El Correo de Burgos

FESTIVAL ESCENA ABIERTA

La memoria entra en juego

Onírica Mecánica propone un viaje emocional desde los sonidos de antaño a la actualidad en ‘El rumor del ruido’ y Panicmap se cuestiona sobre realidad, ficción y recuerdos en ‘Dystopia’

El Niño de Elche (Francisco Contreras), durante un momento del espectáculo representado ayer.-Israel L. Murillo

El Niño de Elche (Francisco Contreras), durante un momento del espectáculo representado ayer.-Israel L. Murillo

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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La memoria entra en juego en el Festival Escena Abierta. A ella apelan Onírica Mecánica en El rumor del ruido y Panicmap en Dystopia. La primera propone un viaje emocional desde los sonidos del pasado a los de la actualidad. La segunda invita a reflexionar sobre la importancia de los recuerdos en la construcción de la realidad y la ficción.

El rumor del ruido suena en la sala de ensayos del Fórum (hoy y mañana a las 22.30 horas, 6 euros, aforo limitado) y Dystopia se pone en movimiento en el escenario del auditorio del Fórum (hoy y mañana a las 20.30 horas, 8 euros, aforo limitado).

Después de Harket (protocolo), Panicmap regresa a la cita burgalesa tres años después con un espectáculo que mantiene el arte, la tecnología y las emociones como vértices y continúa en la búsqueda «de un lenguaje multidisciplinar propio que mezcla con el dramático, plástico, coreográfico y tecnológico para dar forma a todo un rompecabezas escénico».

¿Qué margen de error hay entre la realidad y lo que recordamos de ella? ¿Qué haces cuando crees vivir en un presente que no es el que te pertenece? Estas son dos de las preguntas que desmadeja Dystopia, estrenado el pasado mes de septiembre, que introduce al espectador «en un laberinto emocional en el que memoria, realidad y ficción están en constante lucha» a través de los personajes interpretados por Cristina Fernández y Àngel Fígols.

‘No tienes una grabadora sobre los hombros. Lo siento. No eliges un casete, le das al play y reproduces exactamente lo que has vivido’.

Onírica Mecánica es otra vieja conocida del público burgalés, pero no del Escena Abierta, sino de otro de sus festivales, el EnClave de Calle, donde estuvo con Circo submarino en 2011.

El rumor del ruido, que también estará en el cartel de la Feria Europea de Artes Escénicas para Niños y Niñas (Fetén), está en la línea de los anteriores trabajos de la compañía murciana. Memoria, poesía y objetos son sus claves.

«El espectáculo investiga sobre cómo ha cambiado la memoria sonora. Antes nuestros referentes eran los sonidos naturales y ahora procesamos otros que antes resultaban desagradables como el de nuestras ciudades o miles de cosas más», expone Jesús Nieto, creador del montaje junto al artista audiovisual Pedro Guirao, que trazará un «viaje por todos los paisajes sonoros desde los que tienen que ver con la memoria antigua hasta la más reciente».

Todo sucede en directo a partir de la manipulación de pequeños objetos sin un significado sentimental -papel, madera...- cuyo sonido se amplifica a través de micrófonos que dibujan estos universos y abren ventanas hacia la memoria personal de cada espectador.Flamenco carnalEl Niño de Elche se coló en el mundo del espectáculo por la puerta del flamenco. Peñas, concursos, etiquetas de nueva promesa, aplausos y jaleo. Pero ese capítulo de su historia artística hace tiempo que escribió el punto y final. Francisco Contreras se apunta al más difícil todavía. Rock, música indie, improvisación, danza... Quién dijo miedo. Es lo que él llama su otra vida. Y en el paso de una a otra tiene mucho que decir Vaconbacon. Cantar las fuerzas, desplegada anoche en el escenario del Teatro Principal dentro del Festival Escena Abierta, bajo la dirección artística y escénica de Santiago Barbet y Raúl Cantizano, de la compañía Bulos.net.

Horas antes, los tres se sentaban para ahondar en un espectáculo al que, como suele ocurrir en esta cita, es difícil poner palabras.

«¿Qué pinta Francis Bacon con un cantaor? Esa es la pregunta reto que nos hicimos. No queríamos hacer un homenaje, coger cuadros del pintor de fondo como acompañamiento al cante flamenco. Hubiera sido una resolución estética cómoda y tiramos hacia lo contrario», explica Santiago Barbet y añade que su propósito fue trasladar «las sensaciones y la fuerza que pone en marcha pictóricamente Francis Bacon a la personalidad, al cuerpo y a las emociones de un cantaor como Paco. Ahí está el encuentro mágico».

Toda la carnalidad en escena la pone el Niño de Elche. Está solo en las tablas. «Fue la propuesta que me desplaza totalmente de lo que venía haciendo. A partir de ahí empieza mi otra vida, Bulos y Tanguerías dan forma a una serie de necesidades más allá del flamenco. Marca un antes y un después no solo en mi forma de relacionarme artísticamente sino más allá», observa Francisco Contreras sobre este montaje estrenado en Elche en mayo de 2011.

Seis años después llegó hasta las orillas del Arlanzón para no dejar indiferente a nadie.

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