La hora del trasaltar

El deterioro de los relieves del trasaltar de la Catedral, de Felipe Bigarny, ha sido, en palabras del presidente del Cabildo, Pablo González Cámara, uno de los mayores dolores del alma del templo Patrimonio de la Humanidad. Un padecimiento que ayer ya comenzó a sentir un «principio de alivio». Después de años de investigación para detectar el origen del mal y miles de euros invertidos, por fin ha llegado la hora de meter mano a una de las grandes actuaciones pendientes en la Seo de cara a su total restauración. La Junta y el Cabildo Catedralicio financiarán al 50% los 1,4 millones de euros del presupuesto de estos trabajos que empezarán en 2018 y se alargarán hasta el año 2020.La consejera de Cultura, Josefa García Cirac, el arzobispo, Fidel Herráez, y el citado presidente del Cabildo firmaron ayer el convenio de colaboración para emprender este proyecto que todas las partes enmarcan en la conmemoración del octavo centenario de la Seo a celebrar en 2021.La intervención se iniciará con el desmontaje de los dos paños más deteriorados, el que representa la Crucifixión y el que recoge la Piedad y Resurrección. Ambos se trasladarán a un taller de trabajo que se habilitará en la puerta de Pellejería para tratar los conjuntos escultóricos y consolidar las arquitecturas que portan estos relieves.El desenclave de estas piezas permitirá detectar y erradicar el origen del mal, que, en resumen, se encuentra en «una migración de sales a través del agua que llega desde el presbiterio».

Durante los tres años que durarán estas labores se organizarán visitas técnicas y charlas divulgativas para explicar los detalles.«Además de acometer un reto técnico de gran envergadura, la Junta y el Cabildo emprenderán una obra de gran complejidad y alcance, que afectará a uno de los elementos más importantes y significativos de la obra arquitectónica y artística de la Seo y que constituirá una fuente de estudio e información permanente sobre el proceso creativo», destacó la consejera de Cultura y subrayó que el proyecto cuenta con todos los parabienes de la Unesco, que, señaló, los ha felicitado «por el rigor técnico y la metodología teórica y práctica planteada ante la complejidad de la obra a ejecutar».García Cirac indicó que el deterioro de los relieves de Bigarny siempre ha estado entre los desvelos de la Administración regional que, apuntó, desde el año 2003 lleva invertidos más de un millón de euros en determinar un diagnóstico para aplicar el tratamiento oportuno. Recordó igualmente que hace cuatro años, con la colaboración del Banco Santander, ya realizaron una intervención de urgencia.El arzobispo también se felicitó por esta contribución a la conservación de un templo con 800 años. «Bienvenido sea este nuevo acuerdo para seguir avanzando en que esta Catedral siga siendo una referencia para tantas y tantas personas a lo largo de la geografía mundial», ahondó Herráez, para quien el trascoro de Bigarny «es toda una Semana Santa en escultura».Sigue la batalla del arzobispo por dotar de calor al templo El arzobispo de Burgos ha hecho suyos dos caballos de batalla de la Catedral: dotarla de un sistema de calor y abrir al turismo su parte alta. Siempre que puede mete su cuña. Y ayer aprovechó la ocasión. A la segunda cuestión apenas aludió en un guiño al alcalde, Javier Lacalle, sentado en primera fila. Se entretuvo más en la primera, a cuenta de la que el Cabildo perdió en 2015 el recurso que había presentado en los tribunales contra la negativa de la Administración regional al último proyecto de suelo radiante presentado. Herráez insistió en que para él es un objetivo prioritario. En tono conciliador, agradeció a ambas partes el esfuerzo realizado por conseguirlo y las rogó que sigan poniendo todo de su parte. «Sé que va por buen camino. Ha habido ya dieciocho versiones de convenio sobre ese asunto. ¡Me alegrará tanto el día que llegue el definitivo!», expresó.Se le había adelantado la consejera de Cultura, que, durante su intervención, con sutileza, señaló: «Seguimos trabajando conjuntamente en la búsqueda de soluciones eficientes y sostenibles para la climatización y acondicionamiento ambiental del interior del templo de acuerdo con la fragilidad y delicadeza de los elementos arquitectónicos y las obras artísticas que atesora así como con las directrices internacionales y los criterios de Patrimonio Mundial».