El Correo de Burgos

Exposición

Paisaje cántabro, caballete burgalés

Luis Alberto Portilla y Desan, que comparten sala en Potes, abren una ventana a estas tierras

El paisaje cántabro centra la mayoría de las pinturas de Portilla.-

El paisaje cántabro centra la mayoría de las pinturas de Portilla.-

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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A Luis Alberto Portilla (Santander, 1960) se le vislumbra el regocijo por exponer en su tierruca incluso a través de las escuetas palabras que escribe en un correo electrónico. Las vacucas -«eran inevitables»- en los verdes prados, los imponentes paisajes desde los numerosos miradores de la Cordillera Cantábrica, el camino apresurado bajo el paraguas de las gentes de Santander acostumbradas al repiqueteo de la lluvia en el cemento, los salvajes acantilados asomados al mar, los senderistas prestos a gozar de los secretos de una naturaleza privilegiada, los rincones transitados de la ciudad anfitriona...Portilla se asoma a tierras cántabras, a su paisaje y a sus gentes, en la antigua iglesia de San Vicente, hoy Centro de Estudios Lebaniegos, de Potes con la satisfacción de jugar en casa. No lo hace solo. Mantiene un mano a mano con Desan, el nombre que Ignacio González de Santiago ha adoptado en su vida pictórica, que abre esa misma ventana a las vistas de la Comunidad vecina.

El pintor burgalés se recrea en el paisaje lebaniego, en sus riscos, en los monumentos a quienes forman parte de su historia como la escultura al oso cántabro que se levanta en el Collado de Llesba o la dedicada al médico rural erigida en el mismo Potes, pero también se pierde por la cercana Montaña Palentina, incluso hace un guiño a la Sierra de la Demanda, y se moja los pies con las aguas saladas de las playas del norte.14 óleos sobre lienzo o tabla y 15 acrílicos, acuarelas o técnica mixta sobre papel o cartón son la aportación de Desan.Heterogénea también es la elección de Luis Alberto Portilla, santanderino pero afincado en Burgos desde hace años, en técnicas y soportes para la veintena de obras que cuelga en las paredes de San Vicente. A través de óleo, mixta sobre tabla y alguna acuarela sobre papel invita al espectador a experimentar un viaje de emociones, bien porque apelan a su imaginario, bien porque descubren un universo por el que cualquiera quisiera perderse.Los dos autores se adentran en estas tierras con la confianza de ser la cuna de uno, Luis Alberto Portilla, y la residencia temporal de otro, Desan, que fue profesor del Instituto de Potes durante siete años.Juntos, pero no revueltos, Portilla y Desan convergen en esta exposición, a pesar de que el segundo se autodenomina telonero del primero, al que se refiere como cabeza de cartel.Cierto es que las trayectorias de ambos son dispares. Luis Alberto Portilla atesora una larga lista de muestras individuales, mientras Desan apenas está dando sus primeros pasos en el mundo de la pintura y, hasta el momento, tímidas han sido sus exposiciones al público.

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