El Correo de Burgos

Artes escénicas

El universo chispeante de Hugo

Colectivo Inesperado estrena un proyecto de microteatro para bebés este y el próximo fin de semana en la Escuela Infantil Caja de Burgos

Violeta Ollauri, Jesús Cristóbal, Fran de Benito y Carola Martínez, de i. a d., son los intérpretes que dan vida a esta historia protagonizada por una marioneta llamada Hugo (c.).-Raúl Ochoa

Violeta Ollauri, Jesús Cristóbal, Fran de Benito y Carola Martínez, de i. a d., son los intérpretes que dan vida a esta historia protagonizada por una marioneta llamada Hugo (c.).-Raúl Ochoa

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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Hugo es una marioneta de espuma, de expresivos ojos, pecosos carrillos sonrosados y una amplia sonrisa. Travieso y cabroncete entre bambalinas, dulce y juguetón en el escenario. Su curiosidad y ganas de divertirse le conducirán, junto a sus amigas, Lola y Ana, por una constante búsqueda de sensaciones, emociones y sonoridades que perfilarán su mágico mundo. Es el protagonista de Hugo y sus cosas, el nuevo proyecto de microteatro de Colectivo Inesperado. Una propuesta con la que debutan delante del público más menudo. El espectáculo se dirige a bebés (de 1 a 4 años) y se estrenará en la Escuela Infantil Caja de Burgos (Gamonal), espacio escénico inédito hasta ahora, este sábado y el siguiente (12, 17.30 y 19.30 horas) y este domingo y el siguiente (12 y 18 horas). Las entradas cuestan 10 euros (pack de un bebé y un adulto), 6 euros (adicional adulto) y 4 euros (adicional bebé).Son las diez de la mañana. El día está gris en la calle, pero florece luminoso en uno de los locales de La Parrala. Carola Martínez, Violeta Ollauri, Jesús Cristóbal y Fran de Benito ultiman los ensayos de este nuevo montaje, producido por la Fundación Caja de Burgos. Están rodeados de flores de espuma de colores, puertas que se abren y se cierran, paraguas con chispeantes gotas, peces con escamas brillantes, espíritus faranduleros de ojos saltones... y chocolate para mantener la energía.La propuesta, con una duración aproximada de 40 minutos, se compone de tres escenas a interpretar en tres salas distintas, y, a diferencia de las dirigidas a adultos, tiene un hilo conductor hilvanado por Hugo y sus dos amigas. «Él es nuestra conexión con el mundo de los niños. Marca un punto de foco más dulce y chiquitito. Es muy majo, le queremos mucho», apunta De Benito, que pone voz al muñeco y lo manipula junto a Cristóbal.La primera escena, más sensorial, se recrea en aspectos cotidianos que identifican fácilmente los niños como el sol o la lluvia; la segunda los invita a seguir a Hugo en su aventura bajo el mar con peces de colores que los cautivarán; y la tercera se adentra en el mundo de la música, que interpretarán en directo.

El abanico de edad recomendada los obliga a jugar con distintas capas de lectura. «Hay una historia y una dramaturgia para los niños más mayores, a los que les contamos un cuento, y reforzamos el trabajo sensorial para los pequeños, con canciones y coreografías, para que perciban las sensaciones», apostilla Cristóbal.«Brutal». Ilustrativa palabra. La suelta Carola Martínez para referirse al necesario cambio de chip tras cinco años entregados al microteatro para adultos. Y lo ha sido a pesar de que cada uno por su lado tenía experiencia en la escena infantil.«Pero jamás habíamos trabajado con bebés y nos ha obligado a documentarnos, cambiar la percepción del receptor... Hay que vestirlo todo mucho más porque su imaginación está en construcción y los tienes que llevar hasta las puertas de la magia, algo que no sucede con el adolescente o el adulto, que solo necesita cuatro claves para hacerla volar», se explaya Martínez y, seguidamente, Ollauri habla de la búsqueda de un código propio, que han encontrado en dibujos animados, otros montajes y en su hija, Vega, de diez meses, insólita ayudante de dirección, que los ha ayudado a controlar el tiempo de atención de un bebé o los estímulos que mejor funcionan.Otra de las dificultades ha sido aprender un lenguaje nuevo, el visual, ardua tarea para actores de texto. «Tenía que ser una historia nada compleja, lo contrario a lo que estamos acostumbrados, porque nuestras obras tienen muchas aristas. Ha sido un cambio difícil», anota De Benito y le sigue Martínez. «Y como no nos gusta nada complicarnos, además nos metemos en el mundo de la manipulación, a tocar instrumentos musicales en escena...», bromea al tiempo que hace ver la diversidad de técnicas que entran en liza.Cristóbal, que ha vuelto a una infancia marcada por Barrio Sésamo, advierte que la obra tiene una misión de entretenimiento, pero también educativa, para la que se han asesorado de pedagogos.Hugo y sus cosas es el inicio de una bonita amistad entre Colectivo Inesperado y los bebés. Y esperan que se alargue hasta el infinito y más allá.Nueva entrega adulta, en otoño

Que sucede sin esperarse es la definición que la RAE da de la palabra inesperado y su significado se ajusta a la realidad del colectivo que la adoptó como nombre hace cinco años. El Hangar quería dar un uso nuevo a sus locales de ensayo y un grupo de actores burgaleses cogió el guante creando cuatro piezas de microteatro. Un lustro después van por su quinta temporada, tres escenas que estrenarán en otoño para el público en el Centro de Arte Caja de Burgos (CAB) después de haber terminado hace quince días la campaña escolar con alumnos de ESO y Bach. Esperan regresar pronto también a los bares con sus actuaciones, que tienen un sello gamberro, irónico y cargado de matices que ya los define.

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