El hospital baila folk en domingo

A punto de dar las doce en el reloj, los pasillos del Hospital Universitario de Burgos (HUBU) se alargan sin fin. El habitual trajín torna en calma en domingo. Aunque alguien ayer se empeñó en rasgar ese silencio. Catorce músicos arrastraron sus cajones, sus instrumentos y toda su ilusión con el propósito de romper la rutina de pacientes y personal del centro. Aunque solo fuera durante una hora.

Después del éxito del estreno de su nuevo disco, A new life, el sábado por la tarde en la escalinata del CAB, Sammy Jankis al completo, acompañados incluso por su dibujante, Raúl Allén, que los retrató uno a uno en su libreta, se trasladó a la terraza de Psiquiatría para dar un nuevo concierto dentro del programa Culturapia, puesto en marcha por la Fundación Caja de Burgos y La Caixa, con el objetivo de acercar propuestas escénicas y musicales a personas que no pueden acceder a ellas como son las hospitalizadas o los presos.La actuación empezó puntual. Los músicos tomaron posiciones a la sombra. El público pudo elegir silla. Sol y sombra.Cantaron canciones de ese segundo trabajo aún calentito, pero también del primero, Sammy Jankis. Frente a ellos, pacientes con distintas patologías, enfermeras, auxiliares y personal de seguridad. Hubo tiempo para seguir el ritmo con las palmas, para interactuar con los artistas e incluso para bailar. Sin prejuicios.«Estos conciertos aportan a los pacientes todos los beneficios que la música acarrea para cualquier persona, pero además sirven para abrir las instituciones», exponía al terminar la actuación María Jesús García, supervisora de área de Hospitalización, que observa la buena acogida que este programa, que ya ha llevado al HUBU alrededor de treinta propuestas, ha recibido en todas las unidades -Psiquiatría, Pediatría, Oncología, Neurología...- a las que ha llegado.Tiene también piropos para los artistas que han pasado ya por las instalaciones. «Todos se han integrado muy bien con los pacientes y con el entorno. Es admirable. Supongo que cuando ellos eligen venir es que hay algo», agrega.Y es que si estos encuentros son una medicina sin igual para los enfermos, también se convierten en toda una experiencia para los que salen a escena.«Yo este bolo lo volvería a hacer. Lo más difícil ha sido escoger el repertorio porque nuestra música es muy emotiva, pero nos han dicho que, aunque nosotros hayamos visto a gente más dispersa, para las enfermeras es un reto logrado conseguir que estén cuarenta minutos sentados», expresaba Alfonso Gutiérrez, batería, artífice del proyecto Sammy Jankis, para quien también ha sido un desafío juntar a catorce músicos a los que solo ve una vez al año. Y que salga bien.La que más cerca estuvo del patio de butacas fue la voz del grupo, Lorena del Mar. «Yo me lo he tomado como un concierto más pensando que siempre puede pasar un poco de todo y fijándome en quienes veo más implicadas. Si veo que estoy ayudando a alguien, aunque solo sea una persona, ya soy feliz. Me he sentido muy cómoda», destaca la cantante, que aceptó con la misma naturalidad las críticas de ese público desilusionado sobre todo porque los temas eran en inglés y los aplausos de quienes solo se movieron de la silla para acercarse un poco más a los músicos.«Me gusta ver la reacción de la gente que está ingresada por diferentes enfermedades. Me llena el alma de alegría pensar que la música es algo precioso que puede ayudar a cualquier persona», insiste consciente de haberlo logrado cuando, al final de la actuación, una de las pacientes se acercó a decirle que le había encantado y a preguntarle dónde podía encontrar los discos.

Lorena del Mar, que admite que es el «concierto más raro que he hecho, con el público más especial», está dispuesta igualmente a repetir en el mismo bloque con un par de canciones en español «para que se quede todo el mundo contento». Ahí lo deja.Para Jorge Jiménez Jorgillo, que sí ha actuado en la cárcel, era igualmente su primera vez en el HUBU. Y ya piensa en volver, aunque sea con otras formaciones. «Es una experiencia buena. Te revuelve venir a tocar a sitios así y, sobre todo, impresiona encontrarte a gente conocida que no te esperas ver aquí», subraya y aplaude Culturapia. «Es un proyecto muy bonito y ojalá puedan pasar más músicos por aquí».Sammy Jankis lo hizo ayer. Y consiguió que el hospital bailara a ritmo de pop-folk.