El Correo de Burgos

BURGOS / XXXIX Feria del Libro

El que en buena hora nació alza la voz

La lectura pública y continuada del ‘Cantar de Mío Cid’, realizada por primera vez, concita a 55 participantes en el Arco de Santa María y reivindica tanto al personaje histórico como al literario

La solemnidad de la Sala de Poridad del Arco de Santa María albergó esta propuesta de la Hermandad de Caballeros e Infanzones.-Raúl Ochoa

La solemnidad de la Sala de Poridad del Arco de Santa María albergó esta propuesta de la Hermandad de Caballeros e Infanzones.-Raúl Ochoa

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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Se mantiene erguido y pétreo el Rodrigo Díaz de Vivar de Juan Cristóbal, con Babieca al trote y la Tizona desenvainada, presto a la batalla ajeno a que un puñado de personas, fieles devotos de su figura y sus hazañas, se rinde a sus pies a escasos metros con la primera lectura pública y continuada del Cantar de Mío Cid por obra y gracia de la Hermandad de Caballeros de Hijosdalgo de Río Ubierna e Infanzones de Vivar del Cid.

Las capas de su canciller, Juan Carlos Romero, su maestre, Álvaro Díaz, y el maestro de ceremonias, Luis Felipe Guerra, lucen como nunca entre las nobles piedras del Arco de Santa María, escenario elegido para este estreno.

Hasta 55 personas se apuntaron para leer en voz alta los versos escritos en el siglo XII por una mano anónima, quizás la de su copista, Per Abbat, cantando las gestas del que en buena hora nació, adornando su biografía, inventándose unas partes y suprimiendo otras. Versos que atruenan en la Sala de Poridad llamando la atención sobre la figura de este personaje al que, en opinión de algunos de los presentes, no se saca el partido que merece.

Lo cree así la alcaldesa de Vivar del Cid, Esther López, que sin querer hacer comparaciones se lamenta de que no se tengan por estas tierras el orgullo de otras que sacan pecho por cualquier cosa con valor que tengan como, dice, es el caso.

«Esta lectura significa poner en su sitio a la figura del Cid, ensalzarla, que está todavía muy olvidada, aunque sí se le empieza a dar nombre», señala la regidora de la cuna del héroe castellano, quien cree que todo lo que se haga en la ciudad para dar visibilidad al personaje beneficiará a la localidad donde nació.

Mientras ella habla, el teniente coronel de la Guardia Civil, Miguel Salom, que el viernes surcó los mares con Gulliver y Síndrome de Down Burgos, sigue los pasos del Cid a través de los versos anónimos.

Está encantado con la invitación, que llega tras nombrar a la Benemérita el año pasado miembro del Capítulo de Honor de la Hermandad.

«Todo lo que sea colaborar con la exaltación de la figura del Cid es bueno para la ciudad y como nosotros formamos parte de ella veía procedente implicarnos», apunta Salom, que lleva cinco años al frente de la institución en Burgos, ciudad en la que también pasó parte de su adolescencia.

Quiero volver a deciros / del que en buena hora ciñó espada. / En aquel altozano / allí fijó su estancia; / mientras el mundo sea mundo / con su gente mora o cristiana...

El cura de Vivar del Cid, José Luis López Fernández, inconfundible con su alzacuellos, es el lector número 15 y prepara su intervención sentado bajo el mural de Vela Zanetti.

Dice que le cuesta porque está en verso y no está él acostumbrado a dar los sermones en romance y llama la atención sobre el poder de esta lectura para «reivindicar más que la figura del Cid la literatura» y añade que «todo lo que actualice el Cid histórico o el literario es interesante».

Aunque no fue un acto de aglomeraciones, al menos durante la mañana, la lectura pública sí consiguió embrujar a tres niñas que seguían con atención el relato en la pequeña estancia noble del Arco de Santa María. Leire tiene once años, no ha leído aún el Cantar, pero el acto le estaba pareciendo muy chulo.

De Burgos a Valencia

A Valencia llegó el Cid tras el destierro de su tierra y la ciudad del Turia conquistó. Sin saberlo había tendido un puente entre ambas urbes que se mantendría por los siglos de los siglos.

Hasta allí emigró también hace unos años el burgalés Luis Felipe Guerra, maestro de ceremonias de la Hermandad, que ha venido este fin de semana expresamente para participar en esta lectura con las que él llama sus propias mesnadas, cuatro valencianos que también leyeron, y con un deseo: repetir este mismo acto en aquellas tierras. No sabe si lo conseguirá pero la idea le tiene ilusionado.

«Es una manera de unir a los pueblos y ciudades de España», expone y recuerda que ese camino que trazó el Cid durante el destierro se mantiene y ha propiciado las relaciones entre sus instituciones.

Precisamente fue un representante del Ayuntamiento, el concejal de Cultura, Fernando Gómez, el primero en espolear las hazañas del héroe, una historia a la que se sumará esta primera lectura pública del Cantar de Mío Cid, documentada gráficamente por Fede, que nace amparada por la Feria del Libro y con ánimo de continuidad.

Pero ayer hubo que poner un punto y final y... estas fueron las hazañas de Mío Cid Campeador en llegando a este lugar se ha acabado esta canción.

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