Contrastes en el corazón de Senegal

El amor y la ternura que se brinda una joven pareja con sus figuras en sombra frente a la luminosa sordidez de una migrante obligada a prostituirse para sobrevivir; la jovialidad de unos muchachos jugando en la calle frente a la tranquila presencia de unas mujeres prestas a realizar un ritual animista para bendecir a los guerrilleros desplegados en la frontera con Bissau; la espera de una mujer a ser atendida en la maternidad del hospital frente a la prótesis de un joven senegalés afectado por la explosión de una de las miles de minas antipersona que pueblan los bosques; la mirada de un refugiado con su camisa harapienta frente a las ricas vestimentas del imán de una de las aldeas al salir de un debate sobre los problemas de la comunidad con otros líderes...La rutina cotidiana cohabita con inusitada normalidad con el conflicto armado latente en el sur de Senegal. Esta convivencia recogida por el fotógrafo Manu Brabo viste las paredes de Espacio Tangente (Valentín Jalón, 10) hasta el 31 de julio. 30 imágenes dibujan el friso de la realidad que palpita en el corazón del país africano.La exposición, organizada por la Asamblea de Cooperación por la Paz (ACPP), reúne la experiencia del fotógrafo durante un viaje en 2014 «con el objetivo de realizar el seguimiento sobre el terreno de un programa de cooperación al desarrollo dirigido a impulsar la ley de paridad absoluta en Senegal».

Este periplo llevó a Brabo, Premio Pulitzer 2013 por su cobertura de la guerra civil en Siria, hasta el territorio de Casamance, donde perdura el conflicto desatado en los años ochenta por el Movimiento de Fuerzas Democráticas de Casamance (MFDC), que a la vez que reclamaba su independencia asumió «las reivindicaciones sociales de la región, sin infraestructuras y marginada política y económicamente». «Sus reclamaciones, pacíficas hasta entonces, dan lugar a Atika, su propia guerrilla, en 1985, cuando se produce un recrudecimiento de la violencia», explican en el programa de la muestra y apostillan que, aunque se firmó un acuerdo de paz entre la Presidencia de Senegal y el ala política del movimiento en 2001, el conflicto se mantiene y «sumado al tráfico de armas y de drogas entorpece el proceso de paz e impide el desarrollo de la región».Desde el sur, Senegal. Una mirada de Manu Brabo evidencia esta latencia y su autor, explica su programa, «pretende incitar a una reflexión sobre las realidades que caracterizan al país».El fotógrafo, que ha ahondado en conflictos sociales de todo el mundo (Honduras, El Salvador, Haití, Bolivia, Kosovo...), pone al espectador frente a miradas de esperanza, resignación y tristeza, le guía por paisajes paradisíacos y por terrenos peligrosos, le muestra los horrores de la guerra y la alegría de la inocencia...