El Correo de Burgos

BURGALESES QUE EXPONEN FUERA

Alán Carrasco, el artista que se moja

El burgalés participa en varios proyectos que abordan la situación laboral, la Memoria Histórica o las contradicciones de la Ley Mordaza

‘No travaillez jamais’ reflexiona sobre la situación laboral.-Alán Carrasco.

‘No travaillez jamais’ reflexiona sobre la situación laboral.-Alán Carrasco.

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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Su proyecto sobre los desaparecidos en el conflicto armado que esquilmó a Perú, su intervención en torno a la fosa común de Estépar o el trabajo Mi primer millón de dólares, sobre el diferente valor del dinero según el país, dibujan a un artista comprometido con el pasado, presente y futuro, con la memoria histórica y la realidad actual. Alán Carrasco (Burgos, 1986) ha elegido el camino del arte político. A caballo entre Perú y España, tiene ahora su centro de operaciones en Barcelona con cuatro proyectos expositivos entre manos que abordan la situación laboral, el incumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, las contradicciones de la llamada Ley Mordaza y la repetición de los errores en la historia.

Ne travaillez jamais (ADN Platform, Sant Cugat, hasta el 24 de abril) engloba la obra de cuatro creadores. «En mi caso es un trabajo que se posiciona claramente contra la idea del trabajo. Es una paradoja», introduce Carrasco.

Su propuesta tiene dos partes, una primera en la que dos monitores recogen a toda velocidad los titulares de prensa de periódicos generalistas referentes a la tasa de paro en el último año. La pantalla de arriba emite los que hablan de la subida y el de abajo los que dan cuenta de la bajada del desempleo. «Es una metáfora de cómo estos indicadores aunque dan cifras concretas en realidad son una abstracción para quien lo lee, al ser presentados con esta cadencia y ritmo martilleante igual que la información con la que nos machacan».

Esta instalación se acompaña de una mesa en la que reúne ocho pilas de documentación con diferentes acercamientos a la condición del trabajo contemporáneo, desde estadísticas oficiales a noticias de prensa, tuit, pancartas, fotografías de gente manifestándose contrastado con textos de autores clásicos del XIX y contemporáneos. El último montón ofrece un formulario al visitante con preguntas sobre sus condiciones laborales, su franja salarial, las horas que trabaja, si cotiza todas, si cobra todas, si ha sufrido acoso, si ha denunciado a su jefe...

«La última les cuestiona sobre si son conscientes de la cantidad de plusvalía que aportan a su empleador. Esta pregunta descoloca a la gente, muchos no se lo habían planteaba y en el peor de los casos no entienden qué es eso de plusvalía...», agrega y espera que cuando se clausure esta muestra sea otra ya que la audiencia puede intervenirla.

Cauty said to Franco: What time is love? (SAC, Sant Andreu Contemporani, Barcelona, hasta el 16 de enero y en Lo Pati, Centro de Arte de Tarrasa, del 20 de enero al 20 de febrero) se regodea en la memoria histórica, un tema recurrente en el trabajo de Alán Carrasco.

En este caso el comisario insta a reflexionar sobre el último monumento franquista en Cataluña situado en Tortosa que ha esquivado la Ley 52/2007 de Memoria Histórica tras ser incluido en el Archivo de Bienes con Valor Histórico y Artístico de la Generalitat.

«Yo abogo por su eliminación. Hay gente que está en desacuerdo y apuesta por contextualizarlo, dar una lectura histórica adecuada y no hacer como que el franquismo no pasó. Para mí es un argumento falaz. La manera de contextualizar la historia no es dejar los monumentos que hacen honor a los ganadores, sino derribarlos, quitar la función para la que se colocaron y luego explicarlo en un lugar especializado, un museo de historia, como se ha hecho muy bien en Alemania con los grandes emblemas nazis», explica Carrasco.

Con este punto de partida, su trabajo incluye varias acciones: el envío de un mail a Google España (el planteamiento inicial llama la atención sobre el error de Google, que lo sitúa en Barcelona) con la geolocalización de Street View solicitando que cumpla la Ley de Memoria Histórica y aplique el filtro de emborronamiento a este monumento (aún no ha tenido respuesta); una captura de Street View desde uno de los puentes de la localidad a la que ha eliminado el monolito con la consiguiente extrañeza de quienes pasan por allí a diario y ya asimilan ese gigante vertical al horizonte de Tortosa; un extrañamiento reforzado con un audio reproducido al revés de la grabación de la inauguración del año 1966 con discursos del obispo de Tarragona, de su alcalde y del propio Franco junto a aplausos, vítores y hasta el Cara al sol.

15 planes terroristas (Ágora Juan Andrés Benítez de Barcelona, hoy) es una publicación en la que diez artistas reflexionan sobre la Ley 4/2015 de Seguridad Ciudadana.

«Partimos del planteamiento de que el mundo del arte tiene un paraguas para expresar algo que en Twitter o en una manifestación en la calle estaría penado. Ya que tenemos la posibilidad hay que aprovecharla. Somos todos muy conscientes de la realidad política y ninguno creamos obras de arte solo para ser vistas, sino que buscamos que la gente se cuestione cosas», expone antes de hablar de su pieza, a la que ha llamado El jefe de Estado en la época de la reproductibilidad técnica en clara alusión a Walter Benjamin, y que se basa en una fotocopia sobre otra de la imagen oficial del rey Felipe VI, cedida por Patrimonio Nacional.

«Me pregunto con ironía cuáles de esas fotocopias mecanizadas deja de ser un retrato oficial, cuál puede ser quemada, destruida o intervenida artísticamente sin miedo a consecuencias legales... Son cuestiones inocentes que esconden una gran paradoja: ¿Realmente en 2015 se puede condenar a alguien por pintar una nariz de payaso en la foto de un rey?», plantea.

La historia se repite más de dos veces... (Sant Andreu Contemporani, marzo-abril 2016) parte de la frase de Marx ‘La historia se repite siempre dos veces, la primera como tragedia y la segunda como farsa’. Y Alán Carrasco presentará su proyecto Papel mojado, en el que «demuestra que las Naciones Unidas están diciendo lo mismo sobre lo que llaman Cuestión Palestina desde 1946», destaca el artista que, a la vista está, siempre se moja.Lo hará también en los próximos proyectos que le llevan a Alemania y Holanda. El trabajo se le amontona a Alán Carrasco -«la precariedad de la profesión obliga a estar a ver qué sale y a veces se junta todo»-. Ahora disfruta de una beca a caballo entre Alemania y Barcelona para trabajar sobre la vinculación entre las decisiones políticas y las reformas urbanísticas en Berlín. Y realizará una residencia en Holanda para investigar las razones que propician la fundación de una ciudad industrial como Enschede, en la frontera con Alemania, y la necesidad de reinventarse cuando este movimiento fabril termina.FERNANDO RENES: Baile en la plaza del pueblo y en el salón (Domus Artium de Salamanca)

La ironía y el humor de Fernando Renes (Covarrubias, 1970) regresa a los museos con la exposición Cibernética y nutrición, que ocupa el Domus Artium de Salamanca hasta el 27 de marzo. El artista rachel vuelve a mancharse las manos de barro como ya hiciera en su propuesta para la inauguración del Centro García Lorca de Granada y apuesta por la cerámica, sin olvidar el dibujo, elemento fundamental en la trayectoria del burgalés.

El comisario de la exposición, el mirandés Eduardo García Nieto, destaca la importancia del dibujo en esta exposición, «la forma más primitiva de escritura, la más orgánica y, al mismo tiempo, la que posibilita la creación de sistemas. El dibujo se convierte aquí en un campo de estudio, en las animaciones, las cerámicas, pero también en las distintas formas o estilos, y campo de batalla en el que conviven lo popular y lo erudito, evidenciando que ambos territorios han buscado hablar de la sociedad, de la política, del mundo, mediante el humor, la crítica o la poesía».

Basta una mirada a las piezas que componen Cibernética y nutrición para constatar el sinfín de mensajes que el autor deja al público, mensajes con múltiples interpretaciones que aluden a los distintos imaginarios en los que se mueve Fernando Renes, que ha cincelado su carrera entre Estados Unidos, donde reside habitualmente, y España.

«Sus vivencias en Covarrubias, Nueva York o Roma evidenciaban tanto los flujos migrantes actuales como los mitos en torno a las grandes metrópolis y otros ámbitos urbanos, la pervivencia del mundo clásico en nuestros inconscientes, el papel que el humor y las poéticas juegan en nuestra cotidianeidad, lo erudito y lo popular en pugna con lo vernáculo o los mecanismos de articulación del poder, son algunos de los múltiples ámbitos que conviven en sus trabajos», explica el texto introductorio de esta exposición.

El burgalés que pasee por las salas del Domus Artium sonreirá al ver un plato con los emblemas que convierten en famosa a Burgos más allá de sus fronteras, desde la Catedral a Atapuerca, la morcilla, Covarrubias -patria chica de Renes- o el movimiento popular contra la construcción del bulevar en Gamonal.

Se recrea igualmente con la contradicción entre la omnipresencia de los hábitos saludables y la obesidad reinante, la contraposición entre arte clásico y contemporáneo o la problemática del terrorismo internacional.

Cibernética y nutrición reúne piezas entre los años 1995 y 2015 «lo que las convierte en nutrientes de un gran collage». «Un espacio compuesto por fragmentos del autor pero también del mundo del que somos contemporáneos», añade García Nieto y observa que la muestra «nos confronta con facetas de nuestras contemporaneidades al tiempo que presente una investigación en torno al dibujo».JULIÁN VALLE: Madrid respira en los paisajes ribereños (Galería Gurriarán de Madrid)

Se queja Madrid de la contaminación que lo asola estos días y ahí está un pintor burgalés para llevarles el aire puro del campo castellano hasta el 31 de este mes. Julián Valle debuta en la Villa y Corte con una primera exposición individual en la Galería Gurriarán, situada en la calle Argensola, al lado de Colón, en medio de la polución.

El artista, generoso, regala a los madrileños la magia y el misterio de los paisajes ribereños, los que le acompañan en su día a día, desde su estudio en Campillo, aunque también incluye otras vistas del resto de la provincia y de otros puntos de Castilla y León.

La belleza de sus cielos plomizos, sus enigmáticas montañas, el arrullo de sus ríos de aguas cristalinas que sirven de espejo a los coquetos chopos...

Una colección de pinturas acompañadas por las obras de música clásica y contemporánea que el pintor elige para darlas nombre desde el año 2012. Valle dirige su mirada a Tomas Luis de Victoria, William Lawes, Henry Purcell, John Dowland, Valentin Silvestrov, Marcel Pérès, Josquin Desprez, Schubert, Rautavaara, Sainte-Colombe, Morton Feldman, Scriabine o Bach.

El autor, que este mismo año ha ganado el Premio de Pintura Parlamento de La Rioja, está feliz con culminar 2015 con esta oportunidad largamente perseguida de exponer en Madrid al margen de las colectivas y su presencia en ARCO.

«Es un territorio casi impermeable. Yo me he hartado de mandar todos estos años cartas, invitaciones y dossieres para nada. En este caso ha sido por recomendación-presentación de un artista de esa galería», comenta el que fuera miembro de A Ua Crag, el colectivo arandino que acaparó miradas en los ochenta, cuya obra de ahora nada tiene que ver con la que presentó en Madrid hace treinta años. «Estaba empezando y andaba algo despistado. Hacía una figuración expresionista y solo eran personajes sin apenas fondo», recuerda y advierte una evolución continua hasta llegar al paisaje que domina su trabajo ahora, con permiso de unas pequeñas esculturas de cerámica gres, que trufan los paisajes en Gurriarán.

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