El Correo de Burgos

Exposición

Vanguardias y prehistoria; tan lejos, tan cerca

Modesto Ciruelos vuelve a las salas con ‘Primitivismo abstracto’, una serie de dibujos inéditos de los años 30 a los 80 y una colección de pinturas exhibidas en distintas citas internacionales. En el Museo de la Evolución Humana hasta mediados de mayo

Una señora admira este ‘collage’ fechado en 1957 perteneciente a la colección de arte contemporáneo de la Junta.-Santi Otero

Una señora admira este ‘collage’ fechado en 1957 perteneciente a la colección de arte contemporáneo de la Junta.-Santi Otero

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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La abstracción me iba a permitir inventar mi mundo, es decir, mirar dentro de mí. Quien le iba a decir a Modesto Ciruelos (Cuevas de San Clemente, 1908-Burgos, 2002) que también le permitiría tender un puente entre su obra y sus antepasados; entre las vanguardias y el arte prehistórico. El pintor burgalés, Premio Castilla y León de las Artes 1998, se cuela en la cuna del hombre con Primitivismo abstracto, una exposición que reúne 170 piezas en el Museo de la Evolución Humana (MEH) hasta mayo enmarcada en el programa Los mejores de los nuestros.La muestra, que abre una ventana a esta parte de la producción de un artista que se explayó más allá de la abstracción, brinda algunos hallazgos como una serie de pequeños dibujos inéditos realizados entre los años 30 y 80 y se completa con una colección de pinturas de los años cincuenta que participaron en importantes citas internacionales como la Bienal Hispanoamericana de La Habana en 1954 o la de Sao Paulo en 1959.Pero Primitivismo abstracto, a ritmo de jazz como el que guiaba el pincel del autor de Cuevas de San Clemente en el hilo musical, acompaña al espectador por la trayectoria del pintor a través de un álbum de fotografías en blanco y negro que lo muestran en distintos momentos de su vida, tanto profesionales como personales, de los catálogos de las exposiciones que llevaron su obra a distintas ciudades... y de sus reflexiones.La libertad que me descubrió la filosofía de lo abstracto fue la de llevar mis cavilaciones más elementales al mundo de la pintura.El paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga, director del Museo de la Evolución Humana (MEH) y codirector de los yacimientos de Atapuerca, se quitó el sombrero ante el artista. «Tuvieron que venir las vanguardias del siglo XX para explicarnos a nosotros, los prehistoriadores, que en realidad el arte llamado primitivo era un arte muy elaborado conceptualmente y que representaba una evolución desde el realista y naturalista que requería incluso de una mayor capacidad de pensamiento y técnica porque se trataba de buscar las esencias de las cosas», advirtió minutos antes de recorrer la exposición en compañía del presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, la consejera de Cultura, Josefa García Cirac, y la hija y presidenta de la Fundación Modesto Ciruelos, María Ángeles Ciruelos.El director, Jesús Ausín, comisario de la muestra y nieto del pintor, abundó en esta interrelación entre el arte del siglo XX y el de nuestros ancestros -«vamos a apreciar que prácticamente los afanes del hombre desde las cavernas a ahora son idénticos»- y observó que la propuesta expositiva parte de un texto escrito por Juan Manuel Bonet para la antológica por el centenario del nacimiento del artista. En él habla de estrecha relación de esta obra con ciertos primitivismos megalíticos latinoamericanos «por la voluntad de deconstrucción, por lo reducido de la gama cromática y por el modo de conciliar ortogonalidad y temblor».Y esa pincelada une hoy al creador de vanguardias con su pasado... y con su futuro.

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