El Correo de Burgos

42 Festival Internacional de Folclore

Esta noche hay una fiesta

El Festival de Folclore se olvida de sinsabores y cumple el habitual guion con una plaza de San Juan llena, puntualidad británica, reinterpretación del baile de ‘La canastilla’ por parte de todos los grupos...

La formación de Nicaragua desplegó calidez en el escenario con sus cadenciosas danzas, el vuelo de las faldas de sus bailarinas, los airosos sombreros de paja...-Raúl Ochoa

La formación de Nicaragua desplegó calidez en el escenario con sus cadenciosas danzas, el vuelo de las faldas de sus bailarinas, los airosos sombreros de paja...-Raúl Ochoa

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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No era un guateque y no sonó la conocida letra esta noche hay una fiesta, vamos todos a la fiesta, pero la apertura del 42 Festival Internacional de Folclore sí se convirtió en una buena juerga a la que acudieron los burgaleses, que, un año más, abarrotaron la plaza de San Juan, los voluntarios de los grupos de cultura tradicional de la ciudad, los bailarines y músicos venidos de aquí, allá y acullá, los fotógrafos, los políticos de diversos colores (la popular Lorena de la Fuente, los socialistas Blanca Carpintero y Daniel de la Rosa, el ciudadano Vicente Marañón y el no adscrito Fernando Gómez)... y hasta las cigüeñas que anidan en la torre del monasterio.A las nueve de la noche, con su habitual puntualidad británica, arrancó esa fiesta del sábado noche -he ahí una de las novedades, siempre había sido martes- con todos prestos a brindar al amor y a la felicidad. La Marcha de los Reyes Católicos, al son de timbales, dulzaina y caja, puso en alerta al respetable.Apareció la presidenta del Comité de Folclore y flamante presentadora del acto desde años ha, Regina Peñacoba, henchida de satisfacción. «Qué placer, especialmente este año, estar de nuevo con ustedes, después de estos meses de zozobra e inquietud...», inició su intervención, que el público interrumpió con efusivos aplausos cuando le dio «muchas gracias de corazón» por su apoyo, «sin ustedes probablemente no estaríamos aquí». Dejó claro que, después de 42 años, la cita burgalesa ocupa el top ten y deseó que los cinco días de festival fueran fetén. Dijo estas últimas palabras con Aniano López, su antiguo compañero en estas tareas, y ahora solo tetín, al lado. Con él y las faldas arremangadas, se marcó los primeros pasos de La canastilla, ese baile del repertorio de Los Danzantes que de un tiempo a esta parte abre el Festival de Folclore con la implicación de todos los grupos participantes.Parejas de todas las formaciones burgalesas la dibujaron en escena para escapar por el pasillo entre la gente y dar pie a cubanos, tan cálidos con sus volantes, sus grandes sonrisas; serbios, pañuelos al viento; siberianos, que merecieron el oh de asombro de los asistentes cuando, enlazados, ellos levantaron a ellas en el aire; nicaragüenses, con sus faldas al vuelo; y zamoranos, con sus familiares movimientos. Y los tetines acompañando a unos y otros con sus saltos, como si llevaran pilas Duracell. Incansables.El guion se cumplía. Tocaba presentar a cada uno de los grupos -solo faltó Kenia, que llegará mañana-. Uno a uno los nombró Peñacoba -con la interpretación en lengua de signos de Ifara Hernández- y uno a uno salieron: Compañía Folclórica Camagua de Camagüey (Cuba), con el Guantanamera como banda sonora, Ballet Folclórico de Nicaragua, Sociedad Branko Cvetkovic de Belgrado (Serbia), Ballet Folclórico Ogonki de la República de Altai (Federación Rusa) y Doña Urraca de Zamora.Los mismos que desplegarían sus danzas y sus músicas durante una noche que comenzó con las de casa, con las de Justo del Río. Y lo que te rondaré morena.

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