El vacío como oportunidad

He visto cientos de abismos. / He vivido al borde de muchos. / Me he caído en algunos y he aterrizado de golpe. Cristina Ballesteros Gadea (Burgos, 1994) pone las cartas boca arriba desde el inicio de la partida. Mi abismo perfecto es el primer poema de su ópera prima y el que la da nombre. La Feria del Libro enmarca su debut literario hoy (Sala Polisón, 19 horas).Este poemario es el fin de dos años de sequía creativa. Después de escribir desde pequeña y salir victoriosa de algún que otro concurso literario, se vio sin nada que llevarse al folio. Todo cambió cuando el curso pasado hizo el equipaje para iniciar un Erasmus en Toulouse.«La experiencia de conocer a gente distinta, vivir en otro país, pensar en otro idioma... Todo era nuevo, se me despertó la vena creativa y abrí un blog», cuenta la joven poeta, que, animada por sus seguidores, decidió dar un paso más y modelar un libro.Las vivencias en la ciudad francesa alimentan Toulouse en movimiento, la primera parte de ese volumen. Los rostros nuevos, la amistad para toda la vida... juegan entre estos versos. También el precipicio al que sintió asomarse cuando llegó a esa urbe desconocida, en la que aterrizó sin conocer a nadie, sin controlar el idioma y sin casa donde meterse. «Nunca me había sentido tan sola. Estaba ante un abismo. Pero al final resultó perfecto porque todo salió muy bien», advierte la escritora convencida de que «si no te lanzas a ese vacío no creces».El libro se completa con Lo que nunca voy a decirte, dieciséis poemas de amor y desamor, que, apostilla la autora, apenas tienen pinceladas autobiográficas, y Los precios y los ruidos, una suerte de cajón de sastre en la que tienen cabida desde la crítica social a la vida cotidiana. «Son los poemas que te salen a partir de las frases que se te ocurren y anotas mientras te duchas o paseas», observa.¿Qué retrato hace este volumen de su autora? «Es cierto que es un libro muy triste, da sensación de nostalgia, pero yo no soy tan melancólica, y menos ahora, que estoy tan emocionada, pero sí creo que aparece que soy observadora y sensible hacia lo que me rodea», responde la joven que sí se ve reflejada en Mi abismo perfecto.Este poemario es la materialización de una inquietud creativa de una chica que siempre supo que lo suyo eran las letras. Hizo sus pinitos en el colegio, con el aliento de sus profesores, y halló en el Concurso Literari@, certamen escolar convocado por la Fundación Caja de Burgos, el trampolín definitivo.Desconoce si podrá dedicarse a escribir. Este año termina el grado de Español en la Universidad de Burgos y continuará su formación con algún máster en escritura creativa o el sector editorial. Intentará cumplir su sueño.