Recetas con un chorrito de color y una pizca de corazón

Un libro de recetas ajado, escrito a distintas manos, con páginas manchadas de harina o tiznadas de huevo, con trozos de papel colados por aquí y por allá como si de un truco de magia se tratara. Uno de estos existía en la casa, como en tantas, de María de la Fuente Soro. Esa vieja libreta pasada a limpio y puesta en bonito se convirtió en su proyecto de fin de curso en el ciclo superior de Ilustración que hizo en Zaragoza. La propuesta gustó tanto a uno de sus profesores que planteó a la joven burgalesa la posibilidad de publicarlo en su sello, Apila Ediciones. Cocinando en familia ha sido un éxito en la última edición de la Feria del Libro -su autora aún está flipando- y este viernes se presenta oficialmente en Masala Natural (plaza Francisco Sarmiento, 1) a las 20 horas.Cocinando en familia está hecho con una cucharada de emoción, una cucharadita de trabajo, un vaso de nostalgia, una pizca de memoria, un puñado de corazón y un chorrito de color.

Desde los Huevos Vallespín, huevos rellenos de bechamel con chorizo servidos con una salsa de tomate con una cucharada de foie-gras, que reinventó la abuela Cristi tras probarlos en el menú de su boda al extendido Postre del abuelo, tan sencillo como una loncha gordita de queso fresco de Burgos con miel, mermelada o azúcar y unas nueces peladas, que gustaba tanto a su abuelo Agus como a ella tumbarse en la alfombra del salón y escucharle contar mil y una historias de su infancia, sus años en la mina y otras anécdotas.Estas páginas recogen 28 recetas ilustradas. Entrantes, primeros y segundos platos y postres. Cada elaboración se detalla con una ágil explicación y va acompañada de un recuerdo personal de la autora ligado a ella y a los dueños de cada una.Transitan por el libro sencillas propuestas de su madre como la Lasaña de morcilla y espinacas, el descubrimiento de los Pimientos rellenos de bacalao en casa de sus tíos, las siempre triunfadoras Rosquillas de su abuela Inés heredadas por su tía Ana o el más moderno Hummus, de su hermana Laura, la hippy de la familia.«Aunque es verdad que es un libro muy autobiográfico porque son mis recetas, de mi familia, de mi historia, la gente también se puede identificar con ellas y, claro, hacerlas porque son muy sencillas y cualquiera las puede sacar adelante», comenta María de la Fuente y añade que entre sus propósitos está que no caigan en el olvido sepultadas por las prisas de una sociedad acelerada o por una gastronomía cada vez más sofisticada.La publicación retiene momentos, recuerdos o anécdotas en torno a los fogones o la mesa más o menos emotivos. A su autora le cuesta elegir uno entre tantos y finalmente se decide por el que esconde el Rancho de la conserva, esa gran perola en torno a la que todos los miembros de la familia, vivan donde vivan, se reúnen sí o sí dos fines de semana al año ya institucionalizados con la excusa de hacer pimiento y tomate en conserva. Días de trajín que tienen en la hora del almuerzo su momento más esperado. Entonces se sientan todos en la mesa y cuchara adelante, paso atrás dan cuenta de la sartenada de verduras, carnes, setas... que antaño preparaba su abuelo Agus. «Me gusta mucho ese momento, me recuerda a mi abuelo que ya no está. Al final es la herencia que nos han dejado», resalta feliz.Esa sonrisa es precisamente la que quiere despertar en los lectores de este volumen con dibujos sencillos y amables reflejo del ánimo positivo de su autora. «Quiero que disfruten igual que lo hago yo cocinando y, sobre todo, comiendo», señala e invita a pequeños y grandes a ponerse el delantal y meterse entre fogones. «Cocinar como las abuelas es muy fácil, solo necesitas un poco de práctica, muchas ganas de hacer felices a los demás y, sobre todo, pasártelo pipa cocinando», introduce la creadora de este libro que deja espacio para que cada uno escriba sus propias recetas y lo haga más suyo aún.Cocinando en familia es el primer título de María de la Fuente (Burgos, 1986). No será el último. Tras licenciarse en Historia del Arte en la Complutense de Madrid y verse de nuevo en casa mano sobre mano se dio cuenta de que lo suyo siempre había sido dibujar. Y esta obra es la confirmación de que estaba en lo cierto.