Los Pueri Cantores viajan a Cuenca

Cuenca es, sin duda, la capital del sonido sacro. Las cincuenta y seis ediciones de su Semana de Música Religiosa la han colocado esta corona. Esta cita propicia la celebración de otras iniciativas en su órbita como el Encuentro de Música Sacra Soledad de San Agustín, centrado en la música coral infantil en el que cada año participa una formación invitada junto a la anfitriona.La elegida este año ha sido la Escolanía Pueri Cantores de la Catedral de Burgos, que comparte cartel con su homóloga de Nuestra Señora de la Soledad de San Agustín en un concierto que tendrá lugar en la iglesia de El Salvador el sábado 25 de marzo a las ocho de la tarde.«Es un lujo estar allí. Hasta ahora han pasado escolanías muy importantes como la del Valle de los Caídos, Covadonga o El Escorial», explica el director de los Pueri Cantores, Amador Pérez, al tiempo que advierte la oportunidad que supone de darse a conocer en Castilla-La Mancha. «Hace mucho tiempo que no damos un concierto en esa Comunidad, aunque el año pasado estuvimos en Toledo de excursión», comenta.Los escolanos burgaleses cantarán durante 35 minutos un repertorio articulado en torno a la Semana Santa, además de salir al escenario con sus colegas conquenses para entonar juntos dos temas, de Henry Cary Miller y Piret Rips.Amador Pérez, que lleva las riendas del grupo desde hace tres años, observa que estas actuaciones fuera de la ciudad son un aliciente para los niños, que rompen así la rutina de cantar la misa los primeros y terceros domingos de mes en la basílica.«Estos conciertos sirven para poner tensos a los cantores porque salen de su zona de confort, se ponen frente a un público ajeno, en el que no están sus abuelos, padres, hermanos y primos, que los aplaude y que valora el esfuerzo que hacen todo el año», sostiene y recuerda que la última salida los llevó a Granada.Veintitrés voces entre 8 y 15 años forman actualmente los Pueri Cantores. No es la ideal, que para su director serían 30 para poder ensayar bien cuando faltan algunos, pero tampoco está mal.