El Correo de Burgos

Artes escénicas

Y la parodia se hizo carne...

... Y habitó (y habitará) entre nosotros. Les Luthiers arranca risas desde el minuto uno con los números de ‘¡Chist! Antología’, el espectáculo con el que el grupo argentino vuelve a actuar en Burgos después de veinticuatro años

Les Luthiers llena el escenario durante las dos horas que dura ‘¡Chist! Antología’ con la presencia de sus miembros, sus voces, su música, sus instrumentos y el juego de luces.-Santi Otero

Les Luthiers llena el escenario durante las dos horas que dura ‘¡Chist! Antología’ con la presencia de sus miembros, sus voces, su música, sus instrumentos y el juego de luces.-Santi Otero

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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El humor viste esmoquin y lleva pajarita. Cinco minutos después de la hora convenida, los miembros de Les Luthiers salen al escenario y el aplauso es rotundo y largo. Una reverencia hacia adelante descorcha las risas en el público que llenó el Fórum en la primera de la tres funciones -hoy a las 20.30 horas y mañana a las 19.30 horas- que la mítica formación argentina representará de ¡Chist! Antología.Media hora antes de que las luces se apaguen y arranquen las dos horas de espectáculo, ya hay cola en la puerta. Y eso que las localidades son numeradas. El runrún recorre las butacas. Hay una señora que suspira divertida por poder verlos antes de que la parca llame a su puerta, unos niños se hacen selfis para aliviar la espera y algún súper fan muestra orgulloso las fotografías que unos minutos antes se ha hecho con los humoristas asaltados en la puerta de artistas. Había también políticos. No sabían lo que se les venía encima. O sí.Unas horas antes de que todo esto sucediera, Horacio Tato Turano habla de esta propuesta con la que están de gira por España mientras disfruta de la «maravillosa arquitectura de la Catedral», que él no conocía. Pues hace 24 años que Les Luthiers no se dejaba caer por tierras cidianas y él entró hace 17.¿Qué se encuentra el público en ¡Chist! Antología? «¡Chist! tiene su propia entidad. No es solo una recopilación de obras antiguas. Hay un número central que es el de La comisión, dos políticos corruptos que buscan a un músico de cumbias al que proponen cambiar la letra y la música del himno nacional con sus propios intereses. Estos dos políticos son el hilo conductor y la gente espera su presencia con mucha simpatía. Entremedio ocurren números musicales muy variados. Tenemos boleros, rap, un canto gregoriano, un aria operística, una canción folk... y se remata con un blues», resume Turano al tiempo que califica esta antología como una de las más fuertes por su gran dinamismo.¿Se corre el riesgo de que el espectador crea que está viendo un informativo en vez de un espectáculo? Se ríe Turano con ganas: «Los políticos corruptos existen».Explica que Les Luthiers escribió esta obra hace veintiún años, en Argentina, con una situación política que ha cambiado durante el rodaje del número. «No se le ha tocado una coma al texto. Es eterno. En todo el mundo se acepta como la situación que vive ese país en ese momento. Colombia, Ecuador, Costa Rica...», afirma y aclara que «no fue pensado para España hoy». Aunque le venga como anillo al dedo. He ahí, dice Turano, el secreto del éxito de sus piezas: «Al no tener un tiempo físico se pueden representar en otro momento y no pierden vigencia nunca».Al margen de la política, que sí, efectivamente, es una fuente inagotable para el humor, a Les Luthiers les seducen un sinfín de temas. Existen ahí fuera un montón de cosas susceptibles de «parodia tanto en lo teatral como en lo musical». «Hay mucho para parodiar», insiste.¿Algún tema se les ha resistido? «Habría que preguntárselo a Les Luthiers históricos (Marcos Mundstock, Carlos Núñez Cortés, Jorge Maronna y Carlos López Puccio). Pero alguna deuda en el caso musical podríamos llegar a tener como un tablao flamenco, que no recuerdo haber hecho. No se nos ha escapado casi nada».Les Luthiers es consciente de su leyenda, saben que son referentes culturales y que forman parte del imaginario de distintas generaciones. «Es una inmensa alegría y orgullo». «Nos sentimos embajadores de nuestro país y cada vez que llevamos nuestro arte a otro país sentimos que lo hacemos con la responsabilidad de llevar encima cincuenta años y haber logrado esto que, sin pecar de soberbio, es único».Mientras Turano habla, el reloj avanza. Cada vez queda menos para el inicio de la primera función. ¿Hay nervios? «Cuando empezamos a rodar en alguna plaza, hay una cosquilla. Tenemos que volver a ver un público, aquí después de muchos años, y siempre está esa cosquilla que hace que uno esté alerta y encendido. Luego si el público responde con el aplauso y el cariño nos aflojamos y la disfrutamos tremendamente», detalla este músico argentino que entró en el grupo en el año 2000 -después lo haría Martín O’Connor, otro de los nuevos-.Recuerda que él vio a Les Luthiers en escena siendo un adolescente. «Quedé impresionadísimo, muerto de risa», anota. Pero jamás pensó ni soñó con ser uno de ellos. Por eso cuando recibió una llamada de la productora, creyó que era un chiste. Luego hizo las pruebas y desde hace 17 años es uno más. Primero fue ‘doble de riesgo’, título que le puso Puccio, como sustituto, siempre alerta de salir a escena ante un imprevisto. Ahora ya es titular. Y es que algunos sueños se cumplen aún sin serlo.

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