El Correo de Burgos

Música

‘Una nueva vida’ sin miedo a volar

Sammy Jankis publica su segundo álbum, ‘A new life’, ocho canciones de un ecléctico estilo que parten de la pérdida, pero miran al frente. Se presenta mañana en la escalinata junto al CAB

Portada del disco con ilustración de Raúl Allén.-

Portada del disco con ilustración de Raúl Allén.-

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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El mar que arrastró la vida de Massar desde su Senegal natal hasta voltearla sin remedio, merced al destino y a las decisiones impuestas por otros (Just to say goodbye); la nostalgia que tiñe el reencuentro con una persona de la que no hace mucho eras uña y carne y a la que ahora saludas como al vecino del quinto (Rosseanne); las preguntas que regresan como pavesas al recordar una historia de amor reducida definitivamente a cenizas (Tell me now); el hastío que produce tirar siempre del carro consciente de lo inútil de esperar que los milagros caigan del cielo (Waiting for miracles)...

La pérdida y la ruptura permanecen latentes en las canciones de A new life, el segundo disco de Sammy Jankis, planteado como una respuesta al anterior, homónimo, alumbrado a partir de la sucesión de rupturas sentimentales que rodearon a Alfonso Gutiérrez, artífice de este proyecto.

Los protagonistas de estos temas dejan atrás cosas. Pero ya no se lamen sus heridas. El derrotismo da paso a cierta luminosidad. Ahora las ventanas se abren de par en par y se planta cara al futuro con determinación. Ahora, como bien ilustra el vallisoletano Raúl Allén en la portada del disco, se levanta la mirada y observa el horizonte sin miedo, aunque no desnudo, bien abrigado, quizás escarmentado, pero dispuesto a luchar.«El duelo y la pena dan paso a la asunción de esa ruptura. Las canciones miran adelante, hablan de esos finales pero como decisiones que te han llevado a ese lugar o a dejar atrás algo o alguien y a seguir otro camino. Tu camino. Una nueva vida», expone Gutiérrez, autor de música y letras y productor, que advierte un trabajo más pensado que el anterior sin concesiones a la casualidad, con cada arreglo trazado para un músico en concreto. Pero con idéntico espíritu aventurero.Porque otra vez se ha rodeado de los artistas que ha querido y ha salido a buscarlos. A new life, a la venta en Bardeblás, Carabás, Masala, El huerto de Roque, El armario de Carla y Dr. Music, se ha grabado en Madrid, en Burgos y en domicilios particulares de aquí y allá durante fines de semana maratonianos, con la maleta sin deshacer del todo, entre el reloj marcando las horas y risas cómplices de amigos... Porque eso es Sammy Jankis. Una amistad fraguada en torno a la pasión que los une: la música.A Alfonso Gutiérrez (batería) le acompañan Lorena del Mar (voz), Zulaima Boheto (violonchelo), Sandra Melero (viola), Luis Martínez (violín), Javier Delgado (piano y teclado), Joaquín García y Jesús Montes (bajo), Jag Stone, Nico Álvarez y Mauri Mora (guitarra), Carlos García (trompa), Fernando Moya (bombardino), Pablo Pardo (saxo), Adolfo Pereira (weissenborn) y Diana García (coros).

La mayor parte estará mañana en el escenario de la escalinata del CAB (20.30 horas) para estrenar estas nuevas canciones.También subirá Massar, quien inspira el, probablemente, tema más emotivo de este trabajo. Habla de un niño de trece años que, ingenuo, se monta en la barca del pescador de su pueblo por pasar la tarde sin saber que zarpa rumbo a España. Su angustia se acentúa días después cuando un helicóptero los encuentra en medio del mar y nadie atiende la súplica de ese pequeño que pide volver con sus padres. Tendría que esperar a su mayoría de edad. Desbordada Canarias, llegó a Burgos. Aquí creció, aquí estudió y aquí decidió quedarse en España. Y aquí siempre tuvo la pena de no volver a tiempo para besar a su madre.Gutiérrez, que se enamoró de su historia tras verla en un documental de David Palacín, le da la oportunidad de despedirse de ella en su lengua natal, wolof, en Just to say goodbye.La melancolía irrumpe poderosa en este disco, pero también la alegría. Tenía ganas el compositor de darse ese lujo. Y no se ha privado. Y es que, aunque pueda parecer que no, detrás de Sammy Jankis se esconde un tipo feliz. E inquieto. El to be continued de esta bonita historia aún está en el aire. Ahora toca gozar de A new life.

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