El Correo de Burgos

Música

Licencia para bailar con zapato folk

Ahkorda (primero), Obal (segundo) y Abrakabalkan (tercero) pintan de sonidos tradicionales de dispares latitudes el Espacio Atapuerca al tiempo que compiten en el Concurso Burgos. Raíz y Evolución

Como modernos flautistas de Hamelín, el grupo gallego Obal atrajo con su música al público hacia el Espacio Atapuerca, desangelado al inicio.-Raúl Ochoa

Como modernos flautistas de Hamelín, el grupo gallego Obal atrajo con su música al público hacia el Espacio Atapuerca, desangelado al inicio.-Raúl Ochoa

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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El reloj marcaba las ocho y media de la tarde, el escenario estaba a punto, los fotógrafos prestos a disparar, el coordinador del Castilla Folk, Miguel Alonso, anunciaba la composición del jurado... Toda la maquinaria estaba engrasada para el inicio de la quinta edición del Concurso Burgos. Raíz y Evolución. Solo faltaba el público. Lucía desangelado el Espacio Atapuerca cuando el grupo gallego Obal salió al escenario. Pero, cual flautistas de Hamelín, su música atrajo a la gente en un santiamén. Apenas necesitaron dos canciones para que la frialdad inicial tornara en calidez. Una más hizo falta para que los primeros hicieran suya la licencia para bailar que los dio Diego Langarika y se lanzaran a la pista. La tarde-noche prometía.Y con ese tono tomarían el relevo los portugueses Ahkorda, nacidos en la sierra portuguesa con el fin de reinterpretar la música tradicional de su país con bouzouki, voz, acordeón, percusiones, clarinete y contrabajo, y los palentinos Abrakabalkan, ocho personas en las tablas con los ritmos balcánicos en su ADN.El palmarés del Concurso Burgos. Raíz y Evolución, orquestado por los festivales Castilla Folk, Demandafolk y Pollogómez Folk, se anunciaría entrada la noche. La última palabra la tendría un jurado compuesto por Fernando Íñiguez, director de Tarataña, de Radio 3; Fernando Aguirre, del grupo Yesca; Javier Moreno, de Espliego; Fernando Díez, profesor de la Escuela de Dulzaina e integrante de Atabal; y el músico Joaquín García. Minutos antes de la medianoche se conocía el resultado. El primer premio, para Ahkorda. El segundo se lo llevó Obal y el tercero, Abrakabalkan. Unas horas antes de conocer el veredicto final, aún en carretera, el citado Diego Langarika manifestaba su alegría por que Obal, con solo tres años de vida, sea uno de los finalistas entre las más de cincuenta bandas que presentaron sus credenciales. «Es una oportunidad para introducirnos en la zona centro de la península, donde el bal folk (movimiento de música procedente de Centroeuropa para bailar de forma tradicional) que hacemos nosotros está más extendido que en Galicia, donde empieza ahora», señala el músico, que ve en este debut en Burgos un camino hacia la conquista de otras tierras, algo que, considera, a la música gallega le cuesta.«Allí hay mucho movimiento, pero Galicia es pequeñita y al ser tantos llega un momento que no tenemos donde tocar», añade Langarika, que, junto a su compañero Jaime Rebollo (el tercero es Iván Costa), se dedica además a construir instrumentos.Tuvo, además, piropos para el fenómeno folk que recorre Burgos. «Hace mucha falta, tanto a nivel cultural como económico. Es importante que el turismo no se base solo en la gastronomía, también la música funciona», destaca y observa la importancia del papel del público en la conservación de estas melodías porque él «hace que esta música se mantenga y evolucione, que siga viva».Para Guillermo González Sanz, clarinete de Abrakabalkan, colarse en el Castilla Folk también es una oportunidad. «Este concurso es muy interesante, porque es de folk, que hay pocos específicos, y porque aúna tres festivales que luego se celebran a lo largo del verano en distintos pueblos, además de tocar en las fiestas de Burgos», ilustra el miembro de este grupo de ocho personas con violín, guitarra, trombón, acordeón, percusión...Considera que últimamente el folk está tomando más protagonismo. ¿Por qué? «No sé si es porque se está viendo influenciada por nuevos géneros o se está haciendo una revisión más contemporánea que está enganchando a un público más diverso, que es muy positivo», aventura.En ese punto está esta banda palentina. Se formó, cuenta, con la inquietud de explorar las músicas de Europa del Este mezclándolas con las raíces propias, el jazz...: «Nuestro germen son las músicas apátridas, las que llegaron a todas las partes del mundo, incluida España». Y con ese lenguaje universal cerraron una noche con licencia para bailar con zapato folk.

LO QUE QUEDA

Luar Na Lubre. Los aires gallegos permanecen en el Espacio Atapuerca hoy con el concierto de Luar Na Lubre. La veterana formación desplegará su repertorio enraizado en la tradición gallega, pero con claras influencias de Irlanda, Escocia y la Bretaña francesa. La cita, a las 21 horas.

Eliseo Parra y su banda. El folclore de Castilla y León irrumpe de nuevo en el Espacio Atapuerca (mañana, 21 horas) de la mano del vallisoletano Eliseo Parra y su especial manera de afrontar la tradición desde los recursos que brinda el siglo XXI.

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