El retrato de la familia Cortés se completa

Cartas y fotografías, papeles históricos y trabajos de investigación, mapas y carnés, programas de espectáculos y postales, libros y otras curiosidades completan los alrededor de 500 documentos que los hijos de Luis Cortés Echánove han donado al Ayuntamiento de Burgos y con los que el Archivo Municipal podrá completar el retrato de la familia Cortés al sumarlos al fondo fotográfico y documental que compró a su padre, Juan Antonio Cortés García de Quevedo, en el año 2004.El alcalde, Javier Lacalle, y una de las hijas de Luis Cortés, Elena, rubricaron ayer el convenio de cesión con la directora del Archivo Municipal, Milagros Moratinos, como testigo.El regidor capitalino agradeció a la familia el gesto con palabras y también con el anuncio de que una de las salas actuales de Castilfalé o de la futura ampliación proyectada en el solar contiguo llevará el nombre de este abogado y militar burgalés nacido en junio de 1891 y fallecido en octubre de 1980, que aunque residió en Madrid mantuvo siempre el vínculo con su ciudad de origen.«Mi padre hubiera estado encantado porque era burgalés hasta la médula, no solamente por nacimiento y haber vivido aquí su infancia y juventud, sino por verdadero cariño a Burgos. Todos los veranos de su vida vino aquí y su afición personal era la historia y como académico de la Fernán González realizó trabajos de investigación relacionados con la ciudad. Burgos fue muy importante para él y para toda la familia», trasladó Elena Cortés y conjeturó que su progenitor seguramente visitaría alguna vez el Archivo Municipal para tramar sus publicaciones.El siguiente paso a dar será la digitalización de este fondo y su puesta a disposición de los investigadores en el catálogo online del Archivo Municipal. ¿Cuándo? La directora no se aventura a dar fechas, pero sí llama la atención sobre su importancia e interés por lo que supone de ir más allá de los documentos oficiales y adentrarse en el ámbito privado de las familias burgalesas.

«Hay que estudiarlo exhaustivamente, con mucho cuidado e intentando conservar la organización que hizo el productor de esta documentación, que es el resumen de toda una vida y de la de sus antepasados», expone Moratinos.Ingente y pintorescaLa documentación que ya se encuentra en cajas en el Palacio de Castilfalé es ingente y pintoresca.

Destaca el material referente a la época afrancesada y a la carlista, pero también aparecen tarjetas, postales y legajos familiares que van desde escrituras a censos desde el año 1571 a 1774 y, sobre todo, de los siglos XIX y XX.Los papeles donados hablan de la vida de Luis Cortés Echánove pero también de su padre, Juan Antonio Cortés García de Quevedo, su abuelo Toribio José Cortés y otros miembros de la familia.

Curiosa es la presencia de documentación relativa a Miguel María Setién, abogado burgalés, poeta y escritor, casado con una tía de Luis Cortés, cuya hija, María, se casó con Adolfo Delibes, padres del escritor vallisoletano Miguel Delibes, y de Tomás García Suelto, médico y literato afrancesado, que cuidó de la salud del rey Carlos IV y José Bonaparte, que dio pie a Luis Cortés a escribir un libro sobre los afrancesados.El Archivo Municipal subraya la existencia de otros nombres propios como los de Santiago de Arcocha y López de Novales, empresario burgalés de origen vasco y uno de los fundadores de la fábrica de papel continuo, Antonio Fernando de Echánove y Zaldívar, arzobispo de Tarragona entre los años 1784 y 1816, y monseñor Pierre Mugabure (1850-1910), que fue arzobispo de Tokio, hermano de leche de Juan Antonio Cortés, que bautizó al protagonista de este relato.El legado incluye una colección de tarjetas con 12 canciones populares burgalesas dedicadas por José María Beobide a Luis y a su hermano Javier; 58 tarjetas postales con sellos del régimen franquista, de la República y del reinado de Alfonso XIII; la letra de la obertura y lista de la compañía de zarzuela que inauguró el capitalino Nuevo Teatro de Burgos en 1858 y 10 fotografías de pergaminos pintados por Juan Antonio Cortés para diferentes actos del Ayuntamiento capitalino, entre ellos uno realizado a los 88 años.

Que las fotos se acerquen a míEl alcalde aprovechó la ocasión para pedir a los burgaleses su participación en el programa Memoria gráfica de Burgos del Archivo Municipal, que busca realizar un friso de la sociedad de los siglos XIX y XX a partir de la fotografías de los álbumes familiares. No es necesario donar la imagen. Basta con llevarla a Castilfalé, dejarla en préstamo para su digitalización y puesta en circulación en el catálogo online y luego volver a por el original. El único requisito es que sea de uso público. «Queremos que los fondos de este Archivo Municipal sean para todos los burgaleses y todo el mundo ya que nuestro buscador pone casi el 40% de nuestra documentación a nivel internacional», anotó la directora sumándose al llamamiento del mandatario capitalino, que aseguró estar convencido de que «hay auténticas joyas que hoy se siguen guardando en muchos archivos familiares».