El Correo de Burgos

BURGOS / Exposición

Los balbuceos del español

El Palacio de la Isla dibuja el mapa del origen del castellano con documentos procedentes de los cuatro focos más relevantes, Valpuesta, Cardeña, Covarrubias y Oña, junto a otros custodiados en Silos y en la Catedral de Burgos. Hasta el 17 de abril

Gonzalo Santonja (i.) atiende las explicaciones del profesor José Manuel Ruiz Asencio sobre los documentos expuestos.-Raúl Ochoa

Gonzalo Santonja (i.) atiende las explicaciones del profesor José Manuel Ruiz Asencio sobre los documentos expuestos.-Raúl Ochoa

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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«Valpuesta es un pilar importante en el origen del castellano, pero hay otros y todos tienen que darse a conocer». Han pasado más de cuatro años desde que el paleógrafo y profesor de la Universidad de Valladolid José Manuel Ruiz Asencio pronunciara estas palabras en la sede del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua. Se acababa de presentar Los becerros gótico y galicano de Valpuesta, se anunciaba el inicio de los trabajos en Cardeña y se empezaba a hablar de la relevante documentación procedente de Covarrubias y Oña. Ahora estos cuatro focos esenciales para el estudio del origen del español son objeto de una exposición en el Palacio de la Isla, que, hasta el 17 de abril, rastrea los documentos con los primeros balbuceos de esta lengua.

La muestra, que continúa la que se hizo hace cuatro años, Los orígenes del español, propone un viaje en el tiempo, una aventura hasta los scriptorium de los monasterios donde se redactaban documentos de donaciones, compraventas, litigios, actas fundacionales... en los que se iban colando las primeras palabras de la lengua castellana, la que empezaban a hablar los lugareños, confundidas con el latín.

Esta expedición arranca en Santa María de Valpuesta, del que se rescatan algunas de las 117 páginas de su cartulario como la venta de una viña del monje Álvaro a Munio Ansúrez (966) o la donación de dos manzanas y un cerezo junto a la iglesia de San Millán en remedio del alma de un hijo difunto (1044).

Continúa cerca, a veintiocho kilómetros, en San Salvador de Oña, donde destaca el documento que recoge la fundación de este monasterio por parte del Conde de Castilla Sancho García por el que lo dota de bodegas, decanias, iglesias, monasterios y heredades distribuidas por Burgos, Álava, Cantabria y Palencia.

Se exhibe igualmente el acta de fundación del Infantado de Covarrubias por el conde Garci Fernández en el año 978, un pergamino escrito por Florencio, «príncipe de los calígrafos españoles del Alto Medieval, un verdadero artista», con letras en rojo y negro, «útil para el estudio del romance por incluir 60 topónimos».

El trazado de este mapa llega hasta Cardeña, con uno de los scriptorium más relevantes, cuyo cartulario, con 373 documentos fechados entre los años 899 y 1085, custodiados en la Biblioteca Francisco de Zabálburu de Madrid, está siendo estudiado por los profesores de la Universidad de Burgos Antonio Fernández Flórez y Sonia Serna para una publicación que saldrá antes de que termine el año.

«Son un reflejo muy vivo y muy fiel de cómo evoluciona la lengua en este momento y toman el relevo del anterior cartulario publicado, el de Valpuesta», apunta Serna y llama la atención sobre su importancia al ser los únicos conservados de la Castilla Condal.

La muestra escoge cinco. Llaman la atención el litigio emprendido por el Cid y Cipriano en nombre de Cardeña por pastos con los infanzones de cuatro villas del valle de Orbaneja o el pleito fechado en 1050 del obispo Gómez contra un tal Juan al que acusa de cómplice en la fuga de dos presos, que se deshacen del cepo sin que él lo impida, por lo que tiene que entregar una viña y un huerto en Villariezo y al que el prelado compensa con media cuartilla de cebada y media de trigo.

Estos cuatro focos se complementan con tres secciones más: Los documentos cidianos, con, entre otros, la carta de arras de Rodrigo y Jimena, custodiada en la Catedral, o una donación del Cid de cuatro villas y cuatro poblados al Monasterio de Silos; Burgos, Caput Totius Kastelle, un guiño a la ciudad con el documento por el que Alfonso VI dicta que Burgos sea la cabeza del Obispado de Castilla y por el que le da el solar donde luego se construiría la Catedral, otro por el que Alfonso VII dota generosamente a la Seo o la cesión del Monasterio de San Juan a San Lesmes en 1091; y Otros fondos documentales, con curiosos documentos que dan cuenta del surgimiento del romance en otros territorios como el de León.

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