Fuenteovejuna con mirada calé

Cientos de escenarios han acogido entre sus tablas decenas de versiones de la obra del dramaturgo Lope de Vega, ‘Fuenteovejuna’, pero ninguna de ellas como la propuesta de Atalaya- Centro Internacional de Investigación Teatral TNT y de la directora de Pepa Gamboa. Aunque la versión parte del texto original, el dramaturgo Antonio Álamo ha adaptado el texto a la realidad de sus protagonistas, quienes sufren una complicada situación de marginación.

Y es que las estrellas de esta obra teatral son siete mujeres ágrafas de etnia gitana vecinas del asentamiento chabolista sevillano El Vacie. Siete mujeres que ya se metieron al público y a la crítica en el bolsillo con su representación de ‘La casa de Bernarda Alba’, también a las órdenes de Gamboa.

El periplo teatral de esta mujeres comenzó con unos talleres impulsados por el TNT y la actriz Silvia Garzón. «Queríamos trabajar con las personas que había en nuestro entorno y el más especial era El Vacie, que está a 200 metros del centro». A raíz de los talleres, «le planteamos a Gamboa, que ya había hecho trabajos sociales, hacer un espectáculo y así surgió ‘La casa de Bernarda Alba’», comenta Ricardo Iniesta, director del centro.

El teatro ha sido el salvavidas de estas mujeres gitanas y ha logrado empoderarlas. «Han ganado más respeto, no solo entre sus vecinos sino entre sus propias familias», comenta Iniesta. Soñaban con regresar a las tablas. «Ellas insistieron en seguir haciendo teatro y es que ‘La Casa de Bernarda Alba’ supuso un cambio en su mundo y en su concepción de él y ahora, gracias al teatro, van a poder dejar El Vacie por una vivienda en condiciones».

‘Fuenteovejuna’ llega con una mirada distinta, con un marcado sello social y de gran intensidad, del que disfrutarán los espectadores hoy, a partir de las 21.30 horas, en el Festival de Verano de Clunia. El periplo artístico de estas mujeres arrancaba en el año 2009 con la famosa obra de Lorca, una gira con la recorrieron la mitad de las provincias españolas, participando en festivales internacionales como el ICAF de Rotterdam.

Ahora, desde el pasado mes de octubre, han vuelto a los escenarios con ‘Fuenteovejuna’ abriendo en el Teatro Central de Sevilla la XXV temporada y volviendo a demostrar que otro teatro es posible.

Una obra que es fruto del esfuerzo y del trabajo. «Solo dos de ellas se defienden con al escritura, el resto se ha aprendido los textos gracias a la ayuda de sus hijas o sus nietas, que se los han leído hasta que los han memorizado».

Rocío, Lole, Carina, Sandra, Ana, Sonia Joana y Puny son las protagonistas de esta historia que a pesar de los años sigue calando hondo en la sociedad actual. Una historia que apuesta por la unión del pueblo para revelarse ante las injusticias y para luchar contra la desigualdad. De eso saben mucho estas vecinas de El Vacie. Allí tienen su vida, sus familias, sus amigos y su cultura, pero conocieron la magia del teatro y ya no quisieron soltarla.

«Seguimos viendo que la tiranía y el sometimiento están presentes en nuestro día a día y más aún hacia la mujer, de ahí que esta obra muestre ese enfrentamiento de la mujer contra un patriarcado imperante».

La puesta en escena de esta ‘Fuenteovejuna’ calé es rompedora. Es una obra de gran carga visual, «de energía y movimiento», comenta Iniesta. Todo el escenario está cubierto de ropas, haciendo un guiño a su forma de vida. «Es como un gran mercadillo, donde ellas se han estado buscando la vida durante años».

La representación tiene como objetivo «emocionar al espectador, que empatice con la historia» y hasta ahora lo ha conseguido en cada función. Se ha producido algo fundamental para el teatro, «una catarsis perfecta entre los actores y los espectadores, una comunicación fuerte y verdadera».

‘Fuenteovejuna’ lo consigue y va un paso más allá. Y es que «no solo tiene un función artística sino una función social y de empoderamiento de ellas mismas».