«Leonor es un personaje como la copa de un pino»

José María Pérez Peridis se cuela de nuevo en la corte de Alfonso VIII y Leonor de Plantagenet en su nueva novela, La maldición de la reina Leonor, y lo hace para encender todos sus focos sobre un personaje al que la historia aún no ha reconocido todos sus méritos. De la mano de la reina que mandó construir Las Huelgas se presenta el escritor, arquitecto y dibujante hoy en la Sala Polisón del Principal (19 horas, entrada libre), una estancia que ya solo con nombrarla desboca una retahíla de recuerdos pues él llevó la batuta de la restauración del teatro isabelino.

Peridis confiesa que en Burgos se siente como en casa tanto en la actualidad como en la Edad Media. Hasta el siglo XII viaja para seguir los pasos de Leonor de Plantagenet que le llevan irremediablemente a dibujar los del Maestro Ricardo, artífice de la construcción del cenobio cisterciense.«Es un homenaje a la reina Leonor. Se trata de ponerla de actualidad porque es una reina formidable y una gran desconocida. Fue muy importante, reinó muchos años, trajo a España el esplendor de una corte como la de Aquitania y Plantagenet», resume y recuerda como promovió la construcción de Las Huelgas, el Hospital del Rey -«el más importante en el Camino de Santiago»- o la catedral de Cuenca, reconoce igualmente sus dotes diplomáticas y su carácter de mujer de estado para casar a sus hijas en reinos estratégicos, su condición de abuela de dos reyes tan importantes como fueron San Luis en Francia y San Fernando en España...«¿Y un personaje de este calibre no tiene quién la escriba? No me fastidies. Alguno tendremos que dar el paso. Doña Leonor sí tiene quien la escribe. Es un personaje como la copa de un pino», advierte con entusiasmo y reconoce que cualquier otro país se hubiera rendido a sus pies y explotado su figura.«Sería una de las reinas del frontispicio de los reyes, tan conocida como cualquiera de ellos. Otros más famosos reinaron mucho menos y no hicieron nada», lamenta.Él descubrió a este personaje durante la realización de su anterior novela, Esperando al rey, Premio Alfonso X el Sabio, que partía de la decisión de Alfonso VII de repartir sus dominios entre sus hijos: Castilla para Sancho y León para Fernando.Por esa historia ya se paseaba Leonor de Plantagenet, que vivirá un «reinado glorioso», con la victoria de las Navas de Tolosa como momento cumbre. Pero para que haya luces son necesarias las sombras. Y en ese lado se encuentra la incertidumbre sobre si podrá engendrar un heredero debido a la maldición por la que morirían todos sus primogénitos varones, que persigue a su familia desde que su padre matara a Tomas Beckett.La razón y el corazón se suceden en estas páginas. El poder y los sentimientos, los hechos y las intrigas palaciegas, los dimes y diretes... Galopan por ella los reyes, pero también otros personajes como la judía de Toledo, amante del monarca, o el maestro que erigirá Las Huelgas, trovador y culto, que mitiga la inculta corte que la reina se encuentra cuando llega a Castilla.

«Es una novela llena de vida. He pretendido que sea histórica artística. Histórica porque cuenta la vida tal y como era en aquel tiempo, que, al contrario de lo que se nos dice, no es tan oscura, a través de las pasiones y las vivencias de estos grandes personajes y grandes desconocidos. Y artística porque lo hace a través del arte, que es el elemento de expresión que nos ha quedado», ahonda Peridis, quien llama la atención sobre su actualidad al evidenciar como, pese a haber pasado ochocientos años, se mantienen los mismos problemas: «Existen dos visiones del mundo movidas por los intereses de quienes mandan».La historia se repite. Y ahora el pasado tiene mucho predicamento entre el público. Peridis constata que vive un gran momento. «Las series de televisión nos hacen a nosotros lo mismo que el drama de Shakespeare a los ingleses en el siglo XVII. Él tuvo el genio de hacer teatro de su propia historia y tuvo gran influencia en la literatura inglesa. Lo que se ha hecho en España es muy digno y ha interesado a mucha gente por nuestras raíces y memoria. Es un vehículo extraordinario», observa el escritor que está viviendo una intensa gira de promoción. Ayer estaba en Sevilla. Hoy llega a Burgos.