El Correo de Burgos

40 Festival Internacional de Folclore

La otra serpiente multicolor

Bailarines y músicos de los seis grupos invitados recorren las calles del centro en el clásico desfile, menos concurrido que en anteriores ediciones, que concluyó en la plaza de San Juan con un emotivo recuerdo a las víctimas de Niza

Sudáfrica, que cerraba la comitiva, imprimió ritmo africano al desfile.-Israel L. Murillo

Sudáfrica, que cerraba la comitiva, imprimió ritmo africano al desfile.-Israel L. Murillo

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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Sin sorpresas de última hora como la que el jueves anunció la Vuelta a Burgos, el pelotón salió de la plaza de Mío Cid y cubrió en la hora prevista el trayecto hasta la meta. Sin prisas, con una sonrisa perenne en el rostro de sus corredores, sin paradas para el avituallamiento -no corrió ayer el porrón de vino- y sin necesidad de recurrir a la foto finish para determinar el ganador. No hacía falta porque en la otra serpiente multicolor del verano burgalés, la que dibuja el tradicional desfile del Festival Internacional de Folclore, la competición da paso al hermanamiento entre los pueblos por muy distintos que sean.Ese ha sido siempre el espíritu del encuentro que este año cumple los cuarenta y ayer se plasmó más que nunca en la plaza de San Juan. Los bailarines y músicos de Argentina, Brasil, Chile, Ciudad Real, Macedonia y Sudáfrica, tan alegres y vivarachos durante el recorrido, completaron en silencio el pasillo entre las sillas hasta el escenario -con una bandera francesa con crespón negro a sus pies-.De fondo: la música de El canto de los pájaros, de Pau Casals. Ya sobre las tablas, guardaron un minuto de silencio, que el público siguió en pie.

Fue el emotivo recuerdo a las víctimas del atentado de Niza de un festival que en su larga trayectoria ha abrazado a todas las culturas.Pero hasta llegar al momento más mágico de la noche se vivieron otros. Sorprendió el menguado público, respecto a otras ediciones, que arropó a los bailarines durante el trayecto, sobre todo en El Espolón, donde la gente prefirió seguir los cánticos y danzas sentados en las terrazas sin separarse mucho de su café o su cerveza.Se contagió la serpiente multicolor de esta apatía. La costó, la costó meterse en carrera. Solo los chilenos, con los alegres cascabeles que adornaban las botas de sus bailarines, y los sudafricanos, que una vez más demostraron llevar un endiablado ritmo en las venas, para el que poco importa el tamaño, animaron estos primeros metros.La cosa se lanzó tras pasar por el Arco de Santa María. El Gran Ballet Argentino, que iba en cabeza, enloqueció cuando a los pies de la Catedral se encontró con un grupo de setenta peregrinos de su tierra. ¡Sorpresón! Bailaron, formaron corrillos, cantaron, se hicieron una foto de familia con la palabra Argentina llenándoles la boca... Desde luego los romeros, con parada en Burgos de camino a las Jornadas de Jóvenes Católicos en Cracovia (Polonia), suplieron con creces la desilusión de toparse con la basílica cerrada.El jaleo pareció correr por La Paloma y Laín Calvo, con más público jaleando a las compañías. Alguno incluso se unió a los cánticos de Ciudad Real. Si vas a La Mancha no te alborotes porque vas a la tierra de Don Quijote. Más incomprensibles eran las estrofas que entonaban los macedonios, con curiosos bailes que levantaron más de un ¡bravo!Un amago de lloro, sin embargo, provocó uno de los personajes ancestrales -con un aire a los zamarracos del Carnaval castellano- de la comitiva brasileña. Solo fue un amago. La blancura inmaculada de los trajes de sus bailarines pronto iluminó la sonrisa de ese niño que siguió a la serpiente multicolor en todo su recorrido. Y no la alcanzó.

La guinda

Hoy. Chile baila en el templete (12 h), Sudáfrica y Brasil cantan en el Teatro Principal (13 h) y Macedonia anima el vermú en El 22 de La Paloma (13 h). La clausura en San Juan reunirá a todos los invitados, más Estampas Burgalesas y los Gigantillos (21 h).

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