El Correo de Burgos

Entrevista a Joan Gràcia, miembro de Tricicle

«La gente necesita el directo, no vivir todo delante de una pantalla»

Junto a Paco Mir y Carles Sans, forma una de las compañías de cómicos más consolidadas y longevas de la escena nacional. Tricicle lleva más de treinta años de éxito tras éxito con un humor gestual que en BITS, su octavo y anunciado último espectáculo de creación, se cuela en internet

Paco Mir (i.), Joan Gràcia (c.) y Carles Sans, Tricicle, en un gag de ‘BITS’.-Quique Fidalgo

Paco Mir (i.), Joan Gràcia (c.) y Carles Sans, Tricicle, en un gag de ‘BITS’.-Quique Fidalgo

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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Pregunta- ¿Qué se va a encontrar el público en BITS?

Respuesta- Un espectáculo muy divertido, que es lo que siempre pretendemos y logramos, pensado e ideado alrededor del mundo que vivimos actualmente. No sabemos hacer nada si no es con un ordenador o un móvil, no miramos la enciclopedia porque tenemos la wikipedia, la gente no contrata viajes porque los compra por internet, en lugar de llamar por teléfono, escribir postales o tomar una cerveza se comunica a través de chats y Whatsapp... Si el mundo de internet impide a la gente ir al teatro, nosotros llevamos internet al teatro.

P.- ¿Sacan el látigo?

R.- No se hace de una forma crítica, en contra de él, sino simplemente se da una visión humorística de como lo utilizamos. Son actos cotidianos de la gente que salen al teatro. Y todo conectado. A través de un click de ratón vamos de una situación a otra con la misma rapidez a la que va el mundo en que vivimos.

P.- Lo promocionan como el espectáculo con el mayor número de gags por minuto. ¿Tan buena musa es la realidad?

R.- Un día contamos cuántas veces se reía el público y lo hacía 545. Si lo divides por el tiempo que dura, tienes risas cada ocho segundos...

P.- ¿En qué ciudad se hizo el experimento? ¿El público se ríe más en una latitud que en otra?

R.- No, no, nosotros hacemos un humor de cultura general, no uno catalán, español o inglés. Cogemos lo que le pasa al ser humano y este se enamora en Japón o en China y tropieza en Holanda o en Tombuctú. Le pasan las cosas más insólitas y muchas las recogemos y llevamos al teatro. Esa es nuestra forma de trabajar: cosas que nos pasan, que vemos, que nos inspiran y a las que, lógicamente, damos nuestra pátina.

P.- ¿Cómo es ese proceso de creación de Tricicle?

R.- Tarda unos cuatro meses. Primero se trata de encontrar la idea, que lleva un tiempo, hay muchas descartadas por difíciles, irrealizables, imposibles.... Una vez hallada, imaginamos cosas, somos muy niños y no hemos perdido la facilidad de convertir un palo o una escobilla del lavabo en una espada. Pensamos gags y cuando tenemos un guion confeccionado lo llevamos a un escenario. Ensayamos, vemos las cosas que sirven, nos guían a otras, retiramos algunas y diseñamos las situaciones de los sketchs. Nos gusta hacer luego preestrenos con chavales de instituto, que están muy al día y son muy sinceros, para bien y para mal, se ríen muy fuerte o hablan entre ellos aburridos. Nos marcan por dónde van los tiros. Sobre esto retocamos y estrenamos. Después hay un proceso muy interesante en los cómicos y es que siempre mejoramos el espectáculo a base de hacerlo cada día. Esto significa que si llevamos tres años y medio con BITS cuando mejor está es cuando llegue a Burgos.

P.- Los burgaleses lo verán en el momento más dulce...

R.- Sí porque somos autores, directores y actores y no dejamos que decaiga la cosa.

P.- ¿He ahí el secreto de que lleven más de treinta años en la carretera?

R.- El secreto está en que nos ha ido bien. Si hubiéramos tenido algún fracaso quizás habríamos empezado a culparnos entre nosotros para ver de quién había sido la idea y achacárselo. Luego somos tolerantes, nos tenemos mucho respeto, sabemos la importancia de cada uno de nosotros tres, no hay ningún líder que crea que es el mejor, el más guapo y el más listo. Además, nos damos dos o tres meses de vacaciones al año, que es lo que deberían hacer todos los matrimonios para ser felices hasta los últimos días de sus vidas. Y, lo más importante, durante este tiempo nos permitimos hacer de todo, también de esto deberían tomar nota las parejas. Si tienes la libertad de hacer lo que quieras cuando vuelves te das cuenta de lo que tienes.

P.- Dice que no han perdido la imaginación de la infancia, ¿pero qué han extraviado para anunciar BITS como el último montaje de creación?

R.- Llevamos años haciendo muchos viajes, durmiendo en muchos hoteles, estamos cansados de las giras largas y somos gente que nos gusta hacer otras muchas cosas en el mundo del teatro, aunque ya dirigimos, producimos y llevamos la programación de dos teatros de Barcelona, y las giras de nueve meses fuera de casa te quitan tiempo. Tampoco nos vamos a retirar de una forma definitiva, sino que haremos un espectáculo de nuestros grandes éxitos. También cuenta que hacemos un teatro físico y rondamos una edad que, aunque estamos súper bien, ya no es lo mismo. No hacemos un monólogo, nos sentamos y estamos una hora hablando, sino que hay entradas, salidas, carreras, saltos, cambios...

P.- En esta obra ya recuperan a personajes de anteriores trabajos. ¿Cómo han envejecido?

R.- Muy bien porque nuestros espectáculos son intemporales. Nunca utilizamos la noticia que pasó ayer o la imitación del político que hoy está y mañana no, aunque algunos lleven ya demasiado tiempo en política. El hombre de Cromañón tropezaba, se caía y el que tenía al lado se reía y eso seguirá pasando millones de años. En BITS hemos rescatado a unas ancianitas que salían en Exit, una obra de 1984, y más de treinta años después funcionan súper bien e incluso utilizamos las mismas pelucas, gabardinas y zapatos.

P.- Dicen que es el proyecto en el que más hablan. ¿Se les ha soltado la lengua con la edad?

R.- Noooo. La lengua se nos suelta solo en las entrevistas. Si antes teníamos un 98% sin texto, ahora es el 95%. En un par de sketchs hay un par de diálogos muy cortos y sí utilizamos, como siempre, la voz en off.

P.- ¿Cómo ve Tricicle la situación cultural desde el escenario al que llevan subidos casi cuarenta años?

R.- Un poco triste. De entrada, el IVA cultural del 21% ha matado muchas compañías, ha sacado a público de los teatros, espectáculos que antes eran de diez, doce o catorce personas ahora son de uno o dos, se han bajado las programaciones... La crisis no debería afectar a la cultura porque esta no tiene crisis en el sentido creativo, pero en el momento que la gravan están matando la creatividad. Y luego durante estos últimos años no he visto nada que dijeras ‘mira qué política más maravillosa e innovadora’, sino todo lo contrario.

P.- ¿Y en este tiempo han visto a algún cómico que les provocara decir ‘mira qué humor más sorprendente’?

R.- No he visto surgir a nadie con mucha fuerza y que no utilice la televisión. Hablo del cómico que se enfrenta al público en directo en un teatro. No creo que sea tampoco un buen momento para el humor.

P.- ¿El teatro, por lo menos, sí resiste a internet?

R.- Hay un tipo de gente que en lugar de ver porno por televisión aún prefiere besar y acariciar a las mujeres en directo y eso en la vida morirá. Llega un momento en que necesitas vivir y no que todo te ocurra delante de una pantalla. Gracias a eso, la gente va al teatro, y hay un boom de festivales musicales, y de circo... La gente necesita el directo.

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