El Correo de Burgos

La Espuela / Fernando Martín, director de la Biblioteca Universitaria

«Mi obra apócrifa está aún por escribir»

Pilota su vida entre libros, aunque se pirraría por hacerlo desde el cielo. Vitoriano del 74, estudió Biblioteconomía en Salamanca y antes de ponerse el birrete llegó a la UBU con su primer trabajo en el equipaje, en su actual cargo desde 2001. Licenciado en Documentación por la Oberta, ‘parla una miqueta’ catalán. En la intimidad, está casado con Bea y tiene dos hijos, Darío (9 años) e Irene (4 años)

Fernando Martín-Raúl Ochoa

Fernando Martín-Raúl Ochoa

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A.S.R.
Burgos

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Pregunta- En un lugar de la biblioteca universitaria hace veinte años que vive...

Respuesta- ...trabaja y comparte su tiempo laboral Fernando Martín con un equipo de gente que trata de hacer lo mejor posible para que alumnos, profesores e investigadores tengan aquellos recursos y espacios que necesitan para su aprendizaje, estudio e investigación.P.- ¿Más Quijote o más Sancho?

R.- Más Sancho, por supuesto. A la hora de enfrentarte a lo que sucede siempre partes de un punto de realidad y prudencia, aunque al final acabes haciendo castillos en el aire y lanzándote a la mayor aventura quijotesca jamás imaginada.P.- ¿Cómo se llevan un bibliotecario y un desordenado?

R.- Francamente bien. Cuando la faceta de bibliotecario intenta poner orden en la del desordenado los engranajes chirrían y saltan pero al final se impone la cordura de querer hacer las cosas bien. El desorden es una constante que nos acompaña en nuestra profesión y que nos ayuda a descubrir cosas que no encontraríamos siguiendo el orden establecido.P.- ¿Cuál es el mayor tesoro hallado en ese desorden?

R.- Mis hijos, a los que adoptamos en Ekaterimburgo y en Castilla y León. En ese no planificar aparecen de la manera más espontánea y fascinante.P.- ¿Ha sido alguna vez un documentado indocumentado?

R.- Suelo ser bastante indocumentado. Nunca voy con los papeles encima. Ni llevo DNI, ni tarjetas de crédito...P.- ¿Quedan ratones en su biblioteca?

R.- ¡Claro! Pero ahora hurgan menos entre los papeles y los libros y pasan mucho rato delante del ordenador. Los ratones de biblioteca existen y existirán pero adaptados a las nuevas tecnologías y oportunidades.P.- ¿Teme más a los viejos o a los nuevos?

R.- A ninguno. A los dos les persigue el mismo afán, el de buscar la información para generar eso que la universidad hace tan bien que es el conocimiento.P.- ¿Cuál es el mayor miedo de un bibliotecario universitario?

R.- Hacer tu trabajo, pensar que estás dando una solución a un problema de la comunidad universitaria y luego darte cuenta de que al final no es de la utilidad que pensabas.P.- ¿Un sueño inalcanzable?

R.- Por definición, los sueños se pueden alcanzar. Es un tema de propósito, tesón, esfuerzo y una compañía adecuada.P.- ¿Cuál es su obra apócrifa?

R.- Está todavía por escribir.P.- ¿Es la enciclopedia una inquilina desahuciada?

R.- No, ahora vive en comunidad, que es mucho más interesante. Hoy la enciclopedia es todo aquello que las personas conectadas son capaces de construir y el mayor ejemplo es internet.P.- ¿El papel tiene los días contados?

R.- Ni mucho menos. Es un tema de coexistencia. Las cosas no son ni blancas ni negras. El papel va a seguir con nosotros porque tiene un efecto fetiche, es un bálsamo contra un montón de dolencias y una terapia estupenda para aquellos momentos en los que uno busca recogerse de una manera especial. Es un objeto que trasciende al propio contenido.P.- ¿Lee en papel o en pantalla?

R.- Leo en papel por una cuestión de costumbre.P.- Anda el campus de campaña. ¿Con qué promesa ganarán su voto los candidatos?

R.- El voto no se gana con promesas, sino con esfuerzo y trabajo. Si cualquiera de los candidatos quiere construir una organización fuerte o colocar a la universidad en el lugar que se merece debe hacerlo contando con las personas.P.- Le cayeron gotas de sudor al escalar qué montaña... de libros.

R.- Escalar montañas de libros no requiere mucho esfuerzo. Hay otras en la vida que son más dificultosas. Los libros siempre son un medio para llegar a esas cimas.P.- ¿Cuál se le ha resistido?

R.- Tengo tiempo todavía para abordar cualquier cumbre.P.- No es de tirar la toalla...

R.- A veces la tiro no tanto por la dificultad sino por aburrimiento o hastío.P.- Si Fernando Martín tuviera alas. ¿Sería más Dédalo o más Ícaro?

R.- Se me derretiría la cera porque siempre tiendes a pensar en gastar todo tu esfuerzo en llegar sin pensar en procurarte una vuelta. Sería más imprudente.P.- ¿Y qué le gustaría ver desde las nubes?

R.- Que el sitio en el que vivo es mucho más justo y ha sido capaz de desprenderse de todo lo que es vergonzante como lo que está ocurriendo con los refugiados.P.- El día que tenga su licencia de piloto. ¿Dónde volará primero?

R.- Hacia el mar. Santander.P.- ¿En qué encrucijada se equivocó de camino?

R.- En ninguna. Los errores que uno haya cometido los acaba convirtiendo en aciertos porque aprende a convivir con ellos y cuanto más cómodo te sientas en ellos más conforme estarás contigo mismo.P.- ¿Cuál es la senda que no se atreve a emprender?

R.- Aquella en la que pongo en riesgo los valores y a las personas que me han acompañado toda la vida.P.- One, two, free...

R.- ...four, five, sex.P.- ¿De qué estamos hablando?

R.- One, two, free es un grupo de gente maravillosa que decide compartir su tiempo dedicándolo a sus hijos tratando de descubrir y aprender con ellos de una forma activa y siendo protagonistas del tiempo libre.P.- ¿Dónde esconde al niño que lleva dentro y cuándo lo saca?

R.- Normalmente lo saco fuera del trabajo, pero cada vez me cuesta más reprimirme y no hacerlo dentro.P.- ¿Qué se lo impide?

R.- Las formas son las formas, tú.P.- Y de pequeño quiere ser...

R.- De todo menos bibliotecario. Soy de vocación tardía.

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