El Correo de Burgos

Nueva temporada expositiva del CAB

Oxígeno para avivar los sueños

Alejandro Corujeira alienta el despertar de la sociedad en un proyecto pictórico y escultórico que apela a la imaginación, memoria y emoción

Vista de la segunda sala con una instalación de madera que lanza sus colores para dibujar líneas de horizonte.-Raúl Ochoa

Vista de la segunda sala con una instalación de madera que lanza sus colores para dibujar líneas de horizonte.-Raúl Ochoa

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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Alejandro Corujeira (Buenos Aires, Argentina, 1961) no es escritor pero relata historias, no es mago pero crea ilusiones y no es naturalista pero dibuja paisajes en lontananza. Alejandro Corujeira llama a la imaginación, a la memoria y a la emoción del espectador en El tórax de los sueños, el proyecto expositivo que ha diseñado expresamente para el nivel 1 del Centro de Arte Caja de Burgos (CAB), donde estará hasta el 28 de mayo (las recorre con el público hoy a las 12 horas).El tórax de los sueños es el título de esta novela con final abierto que narra el artista argentino que reside de manera habitual en España desde 1991. «Alude al oxígeno que necesitamos para los grandes sueños, no los oníricos, sino los proyectos, ideales y utopías, que necesitamos recuperar tanto la sociedad como la cultura», advierte Corujeira, que lleva un año trabajando en esta propuesta y desde el principio vio las tres salas en que se estructura esta planta como tres pulmones perfectos para ese ya urgente respiro.Estos tres espacios articulan los tres capítulos -Sala amarilla, El esplendor y El bienestar del color- en los que se desarrolla esa trama principal. Cada uno de ellos se relata con pintura y escultura, disciplinas que el autor expone juntas por primera vez.«Alejandro Corujeira se reconoce como un pintor y desde ahí ha creado unas esculturas, unos ambientes, un paisaje interior jugando y eliminando la iluminación consiguiendo que las salas se tiñan con la luz de la obra. Ha encontrado ese tono que nos invita a fijarnos y a detenernos en una pintura de una apariencia leve, tenue, casi transparente, en la que en cuanto nos fijamos en ella descubrimos la presencia del trazo, la importancia de la materia, como el lienzo la absorbe en unos casos y en otros la despide. Es un juego de escritura, poesía y música», resume Javier del Campo, director de Arte de la Fundación Caja de Burgos, que presentó a Alejandro Corujeira como uno de los grandes artistas iberoamericanos, con una vasta trayectoria que lo ha llevado a exponer en Norteamérica, Sudamérica y Europa, sobre todo en España, con muestras en el Reina Sofía y en el IVAM, entre otros, y a estar presente en importantes colecciones como la de Patricia Phelps de Cisneros, que recientemente ha cedido una parte al MoMA de Nueva York.

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