El Correo de Burgos

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Desmontando al indie

Víctor Lenore, Esteban J. Girón y José Manuel Sebastián teorizan en torno a este fenómeno

Víctor Lenore, Esteban J. Girón, Ángel Carmona y José Manuel Sebastián, de i. a d., en pleno debate.-Raúl Ochoa

Víctor Lenore, Esteban J. Girón, Ángel Carmona y José Manuel Sebastián, de i. a d., en pleno debate.-Raúl Ochoa

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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Entre las acepciones que la Real Academia Española da de desmontar está la de separar los elementos de una estructura o sistema intelectual sometiéndolos a análisis y la de desunir, separar las piezas de que se compone algo. A algo así se dedicaron el periodista y crítico musical Víctor Lenore, el guionista José Manuel Sebastián y el responsable de comunicación y músico Esteban J. Girón anoche en el Aula Magna del Hospital del Rey con el indie sobre la mesa de operaciones. Se acercaron a él, se remontaron a sus antecedentes, barajaron sus distintas definiciones, lo valoraron... y cada uno llegó a sus propias conclusiones. Ellos y los ¿indies? ¿gafapastas? ¿modernos? ¿culturetas? que se quedaron a escuchar sus palabras tras una desbandada general después de ver a El Bicho durante la emisión de una edición especial del programa de Ángel Carmona, que moderó el debate y lanzó una pregunta inicial: ¿Hay sobreexposición del indie en los medios?

José Manuel Sebastián, guionista de No disparen al pianista y colaborador de Hoy empieza todo, disparó primero y consideró oportuno definir primero qué es el indie. «Es una pregunta difícil y lo es ponerse de acuerdo», lanzó y le pasó la patata a Víctor Lenore, que ha reflexionado sobre el tema a conciencia en su libro Indies, hipsters y gafapastas. Crónica de una denominación cultural, finalista del Premio de la Crítica, y lectura obligada para encontrarse en este laberinto.

El escritor viajó en el tiempo y situó al indie como una corriente derivada de los años ochenta, de aquella moda de enviar a los niños a estudiar inglés a Londres, donde descubrieron una música melancólica, que había que escuchar en la soledad de la habitación, que luego exportaron a España y pusieron de moda. «Se pensaron que tenían una superioridad cultural, una visión superficial y falsa», observó sin conseguir la aquiescencia ni de Sebastián ni de Girón.

Este último, responsable de comunicación de Gran Sol y guitarrista de Toundra, uno de esos grupos etiquetados en la actualidad como indie aunque sea instrumental, zanja el asunto entendiendo como tal aquella música editada bajo un sello independiente por falta de interés de las grandes compañías discográficas. «No se puede juzgar si la presencia del indie es buena o mala. Hay que dejar a la gente que escuche lo que le dé la gana», concluyó.

Y no es que Lenore quisiera obligar a nadie, pero sí observó como los medios gustaron de apoyar al indie porque ofrecía una «visión desdramatizada de la realidad y la cultura» y hacerse eco de ello no metía en problemas a nadie. No pasaba lo mismo, llamó la atención, con los grupos de rock vasco o los discos que se vendían en las gasolineras, que sí reflejaban las preocupaciones de la sociedad de la época, que eran las de hoy: el acceso al mercado laboral y la vivienda.

Sebastián puso sobre la mesa al huevo y a la gallina sin averiguar lo que fue primero: si las canciones indies en los noventa estaban sin politizar como reflejo de la sociedad o...

Quizás todos tengan razón, quizás ninguno, quizás diga algo que la reina Letizia se pierda por algún concierto indie en Matadero... Quizás, quizás, quizás..., que fue una canción pero no indie ¿o sí?

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