El Correo de Burgos

Un diccionario pensado para el nativo digital

El director de la RAE destaca la ventaja de tener espacio sin límites y la riqueza de su carácter panhispánico y avanza que la actual edición virtual se actualizará cada año hasta contar con la nueva

Francisco Javier Pérez, Darío Villanueva, Mar Sancho y Gonzalo Santonja, de i. a d., presidieron la reunión de académicos que se alargará en el Palacio de la Isla hasta mañana.-Santi Otero

Francisco Javier Pérez, Darío Villanueva, Mar Sancho y Gonzalo Santonja, de i. a d., presidieron la reunión de académicos que se alargará en el Palacio de la Isla hasta mañana.-Santi Otero

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A.S.R.
Burgos

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Tan trascendental se presume la nueva edición del diccionario de la lengua española, la primera concebida de forma digital sin que se descarte una impresión en papel una vez finalizada y presente en la red, que el presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) y director de la Real Academia Española (RAE), Darío Villanueva, comparó el momento con el que vivieron los fundadores cuando en el año 1713 decidieron realizar el primer diccionario de lengua castellana como ya tenía la italiana y la francesa.Un hito que tiene a Burgos como protagonista. El Palacio de la Isla, sede del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, es el escenario elegido para la primera reunión de la comisión interacadémica «que discutirá y plasmará el fundamento y la base» de esta vigésimo cuarta edición en un documento que deberá estar listo mañana.«A nuestra generación nos toca afrontar el reto de la elaboración de un nuevo diccionario que yo llamo de los nativos digitales, es decir, de la juventud que nació ya en el entorno de la nueva sociedad de la comunicación y de la información», sostuvo Villanueva en la rueda de prensa previa a la reunión. A ellos señaló como los mayores causantes de las 801 millones de visitas que la actual edición virtual tuvo el año pasado. «Es decir, 70 millones de consultas al mes y más de dos millones diarias», enfatizó efectista.Con estos datos encima de la mesa, la misión parecía clara y los académicos cogieron el guante.

Darío Villanueva llamó la atención sobre las licencias y ventajas que una edición digital brinda. La más importante es la eliminación del problema de espacio que permitirá recuperar palabras e incorporar otras nuevas «evitando la creencia de que solo las que están en el diccionario son auténticas del español y todas las demás están condenadas a las tinieblas exteriores». La edición vigente recoge 93.000 palabras y 200.000 acepciones sin posibilidad de meter más «porque el tamaño, la distribución y la página del libro no lo permiten». Estas limitaciones ahora desaparecen.El nuevo diccionario será digital y también el primero con verdadera vocación panhispánica.En este carácter hizo hincapié el secretario de ASALE, Francisco Javier Pérez, quien considera necesaria la contribución de las 23 academias existentes agrupadas en nueve áreas geográficas.

«Esta obra debe reflejar la riqueza de la lengua que hablamos, donde no haya hegemonías, sino acuerdos y fraternidad», reivindicó.Darío Villanueva advirtió que, aunque este propósito obliga a tener muchas opiniones en cuenta, vale la pena porque enriquecerá el resultado final y afirmó no tener miedo a una posible contaminación de, por ejemplo, el inglés, primera lengua en países que cuentan con su propia academia como Norteamérica: «El español está resistiendo magníficamente la convivencia con la lengua inglesa y ni el cambio presidencial va a frenar en modo alguno su consolidación y expansión».El director de la RAE avanzó igualmente que hasta que se complete esta nueva edición, para la que no se han marcado plazos, el diccionario virtual actual se revisará y actualizará cada año.«Vamos a estar trabajando en los dos frentes a la vez», observó y también matizó que una vez se concluya no se descartan hacer ediciones impresas. «Las academias no somos libricidas. Seguimos creyendo en la vigencia del libro», defendió antes de presidir la comisión interacadémica integrada además por Francisco Javier Pérez, Guillermo Rojo, coordinador de la misma, y los representantes de las nueve áreas lingüísticas: Alfredo Matus (Chile), Magdalena Coll (Río de la Plata), España Rosario Villegas (andina), Luis Barrera (Caribe continental), Pedro Martín (México), Francisco Arellano (Centroamérica), Maia Sherwood (Antillas), Domnita Dumitrescu (Estados Unidos) y Paz Battaner (España y Guinea Ecuatorial).Estos doce académicos discutirán el cuerpo de este nuevo diccionario, que relevará al anterior, publicado hace tres años, precisamente en la provincia en la que nació el español.

El anfitrión, Gonzalo Santonja, director del Instituto de la Lengua, recordó la fructífera relación de la entidad con la RAE materializada en la edición de las pizarras visigodas y en la del Becerro Gótico y Galicano de Valpuesta. Dos publicaciones a las que se unirá el próximo mes, mayo a más tardar, la del Cartulario de Cardeña.

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