El Correo de Burgos

Exposición

Jesús Aguirre, abstracción total

El pintor burgalés tira de paleta azul en una colección en la que por vez primera olvida su faceta figurativa y muestra dibujos a grafito y esculturas. En la sala del Teatro Principal hasta el 29 de octubre

Jesús Aguirre, delante de varias de las pinturas abstractas que forman parte de esta nueva muestra en el Teatro Principal.-Israel L. Murillo

Jesús Aguirre, delante de varias de las pinturas abstractas que forman parte de esta nueva muestra en el Teatro Principal.-Israel L. Murillo

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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La figuración y la abstracción, juntas pero no revueltas, siempre han convivido en las exposiciones de Jesús Aguirre. Hasta ahora. El pintor burgalés se olvida de la primera y apuesta todo a la segunda en su nueva propuesta, que ocupa la sala del Teatro Principal hasta el 29 de octubre (de martes a sábado de 11 a 14 y de 17 a 21 horas y domingos de 11 a 14 horas).«La abstracción es lo que más me gusta, donde me encuentro más cómodo y me siento más libre. El figurativo te circunscribe a unas dimensiones, a unos términos, mientras en este estilo la imaginación puede volar. Estoy haciendo una cosa y ya estoy pensando en la otra», sostiene Aguirre convencido de que cuando de pintura se habla no importan estilos sino establecer comunicación con el espectador. «Tú tratas de que vean lo que llevas dentro», apostilla y añade que todo tipo de pintura «debe tener el color y los fundidos en su sitio y limpieza, que la paleta se vea».Los acrílicos se suceden en la pared y marcan una línea en azul que invita a la calma y a la tranquilidad. Lleva el peso del color al centro de la obra con un juego de planos que parece retar a la gravedad. Hay alguna pintura más oscura. También otras más luminosas con una pizpireta paleta, con rosas y morados, que se insinúa con una alegría contagiosa.«Dicen que los primarios no deben dominar, pero a mí me gusta el azul, que esté presente siempre de alguna forma, te ayuda a descansar, no así los rojos y los verdes. Yo siempre busco la luz», advierte el pintor y remite al texto que escribe el crítico Amancio Gutiérrez: «Sus agrupamientos cromáticos en el centro del cuadro semejan volúmenes flotando en atmósferas subjetivas, pequeñas galaxias afectivas o cometas con sus colas líricas. Al contemplarlos recreamos en nuestro interior un sentimiento, un estado de ánimo, una emoción nueva. Contemplar sus obras es darse un baño de lirismo, es contemplar la belleza interna que no sabíamos que llevábamos dentro».La huella de Aguirre es perceptible en esta colección de acrílicos. Sorprende, sin embargo, el conjunto de dibujos a grafito y las pequeñas esculturas de madera que dialogan frente a frente con el conjunto de acrílicos y rompen el dominio de la paleta azul y se erigen como el punto novedoso de esta muestra.

«Buscaba un contraste», comenta el autor -agradece a José María Yudego el montaje de la exposición- y confiesa que él siempre pinta pensando en sí mismo sabedor de que si él lo da por bueno también el visitante lo hará.Un público que, lamenta, ha menguado con el paso de los años. «Existe una falta de sensibilidad generalizada y eso también repercute en las ventas», resume. Muy lejos queda el alegre entrar y salir de gente de su primera exposición en el vestíbulo de un ya deteriorado Teatro Principal. Corrían los años sesenta y en el mundo del arte han pasado, y cambiado, muchas cosas.

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