El Correo de Burgos

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El repertorio de villancicos se renueva

El compositor César Zumel arregla 13 temas para coro sacados de los cancioneros burgaleses. Se presenta el viernes en el Salón Cajacírculo de plaza de España

César Zumel es también director de la Coral de Cámara San Esteban.-

César Zumel es también director de la Coral de Cámara San Esteban.-

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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Que no hay talandar, Con licencia, Le llevan cestitas, Villancicos al niño de Dios o Parrampín son algunas de las canciones que el compositor y director César Zumel reúne en el libro 12 villancicos para coro sobre temas del folklore de Burgos, que se presenta este viernes (Salón Cajacírculo de plaza de España, 20 horas) con la disertación del profesor de la Universidad de Burgos Javier Centeno y la banda sonora del concierto que interpretarán la Coral de Cámara San Esteban, dirigida por el autor, y Canticorum, a cargo de Ricardo Quintanilla.«La primera intención de este trabajo es renovar el repertorio de villancicos que tenemos en Burgos. También busca poner en valor el folclore, con melodías muy sólidas que han superado años y años de transmisión oral, además de seguir dándolo vida como fuente inagotable de buena música como demostraron Antonio José y Quesada y siguen haciendo Alejandro Yagüe, Miguel Ángel Palacios, Pedro María de la Iglesia...», se explaya Zumel y observa que, en realidad, son trece composiciones pues una tiene arreglos para tres voces y para cuatro.Las páginas de este libro, ilustrado por Carlos Falcón, recogen villancicos que «en su pueblo los conocerán». Literal. Y es que el autor ha brujuleado por los cancioneros de Federico Olmeda, Jacinto Sarmiento y Miguel Manzano y escogido aquellos con posibilidad de ser arreglados para coro y, a la vez, que se escapan de los repertorios habituales y son atractivos «para el público de nuestras actuaciones más informales, en la calle, que no van a los conciertos, pero sí se paran a escucharnos cuando nos ven».Además de esas armonizaciones, la publicación detalla las características del pueblo en el que fue recogido. Que si el de Que no hay talandar se escuchaba en Arlanzón o el de Villancicos para el niño Dios animaba las fiestas navideñas en Castrojeriz.Sonarán estas canciones en los conciertos callejeros de la Coral San Esteban, pero el gran sueño de César Zumel es interpretarlas en los pueblos en los que fueron recogidos por aquellos folcloristas que supieron de la importancia de la conservación de este patrimonio. Quiere que la abuela que un día aclaró la garganta y la entonó en una grabadora se escuche o que lo hagan sus hijos o nietos. Un deseo de difícil cumplimiento, pero no imposible.

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