Antonio Najarro: «Hay que quejarse menos y ponerse manos a la obra»

La gira asiática que el Ballet Nacional de España (BNE) emprenderá en septiembre ha obligado a sus miembros a adelantar sus vacaciones y permite a su director, Antonio Najarro, acudir por primera vez al Certamen Internacional de Coreografía Burgos-Nueva York. Preside el jurado y hoy mantendrá un diálogo con el coreógrafo Antonio Ruiz (Salón Rojo, 12 horas).Pregunta- ¿Qué ve un miembro de un jurado en un concurso de danza que no capta el espectador?

Respuesta- Es complicado. Intento sentarme a ver cualquier pieza nueva como si fuera un espectador común, que va por primera vez a ver un espectáculo de danza. Procuro equilibrar esa visión con una más objetiva como profesional coreógrafo y bailarín, pero para mí es muy importante forzarme a tener el punto de vista de cualquier espectador porque es fundamental el mensaje que sale de cada coreografía, qué sientes, qué te mueve, a expensas de si está mejor o peor ejecutada, el vestuario, el nivel técnico y artístico. Yo concibo todas mis coreografías desde un punto de vista emocional porque pienso que el espectador tiene que sentir.P.- ¿Por lo que la emoción sí tiene lugar a la hora de evaluar una creación sobre el escenario?

R.- Para mí es muy importante. Cuando hablo de emoción me refiero a todo, a cómo el coreógrafo ha concebido las luces, el movimiento, el vestuario... Todo lo que te hace sentir la visión de esa creación.P.- ¿Por qué son necesarios certámenes como el Burgos-Nueva York?

R.- Porque hay que hacer por todos los medios que la ilusión por la creación, en los bailarines o en los coreógrafos, nunca se pierda. No me gusta quejarme, soy una persona que prefiere ponerse manos a la obra y buscar soluciones, pero sí es verdad que el mundo de la danza está bastante complicado y son escasos los escenarios donde los creadores pueden mostrar su trabajo. Este tipo de certámenes incentiva la creación, motiva a los artistas más allá de los premios que se dan o del reconocimiento, lo bueno es que pueden mostrar su trabajo en un escenario.P.- Huye de la queja. ¿Pero hay motivos para ella en el sector de la danza?

R.- Sí, en España, sí. Necesita más visibilidad, más comunicación, más apertura, que el público, sobre todo, el no conocedor tenga un acceso más directo y fácil a lo que están haciendo los creadores actualmente, qué estilos, cómo progresa y evoluciona la danza. Y eso se consigue a través de los medios de comunicación, sobre todo los audiovisuales, porque son sus imágenes las que seducen al público. Ese es un paso muy grande que hay que conseguir dar.P.- ¿El público es sensible a este arte?

R.- La danza, actualmente, tiene público, aunque en muchas ocasiones quien asiste a un espectáculo una o dos veces al año lo hace por uno o dos nombres, que son los que se pueden publicitar, pero no sabe qué está sucediendo en el mundo de la danza, que para mí es lo importante porque hay muchísima creación y mucho nivel en compañías privadas, que están presentando espectáculos maravillosos de todos los estilos, con unos intérpretes de una calidad estupenda, pero el público que no sigue la danza no lo sabe y no lo saben porque no se les está mostrando como debe.P.- ¿Es una disciplina que aún se encuentra en una torre de marfil o empieza a pisar la calle?

R.- Hay que quejarse menos y ponerse manos a la obra, hay que moverse y ver espectáculos. Yo como director del BNE lo hago a diario, utilizo mi imagen para promocionar la danza en todos los sentidos, uso las redes sociales, con una repercusión mundial increíble, para darle visibilidad, debemos asociarla a otras artes como la moda, el cine, la pintura... Cosas que en mi caso están funcionando y mucho. Hay que promoverla entre los niños, que es súper importante, y se hace a través de talleres y funciones familiares, y hay muchos que se aficionan a la danza y tiran luego de sus padres.P.- Esta cita es un trampolín para coreógrafos que empiezan. ¿Qué consejo da la voz de la experiencia a estos artistas emergentes?

R.- A veces he recibido críticas por decir esto, pero pienso que cuando un coreógrafo está empezando tiene que pensar muy mucho en el público, no solo, por supuesto, debe nacer de ti, de tu cabeza, tu pensamiento, pero nunca debe olvidar al público, que ese espectáculo se tiene que comercializar y hablo de comercializar en el buen sentido de la palabra. Lo comercial y la calidad pueden ir absolutamente de la mano. Hay gente de mi sector que tiene mucho miedo a esa palabra, yo no. Y, sobre todo, para evitar cualquier posible frustración por la no evolución de venta de ese espectáculo en un coreógrafo que está empezando, es muy importante pensar que hay que emocionar al público porque si lo seduces a él, seduces al programador que te va a contratar, al director del festival o del teatro, sobre todo al principio. Una vez que tienes consolidado el nombre y tu trabajo es reconocido ya puedes, de manera egoísta, entre comillas, satisfacer tu gusto a la hora de crear, aunque creo que nunca hay que olvidar al público, porque si no se entiende y no lo comercializas no puedes vivir de la danza.P.- ¿El director del BNE viene a este tipo de encuentros con el bloc de notas, como si fuera un ojeador de partidos de fútbol?

R.- Por supuesto, además de director del BNE soy creador y bailarín y me nutro continuamente y a diario de todo lo que veo. Soy súper curioso, sé que directa o indirectamente todo me retroalimenta y me incita a crear formas nuevas y cuando voy a cualquier certamen lo hago como una hoja en blanco, por supuesto tengo que dar una opinión personal, pero voy a enriquecerme y a disfrutar.