«La literatura es el último salvavidas»

Había ganas de escuchar a Javier Sierra en Burgos. El salón de actos del Museo de la Evolución Humana (MEH) se llenó en un visto y no visto para adentrarse de su mano en su última novela, El fuego invisible, Premio Planeta 2017, un espacio que al escritor turolense le sigue fascinando e inspirando. «Una de mis deudas pendientes es la prehistoria. Cuando termine la promoción y pueda escribir, tengo la idea de retomar El maestro del Prado desde lo que significó la aparición del arte en la prehistoria», señalaba minutos antes de salir a escena acompañado por el director de El Mundo de Castilla y León, Pablo Lago, que definió al invitado como «una estrella de la literatura, un torbellino vendiendo libros y, a pesar de ello, una persona muy humilde y muy normal».El fuego invisible reafirma esa posición con una historia sobre la aventura que emprenden un lingüista y la dueña de una escuela de literatura y su joven ayudante en busca de uno de sus alumnos. Las pesquisas los guían hasta el llamado Santo Grial.«La literatura es el último salvavidas que nos queda para reflexionar sobre las grandes preguntas. Es tal la voracidad informativa que estamos viviendo que el único momento en el que una mente puede detenerse es delante de un libro», observa el autor y añade que esa idea le ha llevado a optar por convertir su obra en una literatura de pensamiento, «plantear grandes interrogantes, cuanto más grande mejor».

Y el que se despliega en esta última novela no es baladí. Se pregunta de dónde vienen las ideas, «dónde surge la chispa que hace que los seres humanos empecemos a pintar las cavernas, qué nos impulsó a contarnos historias, a imaginar mundos...».Un tipo de narrativa que le ha llevado a alzar uno de los premios más codiciados como es el Planeta, aunque antes de él, Javier Sierra ya era mucho Javier Sierra. Sus libros, traducidos a cuarenta idiomas, se venden en todo el mundo. ¿Cuál es la puerta que abre este galardón a un autor que ya las tiene de par en par? Lo tiene claro: «Ha convertido mi obra en un clásico. Me he sumado a un convoy con 65 autores, entre los que están las plumas más importantes de la literatura en lengua española. Me aporta honor».