El Correo de Burgos

La Espuela / Raquel Macías, miembro del equipo de quidditch de la Universidad de Burgos

«El quidditch no es un juego de niños»

Huye de protagonismos, es más de obras corales. Acepta ponerse en primer plano para que la gente conozca el mágico deporte que un alemán de Erasmus ha traído a Burgos. Confiesa que ella no acudió a la primera llamada para evitar que la tacharan de friqui, aunque es una loca de Harry Potter. A la segunda, la curiosidad se impuso al qué dirán y esta extremeña de Calamonte, alumna de Arquitectura Técnica, se subió a la escoba. ¡Bendita la hora! El sábado juegan su próximo partido. La cita, a las 11 horas frente a la Facultad de Humanidades

Raquel Macías-Israel L. Murillo

Raquel Macías-Israel L. Murillo

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A.S.R.
Burgos

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Pregunta- ¿Cuántas veces ha oído ¿que juegas a quidditch qué??

Respuesta- ¡Cada vez que lo digo! ¡Todas! (Ríe). Hay gente que sabe lo que es y la pregunta siempre es ¿cómo jugáis? Y lo siguiente es decir que no, no volamos. Es muy divertido ver la cara de la gente.P.- ¿No vuelan pero van volados?

R.- ¡Qué te respondo a eso! Unos dirán que sí, otros que no.P.- ¿En cuántas ocasiones los han llamado friquis?

R.- Muchísimas. Incontables. Al final te acostumbras y hasta te gusta.P.- ¿Hay que serlo para correr con un palo entre las piernas?

R.- Para nada. Tenemos compañeros en el equipo a los que no les gusta Harry Potter y vienen para hacer deporte. No es un juego de niños, es un deporte duro, de fondo, muy intenso y divertido.P.- ¿Se resiste más la snitch o el aprobado con el profesor más hueso?

R.- Depende de qué snitch. Hay algunas que cuesta cazarlas.

P.- ¿Cuánto se alargó el partido más reñido?

R.- A nuestro primer partido oficial, contra Vitoria, íbamos acongojados. Estábamos tan perdidos que hicimos un montón de faltas, por desconocimiento, y los veinte minutos que dura un partido se alargaron hasta una hora porque con cada falta se para el tiempo. No sé cómo ganamos. Fuimos todo el partido perdiendo de diez. No nos lo creíamos ni nosotros. Estábamos eufóricos.P.- ¿Qué virguerías haría si consiguiera la Saeta de Fuego?

R.- (Ríe). Viajaría por todo el mundo. Si ahora soy imparable, imagínate con una saeta de fuego.P.- ¿Hay mortífagos en el equipo?

R.- ¡No! Somos todos buenos.P.- Su particular Voldemort es...

R.- Ahora nadie. Pero sí hubo una época que era mi carrera. Porque también es de fondo. Es dura y hay que ser muy constante.P.- Pero ya acaricia la meta...

R.- Sí, veo la luz al final del túnel, lo que no sabía es que dentro de él te dan más palos...P.- ¡Será por palos!

R.- (Ríe). Yo siempre le echo cara a todo. Siempre de frente, con ganas y hacia adelante. No me gusta abandonar nada. Nunca.P.- Ni el terreno de juego...

R.- Soy muy competitiva. Cuando me apunté a quidditch era un pasatiempo, pero cuando me dijeron que estábamos en la Liga... Me gusta ganar, aunque tengo buen perder.P.- ¿Cuál es su poder oculto?

R.- Ninguno. Todo es cabezonería, amor propio... Llevo toda la vida haciendo deporte. Fútbol, balonmano, baloncesto... Y siempre hay que dar lo mejor. Te puede salir bien o mal, lo importante es intentarlo.P.- ¿Qué tiene el quidditch que no tengan los otros?

R.- Para los fans de Harry Potter es una manera de acercarnos a esa fantasía que hemos vivido durante nuestra infancia. Yo crecí con Harry Potter. Tenía 11 años cuando vi la primera película y me leí el primer libro. El boom ya se ha pasado y esto es una manera de retomarlo.P.- ¿Qué personaje hubiera sido en ese mundo mágico?

R.- Siempre me he sentido muy identificada con Hermione. (Ríe). No sé por qué. Siempre rodeada de libros, sacando buenas notas en el cole, no en la universidad,...P.- ¿Es más de película o de libro?

R.- De libro, indudablemente. Te imaginas todo como quieres y el cine siempre resume, no te cuenta todo, siempre hay un detalle que se escapa. Aunque soy de ambos. Me encanta comparar y las películas nunca ganan.P.- ¿Qué diría el libro Quidditch a través de los tiempos del deporte que se juega en tierras del Cid?

R.- Te puedes creer que me lo he leído, como buena fan, y no sé qué diría. Contaría nuestra historia y que somos buenos, le ponemos empeño y tenemos muy buen rollo.P.- ¿Aceptan aparatos muggles?

R.- De hecho, jugamos al quidditch muggle. Aceptamos todo.P.- ¿Hay algún sangre limpia?

R.- Todos somos mestizos. Mitad realistas y mitad contagiosos.P.- Confiese: Un control antidopaje desvelaría suerte líquida en su organismo.

R.- Sí. Soy afortunada.P.- ¿Y dejan jugar con ella?

R.- Me tendría que leer el reglamento...P.- ¿Qué reivindica al Departamento de Deportes y Juegos Mágicos?

R.- Si lo asemejamos a la UBU no podemos reivindicar nada. Se han portado genial. No tenemos pegas. Se han implicado muchísimo. ¡Lo único que podemos pedir son escobas voladoras!P.- ¿A quién o qué hechizaría con su varita si se permitiera su uso en el campo?

R.- (Se lo piensa mucho). A nadie. A nada.P.- ¿Y fuera del terreno de juego?

R.- Igual a mí misma, para ser más constante con la carrera.P.- Si poseyera la codiciada capa de invisibilidad...

R.- Me perdería por ahí. Aunque me encanta estar rodeada de gente también me gusta tener mi espacio.P.- Harry Potter es el objetivo a batir siempre en las obras de Rowling... ¿Quién es en sus partidos?

R.- Sven. Es una máquina. Es alucinante. Él ha estado en la selección alemana y montó el equipo en Burgos porque vino de Erasmus. Y juega de golpeador, de cazador, de guardián...P.- ¿En qué se parece la Universidad de Burgos a Hogwarts?

R.- Es una pena, pero en nada.P.- ¿Carece de magia?

R.- Siempre hay algo. Al final no se trata del sitio en el que estás sino de la gente y he hecho buenos amigos aquí, aunque me ha costado. La gente de Burgos es muy fría.P.- ¿Tenemos merecida la fama?

R.- Me he encontrado de todo. Desde la gente más borde a la más simpática. Y en el quidditch he hecho familia. Ahora mismo no puedo pasar una semana sin entrenar.P.- ¿Existe alguna similitud entre el rector y Albus Dumbledore?

R.- Dumbledore para mí era símbolo de paciencia y comprensión y, en ese sentido, directa o indirectamente, el rector ha sido un apoyo para nosotros desde el inicio.P.- ¿Hay muchos Severus Snape?

R.- Sí, algunos van con fachada dura pero al final son buenos (ríe).P.- ¿Qué torneo es equiparable al de los Tres Magos?

R.- El Europeo de Quidditch, que justo se juega este fin de semana en Bélgica. Uno de nuestros próximos rivales, Bilbao, va y estamos con ellos. Hay de todos los países.P.- ¡Qué tiemble el fútbol!

R.- Ojalá el fútbol dejara de acapararlo todo, pero no creo que llegue. Con que la gente conozca la existencia del quidditch nos vale.P.- ¿Cómo le explica qué es a su abuela Manola?

R.- ¡No sabe ni lo que es Harry Potter! Le diría que es un deporte en el que debes marcar goles en unos aros verticales al tiempo que esquivas a otros jugadores...P.- Su mayor fantasía en el campo...

R.- Ir a un Europeo, pero es difícil y más teniendo en cuenta que mis días con el quidditch están contados porque me voy y Extremadura no tiene equipo, aunque quiero seguir vinculada a los Gryffins.P.- ¿Y fuera de él?

R.- Acabar la carrera. Es lo único que me puede quitar el sueño.P.- Harry Potter y sus amigos toman cerveza de mantequilla en Las Tres Escobas, qué beben los miembros del Blue Gryffins Burgos...

R.- Cada uno una cosa. (¿Bebidas mágicas?) Todavía no.P.- ¿Se liga mucho en la liga de quidditch?

R.- Eso dicen. Hay una web, Quidcrush, donde se dejan mensajes anónimos entre jugadores... Yo, te lo prometo, no he dejado ninguno, pero sí hay quien ha empezado de broma y ha seguido hacia adelante.

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