El Correo de Burgos

Verano en el campus

Damero de corazones contentos

El Tablero de Música se despide con el cartel de entradas agotadas (3.000) en la puerta y los ritmos bailongos de La Sra. Tomasa en escena

Panorámica del ambientazo que presentaba ayer el Tablero de Música durante el último concierto de este verano.-Israel L. Murillo

Panorámica del ambientazo que presentaba ayer el Tablero de Música durante el último concierto de este verano.-Israel L. Murillo

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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Todo pasa, todo llega..., cantaba la Sra. Tomasa en los primeros acordes de su concierto ayer en el Hospital del Rey y aventuraba lo que muchas mentes pensarían al final de esta actuación con la que se despediría el Tablero de Música. Ha pasado una edición más de una de las citas más esperadas del verano capitalino, pero ya llegará otra. Aunque ayer, el carpe diem mandaba en las 3.000 personas que abarrotaban el damero del campus, entregadas a bailar, a cantar, a reír, a abrazar el cachi de cerveza o al mozo/a de al lado... Afortunados en el paraíso. Otros se quedaron en las puertas.Por primera vez en su historia, ayer, la taquilla se cerró, colgó el cartel de entradas agotadas y dejó con un palmo de narices a un puñado de gente, que, por los menos en los primeros compases, mantuvo la esperanza de ser rescatada y formar parte de los elegidos.Y es que en el interior se dibujaba la estampa de la felicidad. Niños riendo a carcajada limpia a la vez que brincaban en los hombros de mamá; dúos espontáneos que se marcaban un agarrao sin mirar a los lados; parejas que se olvidaban de los besos para concentrarse en la danza; señores de cierta edad que, sentados y a distancia, movían los pies sin querer y con una sonrisa de oreja a oreja; hipsters de manual con sus gafapastas, sus bermudas de flores y sus camisa de manga corta y hippys sin código de vestimenta; vicerrectores que habían olvidado la corbata en casa y se mezclaban sin desentonar; amantes de la música y forofos de la conversación...Todos podían cantar el tengo el corazón contento, el corazón contento y no era precisamente Karina quien estaba subida en el escenario. Era la Sra. Tomasa. Y su intención quedó clara desde el minuto uno. «¡Hemos venido a liarla parda! ¡A bailarlo todo!».Y como fieles entregados a un mismo credo, los asistentes se lanzaron a la pista, verde césped o gris cemento.También hicieron sus pinitos el director de Actividades Culturales de la Universidad de Burgos, Carlos Lozano, y Beatriz Rodríguez, de la Fundación Caja de Burgos. Las dos entidades organizadoras de este evento estaban más que satisfechas con el discurrir de una edición más de un festival que no sabe el significado de la palabra fracaso. Siempre abonado al éxito.Y lo ha sido a pesar de que se iniciara bajo rayos y truenos. El primer concierto, el de Shirley David & The Silverbacks, tuvo que trasladarse al Aula Magna por culpa de la lluvia. Un contratiempo que no ensombreció al público, aunque sí menguara su número ese día.Las otras dos citas, Bnegão & Seletores de Frequência y Simja Dujov, discurrieron también con alegría. Los brasileños agotaron las localidades y los argentinos rozaron las 2.800. Unos números de vértigo que hacen que el Tablero de Música siga siendo el rey del verano.Anoche se coronó. La temperatura acompañaba -la chaqueta siempre es aliada en aquellos lares- y la fiesta se alargaría más allá de la presencia de la luna para, como dice la Sra. Tomasa, después de amar, seguir amando.

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