El Correo de Burgos

BURGOS / Publicación

Castilla, del adobe al wifi

El escritor ribereño Pascual Izquierdo vuelca una mirada «crítica e irónica» de su tierra en ‘Figuras de retablo’

Pascual Izquierdo, en una imagen de archivo.-Raúl Ochoa

Pascual Izquierdo, en una imagen de archivo.-Raúl Ochoa

Publicado por
A.S.R.
Burgos

Creado:

Actualizado:

Las tierras labradas, los esbeltos chopos ribereños, las viejas casas de adobe, el balido de las ovejas en medio del campo, los cardos movidos por el viento... Pascual Izquierdo se vale de estas imágenes vistas una y mil veces durante su infancia en Sotillo de la Ribera para tricotar un friso de Castilla que se aleja de la mirada elegíaca y mítica de Retrospección y apocalipsis en la tierra castellana para, veinte años después, adentrarse en otra «irónica, crítica, satírica e incluso burlesca» en Figuras de retablo (Eirene Editorial), un volumen en el que la melancolía por un pasado perdido choca con el muro cada vez más alto levantado por las nuevas tecnologías, de las que no se mantiene ajeno, pero a las que tampoco tiende ninguna alfombra roja.El juego con los distintos tiempos se articula en torno a las tres partes del poemario. Una primera, Oficios y biografías, en la que traza una recreación de las profesiones del pasado, no solo castellanas, como los de doncella de cámara, soldado de los tercios, juglar, predicador o celestina.El lirismo se cuela en la segunda, Recreaciones, con poemas que llevan a la vieja Castilla, a la tapia de adobe a la que la espuma de los días, / el constante oleaje de los siglos, / le va haciendo perder su antigua estatura, a los chopos a orillas del río, figuras de un retablo ya perdido, o a los surcos como renglones perdidos en la memoria.Y la tercera, Iconoclastias, donde irrumpe la modernidad y todo lo que significa, que, para Izquierdo, no es necesariamente bueno como recoge el poema Oferta de trabajo: Se necesita alguien que domine el arte / de vomitar en los despachos (...) / y que, / siempre que sea necesario, acepte / agonizar ante las cámaras, en horario / de máxima expectación y audiencia (...).«Mientras en la primera parte el poeta presenta un paisaje idílico de Castilla, en la tercera, está creado por ordenador, por la barbarie de las nuevas tecnologías, que significan la destrucción de esa belleza nostálgica y soñada», traza el escritor, que parece pasar por el filtro de un caleidoscopio del siglo XXI esos recuerdos del pasado para enfrentarlos a la actualidad. Y donde antes se representaba a una doncella que se insinuaba sutil, ahora aparece una joven que se desnuda descarada para las cámaras.Ante esta sucesión de imágenes en blanco y negro y a todo color, el vate se deja llevar por una vorágine de emociones que van desde la hostilidad hacia esta invasión digital- «soy un poeta analógico, soy amigo del papel y no del ordenador, aunque no rehuyo de él, es el presente y tenemos que convivir»- hasta la melancolía por ese tiempo y ese espacio que forjaron su personalidad -«la patria de uno es la infancia y yo viví hasta los 13 años en Sotillo, nací y me moriré castellano, esa raíz no se pierde nunca, además voy con mucha frecuencia y se profundiza más»-.Formalmente, Pascual Izquierdo asegura tocar «esa música secreta de los versos» con el uso de los imparisílabos -alejandrinos, endecasílabos y heptasílabos-, pero sin estar sujeto a las construcciones estróficas tradicionales.«Los tiempos actuales requieren discursos expresivos más modernos, pero siempre cuidados y en los que se vea el oficio del poeta», observa el autor de nueve poemarios y destaca como algo consustancial a su estilo «la aparición de la imagen poderosa y sugestiva que puede deslumbrar como un relámpago si tiene belleza suficiente o golpear como un puñetazo en el estómago si es todo lo potente que se le pide».En Figuras de retablo, que planea presentar en Valladolid, Burgos y Aranda de Duero, busca ambos efectos.

tracking