«Es el salto para que nos conozcan fuera de casa»

Su triunfo en el UBULive los acerca más a Julio César y su mítico veni, vidi, vici que a la Revolución Francesa, pero The Girondines debe más a la guillotina de Robespierre que al emperador romano. Ayer, apenas recuperados de la fiesta de la noche anterior, el cuarteto arandino se felicitaba por la victoria en boca de su guitarrista, David del Cura. «Lo más importante es el conocimiento que te da en Burgos. Es brutal. Eso es lo que buscábamos, dar el salto fuera de casa. Estamos muy contentos», resume.La banda ribereña llegó al escenario de El Hangar, vio y venció, con permiso de Ivory Coast y Wolf, que los acompañaron en la final de la séptima edición del Concurso de Grupos Musicales de la Universidad de Burgos.En lo alto del podio The Girondines se encontró con un cheque de 600 euros y un billete directo al Sonorama. Tienen claro que invertirán el dinero en mejorar el material del grupo y tener más garantías de éxito con el que será su primer disco en castellano. Esperan tenerlo listo en junio y poder desgranarlo en su actuación en el festival ribereño, la cita a la que deben su existencia.

Pasó hace cuatro o cinco sonoramas. Mismo da. El ambiente, la gente, los artistas... los llevó a preguntarse por qué ellos no. Y se juntaron, y mientras estudiaban la Revolución Francesa en el instituto, se vinieron arriba, Robespierre los iluminó, eligieron como nombre The Jacobins. Estaba pillado y se fueron a la bancada de enfrente. The Girondines empezó a tocar en los bares de su pueblo, ante su gente, y gustaron. Tanto que pronto tuvieron su primera oportunidad en el Sonorama con una actuación vespertina en la ya mítica plaza del Trigo.El UBULive, la cuerda que los ha sacado del pozo en el que habían caído hace un año, los aúpa de nuevo a su codiciado cartel. Esta vez quieren que sea la buena.«Tocamos hace tres años y no éramos aún un grupo consolidado, pero este verano será otro rollo», observa Del Cura también en nombre de sus compañeros, Gabriel Barriuso (voz), Alberto Martín (bajo) y Víctor Rampérez (batería).The Girondines se sitúa en una fusión entre el britpop de los noventa (Oasis, Blur...) y el stoner rock americano. Empezaron a tocar en inglés porque todas sus influencias venían del mundo anglosajón. Componer en castellano ha sido un desafío. «Cantar en inglés está bien, nos sale solo, pero hacerlo en tu idioma te da un matiz distinto», amplía sin rehuir su inspiración en Pink Floyd, The Who o Rolling Stones.Ahora toca robar tiempo a sus estudios para redondear ese álbum. Los miembros de The Girondines, como el del resto de participantes en el UBULive, apenas pasan de la veintena y todos siguen hincando codos -solo Gabriel lo hace en el campus burgalés, requisito imprescindible para presentarse al concurso-. No se plantean aún vivir de la música. Horizonte lejano.

Se conforman con pasárselo bien y creen que en Aranda se da el clima adecuado para conseguirlo. El guitarra reconoce que salas para tocar en eléctrico solo tienen una, La Colmena Musical, aunque sí existen varios bares para pequeños conciertos en acústico, y tildan de alentador que en una localidad del tamaño de Aranda existan en torno a 70 bandas. «Hay un buen gremio montado», advierte Del Cura, seguro de que el Sonorama es la chispa que prende este boom y lo mantiene.