El Correo de Burgos

41 Festival Internacional de Folclore Ciudad de Burgos

Una suerte de Benjamin Button

El encuentro internacional suma una edición más a su historia, pero se despide más lozano, con más público en sus actividades y victorioso de la batalla que alguna noche ha tenido que librar contra el frío

La plaza de San Juan volvió a llenarse anoche para aplaudir a los bailarines. Aquí una pareja del grupo de Chequia.-Raúl Ochoa

La plaza de San Juan volvió a llenarse anoche para aplaudir a los bailarines. Aquí una pareja del grupo de Chequia.-Raúl Ochoa

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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El Festival de Folclore se erige como una suerte de El curioso caso de Benjamin Button. En esta película, el protagonista, encarnado por Brad Pitt, nace octogenario y descumple años en vez de sumarlos, pierde arrugas y achaques y recobra la lozanía y el pálpito de la juventud. Algo similar le ocurre al encuentro internacional que clausuró su cuadragésimo primera edición anoche en la plaza de San Juan. Con el paso del tiempo, gana alegría, nuevos seguidores y aliados, como el tiempo, que, aunque no se ha portado tan bien como hace dos años, tampoco ha sacado su peor cara. Todo esto se concluye del balance realizado unas horas antes del cierre por el secretario del Comité de Folclore, Miguel Alonso.«El público de Burgos está entregado al festival e incluso cada edición se suma gente nueva. Este año hemos tenido más espectadores. Es una constante, incluso las noches que ha hecho más frío, como la del viernes, en la que, aunque hizo falta la chaqueta y algo más, la plaza estaba abarrotada para ver a México y, además, se levantaron para aplaudirle al final y los pidieron bises», analiza sabedor de que el Ballet Folclórico de la Universidad de Colima era una apuesta segura.Aplaude igualmente la calidad del resto de participantes. La calificación más baja que pone es la de buena. De ahí para arriba: excelente y muy buena. Reconoce que tal vez no se ha entendido el folclore de India. «Huyen de la sincronización y la coordinación entre bailarines a la que estamos más acostumbrados y muestran ese folclore vivo, que se transmite de padres a hijos, que aún disfrutan en sus calles y en sus pueblos, lejos de la precisión de los ballets de Europa o América», apostilla sin encontrar ningún pero más.El formato del Festival de Folclore se mantiene invariable desde hace años. La única novedad este verano ha sido el traslado de la sección Sabores del mundo de la calle La Paloma al Espolón. Y el cambio ha sido para bien. Lo dice el dueño del establecimiento, que este año ha servido más pinchos. Y la organización, que ha visto más participación del público al concentrar en el céntrico paseo las tres actividades diurnas -a la gastronómica se suma Baila con nosotros y Músicas y canciones del mundo-.«Se ha creado una línea espacial y cronológica y la gente coge una detrás de otra. Ha sido un acierto», advierte Alonso, a quien ya se le han olvidado los fantasmas que aparecieron este invierno, materializados en una reducción tan drástica de la subvención municipal que hacía inviable el evento cultural más longevo de la capital que, aunque cuarentón, chozpa vivaz.

De los Gigantillos a la bota de vino

La Catedral y el MEH. No todo es bailar y cantar. Cada día, se organizan excursiones a la Catedral, el Museo de la Evolución Humana (MEH) y la Casa de los Gigantillos. El resto de atractivos corre a cuenta de cada cual.El porrón, la estrella. Tampoco se van los folclóricos sin degustar los productos típicos. La Peña Rincón de Castilla los prepara un almuerzo de morcilla, chorizo... Pero, sin duda, el momento cumbre es beber el vino a porrón o bota. Todos quieren probar.Los voluntarios, esenciales. Alrededor de 120 voluntarios de los grupos del Comité de Folclore hacen posible la cita.La coronación. Cada edición tiene sus reyes, Gigantillo y Gigantilla, y este año el título viaja a Chequia (Olrich Kepka) y Ecuador (Betsabeth Gavilanes).Entre los elegidos. El grupo de México emprendió su gira por Europa con la condición de hacer tres plazas seguras: París, Burgos y Portugalete.Contra viento y marea. Un resbalón en su casa dejó dolorida a la presidenta del Comité de Folclore, Regina Peñacoba (i.), eterna presentadora de las noches en San Juan, que salió al escenario haciendo caso omiso a los cardenales.

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