El Correo de Burgos

Exposición

‘Karabanda’, un sueño coral

La ONG Kisoro implica a artistas de distintas disciplinas en una colectiva que busca recaudar fondos para los proyectos en marcha en este pueblo en la frontera entre Uganda y Congo

Verónica Alcácer, Ana Díez y Carolina Saiz, de i. a d., muestran el vestido de una niña pigmea enmarcado.-Raúl Ochoa

Verónica Alcácer, Ana Díez y Carolina Saiz, de i. a d., muestran el vestido de una niña pigmea enmarcado.-Raúl Ochoa

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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Karabanda es el saludo con el que los niños de Kisoro, un pueblo ugandés en la frontera con Ruanda y Congo, expresan su alegría y su satisfacción por las cosas bien hechas y esa celebración del querer es poder viaja miles de kilómetros para ocupar un pedacito de terruño burgalés. La ONG Kisoro ha implicado a un puñado de artistas y asociaciones en una exposición colectiva que pretende recaudar fondos para los proyectos que esta asociación burgalesa tiene en la localidad africana del mismo nombre.‘Soñar solos solo es un sueño, pero si soñamos juntos ese sueño se puede convertir en realidad’ es el lema de esta ONG nacida hace diez años tras un viaje a Uganda.Verónica Alcácer es la cabeza visible del proyecto artístico y quien ha enredado al resto. «Quería comprometer a creadores desde el corazón y la mente, desde el sentir y el pensar África, lo que nos une y los que nos diferencia», observa y enumera tres palabras claves que definen la iniciativa: África, generosidad y agradecimiento.Las alegres y raciales telas traídas desde aquellas tierras dominan la muestra. Sobre ellas se enmarcan fotografías que reflejan la alegría con la que viven a pesar de la pobreza que sufren y pinturas con retratos de sus gentes, sus paradisíacos paisajes o los sentimientos que irradian.

Aparecen igualmente artesanías africanas traídas desde allí y llama la atención un vestido de una niña pigmea a la que dieron uno nuevo por el suyo, que está enmarcado «porque el hedor era increíble».La muestra está planteada a modo de mercadillo y todo está a la venta hasta el 30 de octubre.

Parte de la recaudación -otra parte será para el artista- se destinará a Karabanda, una cooperativa textil de mujeres, creada por Kisoro para autofinanciar los otros proyectos puestos en marcha como un hogar para huérfanos o una escuela con numerosas ampliaciones.Y es que la consecución de su sueño, de construir un mundo mejor, obliga a iniciar aventuras y sumar nuevos apoyos como los que consigue con Karabanda.Desde músicos a artistas plásticos; desde diseñadores de moda a fotógrafos. Kisoro implica a Marianela Martín, Blanca G. Báscones, Milagros López, Cinta Aller Krähe, Violeta del Río, Carmen Cuesta, Oliver Vicario Pahl, Teresa Varona, Mónica de Juan, Le Monde, Pablo del Barco, Daniel López, Carolina Saiz, Le Monde y Adriel Bermejo, que con solo 8 años también aporta su granito de arena, y los músicos Pure Hemp (mañana, 20 horas), Fetén Fetén (martes 18), Escuela Integral de Música (martes 25) y Mario Mayoral más Sole y Cía (domingo 30).Un viaje para ver gorilas, el inicioLa aventura empezó en el año 2006 tras el viaje emprendido a África por un grupo de amigos para ver gorilas. No era la primera vez que visitaban el continente, pero al cruzar los Montes Virunga y llegar a Kisoro la voz de sus gentes despertó sus almas. Ana Díez confiesa que aún desconoce por qué pero se arremangaron y decidieron echar una mano a sus habitantes desde aquí -con mercadillos, galas o exposiciones, como la que se inaugura mañana-, pero, sobre todo, desde allí. Desde el principio tuvieron claro que su sostenibilidad no podía depender solo de lo que logran en España. Su primera acción fue crear un hogar para niños huérfanos. La autofinanciación era esencial «para ser libres en su propio país», observa Díez. Se dirigieron a las mujeres, la fuente de poder allí, y crearon con ellas una cooperativa textil que se llamó Karabanda. Después advirtieron que Uganda es un país rico en recursos naturales y se puso en marcha un proyecto de turismo sostenible con empresas que trabajan aquí y allí. Diez años después de iniciar esta aventura mantienen el hogar, han creado una escuela que no para de crecer, trabajan con refugiados que huyen de la guerra del Congo y con los pigmeos, una etnia muy desfavorecida...

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