérez, no se piensa la respuesta, que, por supuesto, es que tan beneficioso era antes como ahora.«La fotografía es una actividad individual. Ahora todo el mundo hace fotos con el móvil, estamos en el mundo de la imagen, es una locura, pero la fotografía no es tirar fotos, sino saber hacerlas y editarlas. Antes hacíamos nuestras cositas con el blanco y negro, con el color ni nos metíamos porque en aquellos años era complicadísimo calcular los márgenes de temperatura, ahora tenemos la oportunidad de manejar todo el proceso. Esto lo puedes ir aprendiendo en internet, comprándote libros, como hemos hecho todos. Aunque al final, en el momento de hacer las fotos, vas solo, cuando formas parte de una piña hay uno que te cuenta una historia que ha visto en Facebook, otro te habla de un vídeo tutorial... Entre todos se aprende mucho», apunta y añade a esta retahíla de bondades una esencial, que es la crítica del trabajo realizado. «Ese pero que te ponen es el que te ayuda a avanzar», puntualiza.De momento son catorce los que tiran unos de otros, aunque son números muy bailables, con gente que entra y sale con facilidad.Más información en edición impresa