El Correo de Burgos

Música

Boleros para que camine Abdul

El Trío Eldorado toca en el Salón Cajacírculo de Sáez de la Hoya mañana con el fin de recaudar fondos para la Fundación Hospital Mayo Rey para comprar una prótesis que devuelva la movilidad a un niño camerunés de seis años

El Trío Eldorado completará un repertorio de ritmos latinoamericanos.-

El Trío Eldorado completará un repertorio de ritmos latinoamericanos.-

Burgos

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La Fundación Hospital Mayo Rey necesita pocas presentaciones en la ciudad en la que nació hace diez años. Bajo la batuta del doctor Emilio Sastre, ha puesto en marcha un hospital en Camerún con el que ha atendido las necesidades de la población del país africano a partir de la ayuda de los burgaleses, a los que ha implicado en distintas actividades solidarias realizadas en esta década. La música ha sido siempre una fiel aliada y mañana lo será de nuevo.El Trío Eldorado dará un concierto en el Salón Cajacírculo de Julio Sáez de la Hoya (20 horas) con el fin de recaudar fondos para comprar una prótesis extensible que permita volver a andar a Abdul, un niño camerunés de 6 años.Las entradas cuestan 8 euros y están a la venta en Deportes Manzanedo (Francisco Grandmontagne, 26), Café Viva la Pepa (paseo del Espolón, 4), Bar Patillas (Calera, 6), el Rincón de las Delicias (galería comercial del Hospital Universitario) y Casa Regional de Andalucía en Burgos (pasaje Fernando de Rojas, 10), además de en la taquilla desde dos horas antes del inicio del espectáculo. Incluso se ha habilitado un número de cuenta a modo de fila 0 para los que quieran colaborar, pero no puedan acudir al concierto.El conjunto burgalés de guitarras y voces interpretará un repertorio de ritmos procedentes de distintos países latinoamericanos. Desde el vals peruano al bolero sin olvidar las habaneras o las rancheras.

El eco de estas músicas llegará hasta el corazón de África. O por lo menos al de Abdul Fatau. El pequeño, cuentan desde Mayo Rey, jugaba en un muro cuando este se le vino encima. Le causó la fractura del fémur y el aplastamiento de los músculos de la pierna izquierda. Durante tres semanas permaneció acostado en una esterilla en su casa recibiendo un tratamiento tradicional. El pertinaz olor a putrefacción motivó el aviso a los doctores del Hospital Mayo Rey, situado en la misma provincia, al que la familia no quiso acudir antes por una absoluta falta de recursos.El niño fue trasladado al centro y no hubo otro remedio que amputarle la pierna. «A su edad es incapaz de moverse con muletas y una silla de ruedas en aquel suelo de arena y tierra es una fantasía. El muñón ha cicatrizado completamente y ahora se arrastra por el suelo. No poder caminar a su edad ni ir a la escuela puede resultar muy duro para un niño de esa edad», destacan y advierten la necesidad de esa prótesis.

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