En torno a un baobab

Una columna común reconvertida en tronco firme. Banderas con mensaje a modo de hojas al viento. Una estampa que atrapa y traslada. Un paisaje evocador. El baobab como símbolo. Y es que este árbol gigantesco sostiene la muestra que ocupa hasta el 31 de julio la sala de exposiciones del Foro Solidario de Caja de Burgos. Lo hace como símbolo del continente que lo eleva a elemento sagrado y objeto de veneración.Multitud de leyendas circulan en África con tal protagonista de «forma variable y cáscara peluda». Y aquí, en Burgos, a miles de kilómetros de la tierra que representa ejerce de embajador. Brotan de él para la ocasión valores que presenta como emblemas de su cuna: hospitalidad, vida, respeto a los mayores, sentimiento, comunidad, resistencia, participación, noción del tiempo, tolerancia, lenguaje simbólico, tradición.Así se define Senegal, excusa para volver la mirada al «territorio del eterno atardecer» que es África y anfitrión de este recorrido visual, sonoro y también emocional que aguarda en el número 3 de la calle Manuel de la Cuesta bajo el nombre de Teranga, que así se titula la muestra, por ser este país de recibimiento y acogida.Imágenes vivas rubricadas por el fotógrafo Santiago Escribano acercan a un espectador mutado en explorador a los rostros luminosos de sus gentes, que hacen suyo y llenan de sentido el título de ‘sonrisa de África’ que se otorga a este estado subsahariano.El mismo objetivo se asoma sus paisajes, su diversidad étnica y su riqueza cultural. Capítulos de un paseo virtual que no obvia un doloroso pasado y presente. Un ayer marcado por la esclavitud, pues a Senegal pertenece la isla de Gorée, principal puerto de tráfico de esclavos durante varios siglos, hoy convertido en monumento en «recuerdo de la barbarie y símbolo de la liberación». Y un hoy atado a la emigración, pues de sus costas parten en la actualidad miles de almas que huyen de la pobreza que azota el continente negro.De fondo, música. El ritmo que impregna aquella tierra preside la estancia, abarrotada de instrumentos típicos a disposición del paseante, tentado incluso por escrito (un cartel lo explica en la entrada misma de la sala). Así, el kora, el djembé, el bolombolong, el baláfono y muchos más se prestan a toda caricia.En conjunto, instantáneas, textos, sonidos y símbolos dan forma a un pedazo de aquel país que mira al Atlántico y sueña con un futuro mejor.La muestra Teranga completa el listado de actividades impulsadas en torno al Día Mundial de África, celebrado el pasado 25 de mayo. La programación ha incluido también un club de lectura, proyecciones cinematográficas, talleres de percusión y actividades infantiles con el empeño común de propiciar una reflexión sobre la situación del nuestros vecinos del sur.