El Correo de Burgos

Artes escénicas

Juana la Loca, una mujer ante el abismo

Ana I. Roncero y Juan Luis Sáez retratan a la reina que no quiso reinar y la manipulación que sufrió. Mañana, en el patio de la Casa del Cordón

Juan Luis Sáez y Ana I. Roncero, ayer en La Parrala, durante los ensayos del espectáculo.-Israel L. Murillo

Juan Luis Sáez y Ana I. Roncero, ayer en La Parrala, durante los ensayos del espectáculo.-Israel L. Murillo

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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Ana Roncero vive con el reloj en la mano. Casi sin despojarse de la falda que vestía Teresa de Jesús se ha puesto la minifalda y los tacones con los que lleva a las tablas a Juana I de Castilla. Si a la mística abulense le quitó la aureola para retratar a la mujer, de Juana la Loca omite la sangre azul para adentrarse en los tormentos que padeció en su época por ser mujer. La actriz zamorana residente en Burgos desde hace años se pregunta cómo habría discurrido el trastorno que irrefutablemente padecía si no hubiera sido manipulada por sus padres primero y su marido después en Juana I: la semilla de la locura, el montaje que estrena mañana en el patio de la Casa del Cordón (20.30 horas, 10 euros), escenario simbólico en la vida de la que fuera esposa de Felipe el Hermoso.«A mí me interesa hablar desde que Juana sale de España para casarse con Felipe hasta que la encierran en Tordesillas. Un periodo en el que es manipulada por su madre, su padre y su esposo. La usan, la utilizan y la abandonan. Evidentemente está loca, tiene ese germen que la viene de su abuela, pero mi duda es: ¿Si ella hubiera sido tratada de otra manera se habría desarrollado en ella esa locura? ¿Hubiera sido tan patente, tan evidente?», expone la intérprete y añade que se recrea en esos «momentos en los que se encuentra ante sus abismos», combinados con otros de lucidez en los que toma decisiones.Roncero aclara que este espectáculo se aleja del monólogo de la propuesta teresiana ya que junto a ella en escena se encuentra un inicialmente reticente Juan Luis Sáez.Ambos cuentan a veces los mismos hechos. Pero la actriz lo hace siempre desde la emoción, «lo vivido, sufrido, amado», y el actor, sin interpretar a un personaje concreto, encarna la mirada histórica, los hechos, los datos, lo que las crónicas dijeron de lo acontecido en el momento.

No se quedará cada uno en su sitio. Ella se inmiscuirá en su espacio -con la mesa de sonido, luces y un set dj, que enfatiza esa imagen aséptica- y él reprenderá algunas de las decisiones de la heredera de los Reyes Católicos.«La imagen es totalmente actual. Ella no va vestida de reina, sino de mujer, con minifalda y tacones. Pensamos que mucho de lo que le pasó a Juana fue por ser mujer, si hubiera sido un hombre en las circunstancias que vivió no habría pasado lo mismo. Nos interesaba remarcar ese hecho», puntualiza Roncero recién terminado el ensayo en La Parrala y emocionada por dar vida a Juana I en el mismo escenario donde murió Felipe el Hermoso, su gran amor y uno de los culpables de su tormento.El proyecto, que cuenta con una ayuda CREA de la Fundación Caja de Burgos y la colaboración del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, se preestrenó el pasado domingo en Villarcayo, vive su gran día mañana en el antiguo Palacio del Condestable y seguirá su recorrido con funciones ya cerradas en Zamora en mayo y en el jardín del Palacio de la Isla burgalés en junio.La actriz espera poder llevarlo igualmente a la Feria de Teatro de Castilla y León en Ciudad Rodrigo y aún debe compaginar los dolores del corazón de Juana con los del alma de Santa Teresa, cuyo eco aún colea.

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